La decisi¨®n sobre la central de Morata queda en manos de la Comunidad
Los concejales de la localidad abandonan su encierro de protesta
Los 13 concejales de Morata de Taju?a (7.400 habitantes) han desinflado las camas y desenchufado el termo. Ya est¨¢ di¨¢fano el sal¨®n de plenos. Se acab¨® el encierro que un¨¢nimemente acordaron hace siete d¨ªas. Una protesta de todos los grupos, y la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos, envuelta en una pancarta: "?No a la t¨¦rmica!". La t¨¦rmica es una central de ciclo combinado -consume gas para producir electricidad- proyectada en 2000 y que parece que ha encallado ocho a?os despu¨¦s.
La Asamblea de Madrid ya pidi¨®, con el acuerdo de todos, la paralizaci¨®n
Ayer, el Ministerio de Industria se comprometi¨® a respetar el veredicto ambiental de la Comunidad de Madrid. Una noticia jubilosa para el municipio: toda la Asamblea acord¨® solicitar la paralizaci¨®n.
La voluntad pol¨ªtica del Gobierno regional, pues, es frenar el plan. Y tienen un aliado en la ley. Lo explica la propia consejera, Beatriz Elorriaga. "No se pueden construir infraestructuras de esta clase a menos de dos kil¨®metros del n¨²cleo afectado", adelanta. La central iniciada por la empresa Electrabel est¨¢ a 1,5 kil¨®metros del casco de Morata. No va a ser la ¨²nica objeci¨®n. Fuentes de la consejer¨ªa advierten de que las posibilidades de que el informe sea negativo son casi del 100%. Y el informe es "preceptivo y vinculante".
Pero la Comunidad no est¨¢ tan satisfecha. Su prop¨®sito es que el ministerio renuncie al proyecto, cosa que no ha hecho. Industria sostiene que el plan permanece en el mismo punto en el que estaba. Tiene raz¨®n. En marzo de 2006 un informe de la Direcci¨®n General de Minas ya adelantaba el mismo veredicto. No se pod¨ªa esquivar el requisito auton¨®mico.
"Todo es una mera cuesti¨®n de confianza. En esencia nada ha cambiado", coincide el experto de Ecologistas en Acci¨®n Ladislao Mart¨ªnez. El informe auton¨®mico era necesario, independientemente de que Industria lo reconociese o no por escrito. Pero el Ayuntamiento no se fiaba. Ten¨ªa un motivo. El Gobierno central aprob¨® en consejo de ministros el pasado junio de 2007 otorgar la etiqueta de inter¨¦s general a la central de Morata. Una declaraci¨®n que el Consistorio de esta poblaci¨®n pensaba que servir¨ªa para regatear la ley.
Ahora ya saben que no es as¨ª. Pero la empresa tambi¨¦n tiene sus argumentos. La ley que rige para este tipo de infraestructuras entr¨® en vigor en 2002, dos a?os despu¨¦s de que se aprobase el plan para Morata y otros seis municipios. En consecuencia, su objeci¨®n es que no se les debe aplicar un reglamento con car¨¢cter retroactivo.
Pero el plan ha entrado en un callej¨®n sin salida. Bueno, con una sola salida. "Pueden seguir construyendo haciendo caso omiso y fiarse de una pol¨ªtica de hechos consumados", advierte Mart¨ªnez. Valent¨ªn Navarro, alcalde de Morata, del PP, recuerda que en su municipio ya hay una cementera, una construcci¨®n gigantesca de cinco bloques de hormig¨®n coronados por chimeneas. "Nosotros ya tenemos nuestra raci¨®n de emisiones contaminantes", zanja.
El alcalde, por otra parte, rechaza las insinuaciones de que su oposici¨®n al plan tiene que ver con un plan de ordenaci¨®n urbano que contemplaba la construcci¨®n de 28.000 viviendas: "No tiene nada que ver. La central est¨¢ en suelo industrial. Adem¨¢s, ese plan era irrealizable. Ahora se ha quedado en 14.000 viviendas, y no creo que ni siquiera ese se lleve a cabo".
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