?Tal vez tu hijo es disl¨¦xico y nadie lo sabe?
El trastorno es casi clandestino en muchos colegios - La dislexia puede alcanzar a casi el 10% de la poblaci¨®n y est¨¢ plenamente diagnosticada en EE UU y Reino Unido
Si Bill Gates hubiera estado escolarizado en Espa?a el mundo tal vez no conocer¨ªa Windows. Es disl¨¦xico. Y mientras el sistema escolar de EE UU detecta y cuida de manera precoz al 10% de personas que, de forma leve o severa padecen este trastorno, en Espa?a los profesores no reciben formaci¨®n espec¨ªfica para aprender a guiarse frente a un alumno que no consigue plasmar en nuestro alfabeto las ideas, a lo mejor brillantes, que bullen en su cabeza.
El Brot de Barcelona es el ¨²nico colegio especializado en dislexia de Espa?a
Einstein y Pablo Picasso fueron disl¨¦xicos. Tambi¨¦n Boris Izaguirre
Daniel Ottman pas¨® por tres depresiones antes de saber, a los 17, que era disl¨¦xico
En la Universidad de Oxford, 500 disl¨¦xicos reciben becas y ayudas
Las asociaciones, j¨®venes y con escasa ayuda, dan la voz de alarma. Reconocen que la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (LOE) fue la primera ley que, en 2006, desvel¨® en un papel oficial la existencia de este mal silencioso. A pesar del avance, en el d¨ªa a d¨ªa de unos centros educativos gestionados por las comunidades aut¨®nomas, miles de ni?os no encuentran el apoyo necesario para adaptar el caos creativo de su cabeza a la rigidez de los planes escolares que est¨¢n obligados a seguir. Sumidos en la clandestinidad de su enfermedad son f¨¢cil pasto del fracaso escolar y se les hace pasar por vagos e ignorantes.
No hay estudios fiables en Espa?a sobre el n¨²mero de personas que padecen este trastorno de aprendizaje. La Federaci¨®n Espa?ola de Disl¨¦xicos (FEDIS) basa sus cifras las de la Uni¨®n Europea, que estima en 38 millones los ciudadanos del Viejo Continente que sufren esta patolog¨ªa. Proyectando el c¨¢lculo, entre un 10% y un 15% de los espa?oles padecer¨ªa en alg¨²n grado esta disfunci¨®n. Pero Mar¨ªa P¨¤rraga, directora de la fundaci¨®n que regenta el ¨²nico colegio para disl¨¦xicos que hay en Espa?a, El Brot de Barcelona, hace una estimaci¨®n distinta, calcula que el 3% de los fracasados escolares son disl¨¦xicos. La necesidad de recurrir a la cuenta de la vieja para hacer esta estimaci¨®n es una buena prueba de la invisibilidad de los disl¨¦xicos en las aulas. "En todo caso son m¨¢s de los que los colegios aciertan a reconocer" afirma el presidente de FEDIS, I?aki Mu?oz.
La logopeda Maribel Mart¨ªn, del estudio Eduvoz, explica en lenguaje t¨¦cnico las claves de la disfunci¨®n. La dislexia es "un trastorno neuronal en la lecto-escritura que dificulta en distintos grados la capacidad para distinguir y memorizar las letras o grupos de letras, el ritmo y orden de su colocaci¨®n para formar las palabras y produce una mala estructuraci¨®n de las frases, lo que afecta tanto a la lectura como a la escritura. Los disl¨¦xicos tienen dificultades para aprender a leer y a escribir, pero no padecen retraso mental ni carencias del entorno socioeducativo".
En el mundo de un disl¨¦xico, esta perorata cient¨ªfica se siente de otra manera: en la cabeza una mancha de color sangre y en la mano un l¨¢piz inm¨®vil, incapaz de asociar el carm¨ªn con las letras R-O-J-O. Sucedi¨® hace a?os, en la cabeza y en la mano de Alair, una ni?a que quiso escribir la direcci¨®n de su amiga Mar¨ªa Rojo y no pudo. Fue s¨®lo una an¨¦cdota m¨¢s, un nuevo paso del torpe baile de im¨¢genes, n¨²meros y letras en el que vive. Para ella rojo (el color), rojo (el sonido) y rojo (la uni¨®n de letras y s¨ªlabas que describen en castellano la mancha bermell¨®n que distingue en su cabeza), son conceptos separados. Le cuesta establecer la relaci¨®n entre lo que ve, lo que pronuncia y lo que escribe. A veces no consigue asociarlos porque, aunque comprenda perfectamente el concepto, es incapaz de descifrar el lenguaje escrito. El mundo est¨¢ codificado en un lenguaje que ella no puede entender.
