Bajo el asfalto estaba la Red
Estamos ante un cambio cultural y de valores. La generaci¨®n digital, la que ha hecho de la Red una forma de ser y de relacionarse, comparte, coopera, crea y difunde sin esperar nada a cambio
Facebook, Flickr, MySpace, Mininova, Twitter... Si estos t¨¦rminos no le son muy familiares es que abandon¨® la primera juventud hace tiempo. No dudo de que disponga de tel¨¦fono m¨®vil y lo utilice con frecuencia; incluso manda SMS, tiene ordenador y es usuario de Internet. Pero no vive en la Red.
Hace a?os, en un ambicioso programa de investigaci¨®n que codirig¨ª con Manuel Castells en la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), descubrimos que los menores de 30 a?os ve¨ªan menos la televisi¨®n desde que navegaban por la Red. Exactamente el 60,7% de internautas ten¨ªa este comportamiento. Mientras, la industria audiovisual negaba esta evidencia, o la contemplaba como una moda pasajera, y se romp¨ªa la cabeza en programar contenidos para j¨®venes. Pero los j¨®venes hac¨ªa tiempo que la hab¨ªan abandonado. No sus contenidos, pero s¨ª el aparato y sus parrillas de programaci¨®n. Por ejemplo, la ¨²ltima semana de enero empez¨® una nueva temporada de Perdidos con una gran campa?a de promoci¨®n global en Internet. Mientras en Estados Unidos se emit¨ªa el primer cap¨ªtulo, j¨®venes de todo el planeta esperaban a que se acabase la emisi¨®n y que alguien la colgara en la Red para poder verla. Y as¨ª fue.
En Espa?a m¨¢s del 85% de los j¨®venes entre 10 y 15 a?os utiliza regularmente un ordenador
Los ¨²nicos directos de la televisi¨®n con sentido son los informativos, los deportes y las emergencias
A ra¨ªz de estos resultados decidimos profundizar en el tema, y junto con Carlos Tabernero lanzamos una encuesta en diferentes webs. Resulta que busc¨¢bamos la revoluci¨®n en los medios o en los equipos, y, como sucede en Internet, la encontramos en los usuarios. Si queremos entender el futuro tenemos que observar a nuestros hijos en nuestras casas, porque la revoluci¨®n de los medios se cuece en las habitaciones de los m¨¢s j¨®venes.
Seg¨²n la AIMC (Asociaci¨®n para la Investigaci¨®n de Medios de Comunicaci¨®n), el nivel m¨¢s alto de difusi¨®n de Internet en Espa?a corresponde a los menores de 25 a?os y alcanza cuotas superiores al 80%. A pesar de que sus usuarios son mayoritariamente hombres j¨®venes, educados, de clase media y alta, que estudian o trabajan y que viven en zonas urbanas, en realidad encontramos niveles muy igualados de uso en todos los grupos socioecon¨®micos y culturales. El discurso sobre la divisoria digital que tanto nos gustaba hace diez a?os era falso, o al menos habr¨ªa que matizarlo. Hay una disminuci¨®n de las desigualdades de acceso a la tecnolog¨ªa de los distintos grupos socio-demogr¨¢ficos en nuestro contexto y a nivel internacional. Internet ha llegado, como lo hizo la televisi¨®n o el m¨®vil, a casi todas las zonas del planeta. No nos enga?emos, la ¨²nica divisoria real es la edad.
En nuestro entorno, la poblaci¨®n menor de 15 a?os ha nacido y crecido en un ambiente de fuerte presencia tecnol¨®gica. Seg¨²n datos del INE, m¨¢s del 85% de j¨®venes entre 10 y 15 a?os utiliza regularmente un ordenador y se conecta a Internet con regularidad, y el 62% tiene tel¨¦fono m¨®vil. En Espa?a, las familias con ni?os de 10 a 15 a?os son las m¨¢s tecnol¨®gicas y su presencia produce un incremento de uso de las TIC (Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n). Su influencia en la compra de equipamiento es vital. Nuestras familias m¨¢s tecnol¨®gicas son las que tienen cuatro miembros y las menos, las de dos miembros.
La televisi¨®n crece en tama?o y vuelve al sal¨®n, mientras que el resto de aparatos los llevamos encima y los m¨¢s j¨®venes los sit¨²an en su habitaci¨®n, incluido el m¨®vil.
?Recuerdan a McLuhan cuando defin¨ªa los medios como nuestras extensiones tecnol¨®gicas? Pocos le entendieron. El uso cotidiano de las TIC nos dibuja una pr¨¢ctica m¨¢s independiente, personalizada y activa, opuesta al uso m¨¢s familiar, colectivo y pasivo de la televisi¨®n.El consumo audiovisual pasa del comedor a cualquier otro espacio del hogar, y a cualquier hora, aunque por una cuesti¨®n de gesti¨®n del tiempo, todo lo que no sea dormir, trabajar o estudiar, comer o desplazarse se sit¨²a en lo que la industria audiovisual todav¨ªa considera su prime time. S¨ª, yo s¨¦ que la TDT se define como interactiva, pero aunque fuera as¨ª, ?qui¨¦n a los 15 a?os se pondr¨¢ a chatear en el sal¨®n delante de sus padres?
