El PSOE cree que le funcion¨® combinar ataques y propuestas
Para los socialistas fue "un regalo" que Rajoy insistiera en la inmigraci¨®n
Con m¨¢s euforia que hace una semana, el equipo y los colaboradores de Zapatero reaccionaron al final del debate. Objetivo cumplido. ?sta fue la proclama que lanzaron desde la sede federal del PSOE. El objetivo era doble. Por un lado, remarcar la diferencia entre uno y otro y, por tanto, exacerbar las diferencias de los proyectos pol¨ªticos de cada uno de ellos. Y, por otro, mostrar la capacidad de propuesta y de reacci¨®n del candidato socialista ante su adversario. Como un "regalo", adem¨¢s, asistieron los socialistas a la reafirmaci¨®n de Rajoy en su apuesta por los mismos asuntos que la anterior edici¨®n: terrorismo e inmigraci¨®n.
La euforia les embarg¨® ante las consideraciones de Rajoy sobre la posici¨®n de Zapatero en torno a la guerra de Irak. Lleg¨® a decir que el l¨ªder socialista hab¨ªa apoyado el conflicto. Hubo aplausos en la sede del PSOE cuando Zapatero coment¨® at¨®nito la noticia mundial que supondr¨ªa haber escuchado de Rajoy que ¨¦l apoy¨® la intervenci¨®n militar.
En efecto, los colaboradores de Zapatero no hab¨ªan previsto que la guerra de Irak fuera un elemento central del discurso de Rajoy, como reconoci¨® al final del debate Jes¨²s Caldera, coordinador del programa electoral, que estuvo al frente del equipo que desde la sede socialista hizo el seguimiento. Junto a Caldera estuvieron Diego L¨®pez Garrido, portavoz parlamentario; Elena Valenciano, responsable de pol¨ªtica internacional; Carmen Hermos¨ªn, titular de pol¨ªtica auton¨®mica; Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora, miembro del comit¨¦ electoral, y el coordinador de ese comit¨¦, ?scar L¨®pez.
En el palacio municipal donde se celebr¨® el debate estuvieron el jefe de gabinete de la presidencia del Gobierno, Jos¨¦ Enrique Serrano; el secretario de Organizaci¨®n del PSOE, Jos¨¦ Blanco; el secretario de Estado de Comunicaci¨®n, Fernando Moraleda; uno de los asesores del gabinete de la presidencia, Jos¨¦ Miguel Vidal; Carlos Hern¨¢ndez, director de comunicaci¨®n del PSOE, y Ang¨¦lica Rubio, directora de coordinaci¨®n informativa. Rubio, como la semana pasada, estuvo con Zapatero en los cinco minutos de receso.
A pocos metros de esa sala estaba Miguel ?ngel Sacaluga, supervisando la realizaci¨®n del programa junto a otra persona designada por el PP, para el mismo cometido. Y en una tercera sede, la sede electoral de Gobelas, a las afueras de Madrid, se encontraba el resto del equipo que ha preparado los debates. Entre ellos, Enrique Guerrero, director adjunto del gabinete del presidente, y el soci¨®logo Ignacio Varela.
Mayor credibilidad
Aunque los consultados ofrecen matices, de todos ellos surge un hilo conductor: Zapatero gan¨® en credibilidad, incluso con el reconocimiento de que Rajoy tuvo momentos y pasajes eficaces. "El enredo de Rajoy con la guerra de Irak, el 11-M y el terrorismo arruinaron su objetivo de minar la credibilidad del presidente del Gobierno". Esta aseveraci¨®n de un miembro del equipo de Zapatero sintetiza, en buena medida, el sentir de la mayor¨ªa.
En este segundo cara a cara, Zapatero altern¨® propuestas con ataques. Lo primero estaba previsto, despu¨¦s de que en el debate anterior se concentrara en defender su gesti¨®n como presidente. Sin embargo, hubo dudas sobre si entonces estuvo poco incisivo en defenderse. Ayer lo hizo, y con ganas.
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