P¨¤rraga dice que el mayor lastre de esta disfunci¨®n es su naturaleza introspectiva y silenciosa. "El disl¨¦xico no es un alumno espectacular. Tiene buen cociente intelectual y muchos son capaces de buscar recursos para salir adelante". Su discapacidad se esconde incluso a los ojos de quien la sufre porque la percepci¨®n de las cosas siempre ha sido igual. Para ellos es lo normal, el desorden de siempre. Ven las letras del rev¨¦s, se les apelotonan ante la vista como una tormenta alfab¨¦tica. Se concentran, pero no entienden. Se aburren, desconectan, se despistan, les rega?an, se concentran, no entienden, se despistan, les rega?an, no entienden...
Muchos personajes c¨¦lebres han sido y son disl¨¦xicos: el que fue el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, el pintor Pablo Picasso o Boris Izaguirre, el presentador de televisi¨®n que el a?o pasado qued¨® finalista al Premio Planeta...del mism¨ªsimo Albert Einstein sus profesores dec¨ªan que "era lento mentalmente, poco sociable y divagaba constantemente en sus est¨²pidos sue?os", seg¨²n relat¨® su hijo Hans Albert Einstein en una entrevista. Pero en la evoluci¨®n de la vida del com¨²n de los disl¨¦xicos, la frontera entre el ¨¦xito y el fracaso es demasiado estrecha. Daniel Ottaman es Canario. Tiene 19 a?os, estudia biolog¨ªa y hace s¨®lo tres le diagnosticaron dislexia. Aquella jornada fue la primera que oy¨® la palabra que daba una explicaci¨®n a su calvario. "Hab¨ªa pasado por tres depresiones y por varios ataques de ansiedad y ese d¨ªa entend¨ª que todo lo que me suced¨ªa ten¨ªa una explicaci¨®n y que no era tonto", comenta.
Mar¨ªa P¨¤rraga, afirma que los pa¨ªses anglosajones son un para¨ªso para las personas que sufren esta disfunci¨®n y un ejemplo para el resto. "All¨ª su tratamiento est¨¢ normalizado hasta tal punto que los contenidos de las clases no s¨®lo se guardan en libros sino tambi¨¦n en soportes interactivos donde el conocimiento est¨¢ explicado en clave de imagen". Tanto en Reino Unido como en EE UU la dislexia es considerada una discapacidad por lo que quienes la sufren tienen derecho a becas y ayudas. En la Universidad de Oxford, por ejemplo, hay 20.000 estudiantes. De ellos 1.020 son discapacitados, el 48% disl¨¦xicos. En cambio, en la Universidad Aut¨®noma de Madrid tan s¨®lo 115 de sus 28.000 estudiantes est¨¢n registrados como minusv¨¢lidos. Ninguno es disl¨¦xico porque en Espa?a no se contempla como discapacidad.
Igual que en las aulas, los disl¨¦xicos han sufrido las consecuencias de la clandestinidad de su dolencia en el marco legal espa?ol. La LOE reconoci¨® por primera vez en 2006 la existencia de esta enfermedad silenciosa bajo el nombre de "Alumnado con necesidades educativas espec¨ªficas". Las necesidades educativas especiales (ni?os discapacitados o con problemas de conducta) ya estaban recogidas en la anterior ley, la LOGSE.
Pero, seg¨²n la FEDIS, los beneficios del reconocimiento no han llegado mucho m¨¢s all¨¢ del papel. Uno de los redactores de la LOE, Juan L¨®pez, subdirector general de Ordenaci¨®n Acad¨¦mica del Ministerio Educaci¨®n, defiende que la incorporaci¨®n de la dislexia al ordenamiento ha sido un gran avance, aunque es consciente de que, desde 2006, no ha habido tiempo para recoger sus beneficios.
L¨®pez remite a los art¨ªculos 71 y 72 donde se exige a las comunidades aut¨®nomas que dispongan de los medios y recursos necesarios "para que todo el alumnado alcance el m¨¢ximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional". La responsabilidad de su aplicaci¨®n est¨¢ transferida a las comunidades, pero, "en caso de que no se est¨¦ cumpliendo, los ciudadanos pueden poner una denuncia. Por ahora no hemos recibido ninguna".
