La presi¨®n de Rusia frena las candidaturas de Ucrania y Georgia

Los aliados est¨¢n exultantes y expectantes ante la presencia en Bucarest de Vlad¨ªmir Putin, que por primera vez en los 10 a?os de relaci¨®n pautada entre la OTAN y Mosc¨² asistir¨¢ a una cumbre aliada. "Rusia no quiere sorpresas en Bucarest", apunta una fuente diplom¨¢tica aliada. No las va a tener. Las peticiones de Ucrania y de Georgia de ser considerados candidatos a la integraci¨®n a medio plazo ser¨¢n respondidas, salvo sorpresa, con palabras diplom¨¢ticas, traducibles en un "no... por ahora". Los aliados insisten en que ning¨²n pa¨ªs tercero tiene poder de veto sobre lo que ellos deben decidir, pero de momento se impone la prudencia ante Mosc¨².

Putin asistir¨¢ a una cumbre aliada por primera vez en 10 a?os

Ucrania y Georgia han enviado sendas misivas solicitando ser incluidas en un Plan de Acci¨®n para la Integraci¨®n (MAP, en sus siglas en ingl¨¦s) en la OTAN sobre el que ayer discutieron los ministros aliados. Rusia, nerviosa e inc¨®moda con la imparable ampliaci¨®n de la Alianza al Este, con la preparaci¨®n de un escudo antimisiles controlado por Washington en Polonia y la Rep¨²blica Checa y con la instalaci¨®n de nuevos contingentes americanos en Bulgaria, adem¨¢s de por el golpe de Kosovo, ya ha hecho saber que la admisi¨®n de Kiev y Tbilisi en la Alianza obligar¨ªa al Kremlin a tomar represalias.

"La puerta est¨¢ abierta y qui¨¦n pasa por ella es algo que deciden los aliados, no otro pa¨ªs", se?al¨® ayer el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, antes de sentenciar: "No hay veto". No hay veto ruso, aunque pueda parecerlo. Hay un s¨®lido grupo de pa¨ªses, entre los que se encuentran Espa?a, Alemania y Francia que no quieren meter el dedo en el ojo a Putin y menos en Bucarest. Los nuevos socios centroeuropeos son menos considerados con su antiguo dominador. Estados Unidos guarda en p¨²blico una posici¨®n de equilibrio. "No hay veto de ning¨²n pa¨ªs. Son los aliados los que deben discutir si un pa¨ªs est¨¢ preparado", abund¨® la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice.

"Que no haya veto ruso es una cosa y buscar el enfrentamiento es otra", comenta una fuente diplom¨¢tica de un pa¨ªs partidario de la prudencia. "Que Putin vaya a Bucarest y se le d¨¦ esa noticia...".

Ucrania y Georgia tambi¨¦n han ayudado a los aliados a tomar la decisi¨®n. La carta enviada en enero desde Kiev pidiendo un MAP para Ucrania fue redactada de espaldas al Parlamento, donde la oposici¨®n ha hecho casus belli del desaf¨ªo y exige un refer¨¦ndum. Nunca m¨¢s del 25% de la poblaci¨®n de Ucrania, un pa¨ªs dividido culturalmente por mitades entre ucranios y rusos, se han mostrado partidaria de la integraci¨®n en la Alianza.

La OTAN no admite en su seno socios en tan precarias condiciones. Ni tampoco en las que ofrece Georgia, donde s¨ª hay un 70% a favor de la OTAN. La crisis pol¨ªtica de diciembre rest¨® credibilidad a las proclamaciones democr¨¢ticas del presidente, Mijail Saaskashvili. El pa¨ªs, adem¨¢s, tiene dos conflictos enquistados (Abjazia y Osetia del Sur) con Rusia. Los aliados se hacen la cuenta de que abrir hoy la puerta a Ucrania y Georgia tendr¨ªa m¨¢s costes y perjuicios que ventajas y beneficios.

Los aliados siguen con lupa la transici¨®n en el Kremlin y no desean crear tensiones adicionales al pr¨®ximo presidente, Dimitri Medv¨¦dev. Putin acudir¨¢ a Bucarest como presidente en funciones. Los aliados le esperan con gran inter¨¦s y el aliento contenido. "No sabemos si vendr¨¢ con el palo o intentar¨¢ equilibrar el palo con alg¨²n gesto", confiesa un diplom¨¢tico.