Un hotel para ser mimado

Baqueira sin atascos es el reclamo tur¨ªstico del valle de Aneu tras la apertura de nuevas pistas en esta glamourosa estaci¨®n de esqu¨ª. Sin agobios de tr¨¢fico y con una oferta estival m¨¢s diversa y consolidada en el disfrute de la monta?a: rafting y pirag¨¹ismo por el r¨ªo Noguera Pallaresa, excursiones a pie desde el parque nacional de Aig¨¹es Tortes... Y un hotel resurgido de su vieja bota hostelera por el ¨¢nimo monta?ero de Manel Irimia, que se ha atrevido con un edificio de l¨ªneas puras y estructura sobria, indiferente a los belenes pol¨ªticamente correctos de la arquitectura aranesa oficial. Prueba irrefutable de que un hotel de monta?a no tiene por qu¨¦ ser fr¨ªo ni impersonal sin recurrir de oficio al t¨®pico de la madera esgrafiada o la chimenea de Heidi.

La se?a alpina del antiguo hostal se vuelve ahora minimalismo n¨®rdico en piedra, pizarra y cristal. Un b¨¢lsamo dadivoso de cielo y bosque, de r¨ªo susurrante, de cumbres y desfiladeros a¨²n impenetrables.

'Spa' con vistas

Aqu¨ª la calma es absoluta, pues la carretera, poco transitada, queda lejos. Y su emplazamiento, al rebufo de unas pe?as, id¨ªlico. Si no fuera porque los jardines, ordenados de desorden pirenaico, gozan de pocas horas de sol incluso en verano. Quiz¨¢ a causa de esta inclemencia resalte tanto ese recoleto jard¨ªn interior proyectado debajo de la escalera, junto al sal¨®n con chimenea y el spa invernal, con vistas a la monta?a.

Riberies no es lo que se entiende por un hotel t¨ªpicamente familiar, pero la atenci¨®n es pr¨®xima al hu¨¦sped y la atm¨®sfera interior contribuye a generar esa impresi¨®n. Una estancia prolongada en ¨¦l acaba haciendo amigos. Se miman los detalles de acogida, el peeling corporal -20 minutos de masaje con chocolate caliente por 45 euros-, los b¨¢rtulos del esquiador a su debido recaudo y hasta las apetencias del paladar. El restaurante, en la primera planta, cumple por encima de lo esperado, con elaboraciones sencillas a buen precio y un vino a descubrir cada d¨ªa. ?Ah, si los desayunos acompa?aran...!

Despu¨¦s de una jornada en la monta?a, los dormitorios abrigan ese acto compulsivo de quitarse las botas en un largo suspiro. Abuhardillados en su mayor¨ªa, aunque estrechos, atemperan su minimalismo de libro gracias a la calidez que aportan sus tonos almagre, los cabeceros de imitaci¨®n a piel y el mobiliario funcional en madera oscura, especialmente los taburetes del escritorio y esas piezas conceptuales que se tienen por mesillas de noche. A 13 euros menos se alquilan las denominadas habitaciones r¨²sticas, m¨¢s adecuadas quiz¨¢ para familias con ni?os. Pero ¨¦stas son ya otra cosa.