A partir de la aprobaci¨®n de la ley se ha establecido un sistema de detecci¨®n distinto en primaria y en secundaria. Mientras en secundaria es obligatorio que haya un equipo de tres orientadores en cada centro, en primaria (el periodo donde se deber¨ªa de detectar la dislexia) los llamados servicios de atenci¨®n temprana, trabajan fuera del colegio. Visitan peri¨®dicamente "los 12 ¨® 13 centros de cada distrito". "Detectan los ni?os con necesidades especiales o espec¨ªficas y, dependiendo sus caracter¨ªsticas, la plantilla de profesores se refuerza con psic¨®logos, fisioterapeutas o logopedas".
Las islas son las autonom¨ªas pioneras en desarrollar los art¨ªculos 71 y 72. Baleares introdujo hace cuatro a?os, la Selectividad para disl¨¦xicos. Los alumnos tienen m¨¢s tiempo para la prueba, los profesores leen las preguntas al alumno y en la correcci¨®n no cuentan la ortograf¨ªa. De los 3.438 alumnos que se examinaron en 2007, ocho solicitaron esta prueba especial.
En Canarias, el 30 de enero se aprob¨® una resoluci¨®n que exige este mismo tratamiento tanto en los ex¨¢menes de primaria como en los de secundaria. Adem¨¢s, pusieron en marcha hace un a?o cursos de formaci¨®n en dislexia para cuarenta profesores en Las Palmas y otros tantos en Tenerife.
Dentro de la Pen¨ªnsula no existen normativas espec¨ªficas. Desde la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Comunidad de Madrid reconocen que no existe ninguna titulaci¨®n que especialice al profesorado, pero matizan que 425 especialistas en educaci¨®n y lenguaje trabajan en colegios p¨²blicos de la capital. En el Pa¨ªs Vasco se est¨¢ formando una comisi¨®n t¨¦cnica para dar respuesta a la dislexia y a la disgraf¨ªa. La formar¨¢n representantes de la universidad, el departamento de Educaci¨®n del Gobierno Vasco, la asociaci¨®n de disl¨¦xicos Dislebi y miembros del Berritzegune, un ¨®rgano de asesores educativos.
El secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO, Jos¨¦ Campo, manifiesta que, adem¨¢s, "es fundamental reducir el ratio alumno/profesor en las escuelas para garantizar la atenci¨®n personalizada de este alumnado". En una clase donde hay un profesor y 30 alumnos "es dif¨ªcil que el docente detecte y atienda los casos especiales".
Encarna Pey¨²s, experta en dislexia del colegio Montserrat en el barrio de Orcasitas de Madrid, afirma que encontrar un colegio preparado para diagnosticar la disfunci¨®n es cuesti¨®n de suerte. "Si afirmamos que es cr¨ªtico que el ni?o sea diagnosticado precozmente para poder ser tratado, su futuro queda supeditado a que la fortuna le permita ingresar en un colegio que disponga especialistas". Si no le toca esta loter¨ªa, s¨®lo la sensibilidad y el dinero de sus padres pueden salvarle de un fracaso seguro.
Respecto al m¨¦todo a utilizar, Irene Herranz afirma que, "todos los ni?os disl¨¦xicos necesitan aprender a leer, pero cada uno a su ritmo, no hay que machacar m¨¢s su debilidad sino ense?arles caminos alternativos para llegar al mismo sitio. Lo que necesitan es experimentar y manipular su entorno". Su inteligencia les aparta de los planes de educaci¨®n especial, hace su problema invisible a los ojos de sus profesores y su incapacidad para leer en un sistema que se sostiene en la lectura les frustra y les margina. El silencio de la dislexia no perdona.
Por qu¨¦ en China hay menos disl¨¦xicos
No es casualidad que en China el n¨²mero de disl¨¦xicos sea mucho menor que en Espa?a. Muchos de sus ideogramas son f¨¢ciles de entender con un poco de intuici¨®n. Expresan im¨¢genes y no letras, formas inventadas y vac¨ªas de contenido por s¨ª mismas como nuestro alfabeto.
Cuando un ni?o chino ve (ideograma, ver PDF) es capaz de interpretar "hombre" si cualquier adulto le ha explicado antes que ese signo es la simplificaci¨®n del dibujo de una persona. Un poco de imaginaci¨®n basta. Ese hombrecito, combinado con otros, adquiere distintos significados.
