Una caravana atada y bien atada
Ni Zapatero ni Rajoy han hablado a¨²n con los periodistas que siguen sus m¨ªtines
No hay respuesta. Ayer se propon¨ªa en esta p¨¢gina que los periodistas de la caravana electoral del PP preguntasen a Mariano Rajoy qui¨¦n cuida a sus dos hijos cuando ¨¦l y su esposa est¨¢n trabajando, o que -si rehusaba la cuesti¨®n por demasiado personal- al menos dijera qui¨¦n cree que se ocupa de llevar y traer del colegio a su misteriosa ni?a ficticia, esa lumbrera que est¨¢ dando tanto que hablar.
Las im¨¢genes de los m¨ªtines son suministradas por los partidos
Ana Mato provoca un l¨ªo al llamar analfabetos a los ni?os andaluces
?No la estar¨¢ cuidando una de esas inmigrantes a las que el PP parece haber puesto en la diana de su discurso electoral? Pero no hubo manera de formularle la pregunta. No porque los periodistas que siguen a Rajoy de mitin en mitin sean unos flojos, sino porque -por extra?o que parezca- no lo ven. Los periodistas que siguen a Rajoy no han hablado ni una sola vez con ¨¦l desde que empez¨® la campa?a electoral.
Menos mal que los periodistas de la caravana de Zapatero...
-No sigas por ah¨ª...
-?Tampoco ven a Zapatero?
-Tampoco.
Valga el ejemplo de ayer. Los periodistas que siguen a Zapatero se despertaron en A Coru?a, donde la noche anterior el presidente hab¨ªa dado un mitin. De A Coru?a se fueron en avi¨®n a San Javier, desde donde un autob¨²s los llev¨® a Murcia. Despu¨¦s del mitin nocturno, vuelta a San Javier y de all¨ª a Las Palmas, donde ten¨ªan previsto llegar a las cuatro de la madrugada... sin haber cruzado una palabra con Zapatero.
O lo que es lo mismo: los periodistas que acompa?an incansablemente a Zapatero y a Rajoy por todo el pa¨ªs -miles de kil¨®metros y muy pocas horas de sue?o- tienen el mismo contacto con los l¨ªderes del PSOE y del PP que un cr¨ªtico de cine con una estrella en la pantalla. Pero hay m¨¢s. Las im¨¢genes que las distintas televisiones emiten de los m¨ªtines no han sido grabadas por sus c¨¢maras, sino suministradas -tras ser supervisadas convenientemente- por los partidos. De esta forma, se aseguran de que todos los planos reflejen alegr¨ªa, entusiasmo, convicci¨®n de victoria, frases redondas sin titubeos. As¨ª no existe el peligro de que el camar¨®grafo -en el leg¨ªtimo uso de su libertad y su mala uva- se fije en una grada desoladoramente vac¨ªa o en un parroquiano que dormita o se mete el dedo en la nariz mientras el l¨ªder respectivo habla de Espa?a.
Por tanto, el celo excesivo con que los asesores de imagen de PSOE y PP midieron hasta el ¨²ltimo fleco del debate no es m¨¢s que una tendencia compartida a atar todo lo posible la campa?a, a que lo que salga por televisi¨®n sea el mensaje decidido por el partido para ese d¨ªa y no lo que al periodista le parezca mejor. Ya habr¨¢ tiempo -pensar¨¢n con raz¨®n los jefes de prensa- de que aparezca un espont¨¢neo y lo estropee. Ayer le sucedi¨® al PP. Lleg¨® la eurodiputada Ana Mato, candidata por Madrid, y dijo sin cortarse ni un pelo:
-Los ni?os andaluces son pr¨¢cticamente analfabetos...
A continuaci¨®n le ech¨® la culpa al presidente Chaves, pero ya el l¨ªo estaba montado. No es dif¨ªcil imaginar la reacci¨®n de las madres andaluzas -"A mi ni?o le vas a llamar t¨² analfabeto..., te voy a dar yo a ti analfabetismo el 9 de marzo"- ni tampoco la de Rajoy cuando alguien le tradujera lo que Elorriaga, su jefe de comunicaci¨®n, hab¨ªa declarado al diario brit¨¢nico Financial Times: "Sabemos que los votantes socialistas indecisos nunca nos votar¨¢n. Pero si podemos sembrar suficientes dudas sobre la econom¨ªa, la inmigraci¨®n y las cuestiones nacionalistas, tal vez se queden en casa y no voten".
As¨ª que no es de extra?ar que Rajoy -y tambi¨¦n Zapatero- prefieran a los periodistas atados y bien atados. Bastantes disgustos les dan ya en casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.