Nuestros j¨®venes ven contenidos audiovisuales, pero no precisamente en el televisor, y no solamente consumen sino que comparten, modifican, subtitulan y crean. En Catalu?a, nuestros datos nos dicen que, entre los 16 y los 24 a?os, el 90% navega, el 76% chatea, el 75% descarga archivos de todo tipo y el 33% cuelga contenidos. En Espa?a, los datos del INE son parecidos: el 78,1% manda mails, el 50,9% chatea y el 35,4% cuelga contenidos. En Estados Unidos, seg¨²n datos del PEW/Internet, el 64% entre los 12 y los 17 a?os cuelga contenidos en la Red.
?Qu¨¦ significa todo esto m¨¢s all¨¢ de unos datos y unos porcentajes? Un cambio de comportamiento tan importante que, o bien los medios lo entienden o pierden a los j¨®venes para siempre.
Y no se enga?en, cuando cumplan 30 a?os no volver¨¢n al sof¨¢. Yo tengo bastantes m¨¢s, y miro series en mi c¨®modo port¨¢til y a menudo las descargo en mi iPod. En Jap¨®n el ancho de banda ya permite bajarse una hora de v¨ªdeo en 16 segundos. Los estudios sobre gesti¨®n del tiempo que hemos hecho reflejan que lo que ha dejado de hacer la gente para navegar es dormir y no hacer nada. Ve menos televisi¨®n y va menos al cine. Escucha m¨¢s m¨²sica y lee m¨¢s prensa. Y lo m¨¢s interesante, consume muchos medios al mismo tiempo. El multitasking o la multit¨¢rea se resume en estar atento a cinco pantallas a la vez.
La met¨¢fora de c¨®mo los j¨®venes contemplan los viejos contenidos y los reciclan en Internet la podemos ver en tv3minuts.cat, iniciado y producido por j¨®venes de entre 20 y 28 a?os. Es lo m¨¢s parecido a lo que Vinton Cerf llama el momento i-Pod de la industria de la televisi¨®n, comparable al momento en que el MP3 transform¨® la industria de la m¨²sica. Seg¨²n ¨¦l, y deber¨ªamos escucharlo porque ya est¨¢ sucediendo, los ¨²nicos directos de la televisi¨®n que tienen sentido son los informativos, los deportes y las emergencias.
Estoy convencida y, cr¨¦anme, los estudios que estamos haciendo en la UOC nos lo confirman, que estamos delante de un cambio cultural y un cambio de valores. Cada vez que analizo datos y comportamientos recuerdo mis lecturas de los padres del anarquismo. ?Recuerdan las teor¨ªas del Apoyo Mutuo de Kropotkin? La generaci¨®n digital no es aquella generaci¨®n de los ochenta, los yuppies, que despreciaba todo lo que no fuera rentable. La generaci¨®n digital, la que ha hecho de la Red una forma de ser y de relacionarse integrada en su vida cotidiana, comparte, coopera, crea y difunde sin esperar nada a cambio, simplemente socializar, ser ¨²til, hacer algo para compartir con los otros. El esp¨ªritu de Internet es ¨¦ste. Son los usuarios los que desinteresadamente lo van modificando, mejorando y haci¨¦ndolo avanzar.
Le¨ªa hace poco un informe del Pew/Internet que dec¨ªa que los j¨®venes de 22 a?os que hoy entran en el mundo del trabajo han dedicado 5.000 horas de su vida a jugar en la Playstation, han intercambiado 250 000 e-mails, sms o mensajes instant¨¢neos, han usado el m¨®vil durante 10.000 horas y han pasado otras 35.000 horas navegando por la Red.
Ya se han hecho estudios para ver c¨®mo estas pr¨¢cticas han influido en el mundo laboral, y se ha demostrado que su aproximaci¨®n a problemas es muy distinta a la nuestra, y que los videojuegos son programas complejos que requieren nuevas aproximaciones cognitivas. Conceptos como autoridad, ¨¦xito o fracaso, trabajo en equipo, lealtad, negociaci¨®n o cooperaci¨®n est¨¢n integrados en su manera de actuar.
A nosotros -una generaci¨®n que ha crecido con la tele, el Vamos a la cama o Un, dos, tres... responda otra vez-, nos cuesta entenderlos, de la misma manera que nuestros padres no nos entend¨ªan cuando busc¨¢bamos playas debajo del asfalto y trat¨¢bamos de ser realistas so?ando lo imposible. Quiz¨¢ lo que deber¨ªamos hacer, es darles paso. Tal vez el mundo ir¨ªa de otra manera.
Imma Tubella es rectora de la Universitat Oberta de Catalunya.
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