Por ejemplo, (ideograma, ver PDF), dos hombres, ser¨¢ "todo el mundo". Al contrario que un ni?o chino, si a uno espa?ol se le dice "la casa est¨¢ en la monta?a", ¨¦l, en su sintaxis, traducir¨¢ algo como esto: (ideograma, ver PDF)
??????. En "est¨¢" se habr¨¢ perdido porque esta palabra no tiene significado palpable cercano o real. "Est¨¢" no existe en su imaginario.
En 2001 un equipo internacional de cient¨ªficos afirmaba que en todos los casos la base neurol¨®gica es la misma, pero se manifiesta de modo distinto seg¨²n la ambig¨¹edad ortogr¨¢fica del idioma. El estudio, realizado entre ni?os de 10 a?os mostr¨®, que el porcentaje de disl¨¦xicos es el doble en Estados Unidos que en Italia. En ingl¨¦s The pen is on the table se pronunciar¨ªa "De pen is on de teibol", o sea, su pronunciaci¨®n no tiene nada que ver con la graf¨ªa. En italiano la misma frase La penna ¨¦ sul tavolo se pronuncia igual que se escribe, igual que en espa?ol: "El boli est¨¢ sobre la mesa".
A, b, z, ?, q, n, s, l, c, y, r,f ,s. .. Son signos vac¨ªos y dif¨ªciles de entender para las cabezas que funcionan por im¨¢genes.
C¨®mo se diagnostica
"Imag¨ªnate un reguero de hormiguitas que va por su camino y se topan con una piedra. La fila se deshace, las hormiguitas se despistan y los insectos acaban desperdigados de manera desordenada por donde no debieran. Nosotros los disl¨¦xicos tenemos huecos sin informaci¨®n en el hardware".
Alfonso Callejas, presidente de la asociaci¨®n madrile?a Disl¨¦xicos sin Barreras, con sede en Alcorc¨®n, habla en clave de imagen de la causa primera de cualquier dislexia: una disfunci¨®n neuronal que sucede durante la formaci¨®n del feto. La met¨¢fora de las hormiguitas se refiere al viaje que hacen las neuronas durante la formaci¨®n del feto desde el tubo neural, donde est¨¢n las c¨¦lulas madre, a la corteza cerebral. En ese proceso de migraci¨®n siempre se producen errores y por ese motivo cada persona desarrolla algunas habilidades con destreza y otras con torpeza.
En el caso de los disl¨¦xicos se podr¨ªa decir que no todas las neuronas se sit¨²an en el lugar adecuado y las c¨¦lulas mal colocadas no forman conexiones. En esa red de cables las zonas afectadas quedan como un nudo, cada uno de ellos se llama ectopia y permanecer¨¢ para siempre en el mismo estado. "Por eso la dislexia se supera, pero no se cura", afirma Callejas. Su asociaci¨®n desarrolla en su web, www.dislexiasinbarreras.com, esta teor¨ªa con un art¨ªculo del doctor Franck Ramus, del Laboratorio de Ciencias Cognitivas y Psicoling¨¹¨ªsticas de Par¨ªs.
Es, adem¨¢s, una enfermedad cong¨¦nita. En muchos casos se transmite de padres a hijos. Entre los Callejas no es ¨¦l el ¨²nico disl¨¦xico. Uno de sus dos hijos, Alberto, de 13 a?os, tambi¨¦n la sufre. Hay m¨¢s familias de disl¨¦xicos entre los miembros de la asociaci¨®n. Jos¨¦ Luis tiene cinco hijos, tres de ellos han heredado de ¨¦l la enfermedad del baile de las letras y los dos hijos de Charo la padecen tambi¨¦n. "Mi marido se enter¨® de que lo era a los 40. Cuando se la diagnosticaron a mis hijos at¨® cabos y se dio cuenta de que ¨¦l tambi¨¦n lo era. Antes no se sab¨ªa ni lo que era y a mi marido le toc¨® ser, sencillamente 'un vago de la clase".
Las claves m¨¢s visibles para diagnosticar la dislexia son: retraso en el lenguaje, confusi¨®n de las palabras que tienen una pronunciaci¨®n similar, dificultades expresivas, problemas para identificar las letras y los sonidos asociados, historia familiar con problemas de lectoescritura, inconvenientes para descodificar palabras aisladas, dificultades m¨¢s importantes para leer palabras raras, lectura lenta, con errores y muy laboriosa y dificultades ortogr¨¢ficas y apuros a la hora de nombrar figuras.
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