Los inmigrantes pagan 900.000 pensiones

Los inmigrantes aportaron el a?o pasado a la Seguridad Social 9.000 millones de euros. La suma equivale a lo que le cuestan al erario p¨²blico 900.000 pensionistas espa?oles. Porque los pensionistas que se benefician de las cotizaciones de los inmigrantes no son extranjeros: en el pa¨ªs hay 7,5 de jubilados espa?oles frente a s¨®lo 60.000 extranjeros (cifra a la que a¨²n habr¨ªa que restar la de ciudadanos comunitarios). La paradoja es que muchos de esos pensionistas espa?oles echan pestes contra la inmigraci¨®n y, seg¨²n las encuestas, apoyan el discurso radical frente a los extranjeros del candidato de los populares, Mariano Rajoy.

"No cabemos", dijo el mi¨¦rcoles el l¨ªder del PP en Canarias. Los organismos internacionales profetizaban que, hace s¨®lo 12 a?os, Espa?a habr¨ªa perdido 10 millones de habitantes. Entre otras consecuencias, no habr¨ªa habido trabajadores suficientes para pagar las pensiones de los jubilados. Si la cat¨¢strofe no se produjo fue en parte gracias a los inmigrantes. Hoy las expectativas de poblaci¨®n rondan los 53 millones de habitantes en 2050.

Si comparamos la aportaci¨®n anual de los inmigrantes a las arcas p¨²blicas con los gastos que aqu¨¦llos generan, el super¨¢vit a favor del Estado alcanza los 5.000 millones. Ese dato desmiente las tesis que culpan a los extranjeros de colapsar el sistema sanitario o el educativo. Resulta evidente que si se han producido algunas aglomeraciones en esos ¨¢mbitos, ¨¦stas no son consecuencia del gasto que originan los inmigrantes. M¨¢s bien cabr¨ªa buscar responsabilidades en las autonom¨ªas, que tienen transferidas las competencias en esos ¨¢mbitos. S¨®lo entre 2000 y 2005, la inmigraci¨®n logr¨® un incremento de 623 euros en la renta anual de cada espa?ol.

Un informe oficial de hace dos a?os explicaba con datos que los inmigrantes hab¨ªan logrado m¨¢s del 50% del crecimiento del PIB (Producto Interior Bruto) del primer lustro del milenio. Y eso sucedi¨® sin que el Estado tuviera que dedicar un solo euro a su formaci¨®n, puesto que llegaron ya adultos y dispuestos a trabajar. De ah¨ª que su tasa de actividad sea 10 puntos superior a la de los espa?oles.

Un simple vistazo al mapa de Espa?a evidencia los beneficios econ¨®micos de la inmigraci¨®n: las regiones espa?olas m¨¢s din¨¢micas son las que han recibido m¨¢s extranjeros: Baleares (16% de poblaci¨®n inmigrante), Madrid (13,1%), Comunidad Valenciana (12,4%), Murcia (12,30%), Rioja (11,3%)...

La repercusi¨®n positiva de la inmigraci¨®n en el crecimiento econ¨®mico es debida a varios motivos, seg¨²n el informe antes citado. Un ejemplo: repercute positivamente porque ha permitido aumentar, sobre todo gracias a los empleados del hogar, la tasa de actividad de las espa?olas, que ha crecido el 12% en la ¨²ltima d¨¦cada. Otros estudios concluyen que la inmigraci¨®n ha contribuido al 39% del crecimiento medio del PIB per c¨¢pita. Tambi¨¦n han observado la aportaci¨®n de los extranjeros al crecimiento econ¨®mico a trav¨¦s de la creaci¨®n de sus propias empresas, que han incrementado la producci¨®n a peque?a escala, ampliando la oferta de servicios, dinamizando econ¨®micamente ciertos barrios, haci¨¦ndose cargo de empresas que los espa?oles abandonan y generando puestos de trabajo.

Un estudio del catedr¨¢tico de econom¨ªa aplicada de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona Josep Oliver Alonso subraya la inevitabilidad de la inmigraci¨®n: "Es cierto que un pa¨ªs, como la Espa?a de finales de los setenta, que decidi¨® colectivamente no tener hijos o tenerlos en proporciones muy reducidas decidi¨®, probablemente sin saberlo, que tendr¨ªa inmigraci¨®n en proporciones notables, en especial si quer¨ªa crecer econ¨®micamente".

En 2002, cuando era ministro del Interior encargado de la inmigraci¨®n Mariano Rajoy coment¨® a dos periodistas de este peri¨®dico: "Dentro de unos a?os, pocos habitantes de este pa¨ªs tendr¨¢n dos apellidos espa?oles. Eso se ha acabado". No parec¨ªa preocupado entonces el actual l¨ªder del PP.