Guerra de guerrillas en ERC por su ca¨ªda

Los resultados de las elecciones son el term¨®metro de la influencia y del buen hacer de los partidos, y en Esquerra Republicana (ERC) no pueden estar contentos. En las recientes generales, los independentistas, encabezados por Joan Ridao, cosecharon 296.473 apoyos, un 1,17% de los votos, que les significaron tres diputados. Pero es que en 2004 obtuvieron ocho -y grupo parlamentario propio- con un 2,52% de los votos que le otorgaron los 652.196 sufragios.

La candidatura la encabez¨® en aquella ocasi¨®n el presidente de la formaci¨®n, Josep Llu¨ªs Carod Rovira. Tambi¨¦n se dio entonces una combinaci¨®n del episodio de Perpi?¨¢n y la campa?a en contra del PP. Pero hoy la situaci¨®n es diferente.

De momento, el secretario general de la formaci¨®n independentista y ex diputado e?n el Congreso, Joan Puigcerc¨®s, dimiti¨® el lunes por iniciativa propia de su responsabilidad como consejero de Gobernaci¨®n de la Generalitat. ?Por qu¨¦? Pues "para dedicar tiempo al partido". Esta intenci¨®n tan altruista no ser¨ªa importante si no fuera porque el mismo lunes, la ejecutiva de ERC decidi¨® adelantar su congreso de octubre. Carod y Puigcerc¨®s se enfrentar¨¢n por la presidencia de Esquerra en unas elecciones internas el 7 de junio.

No hay marcha atr¨¢s, los partidarios de ambos l¨ªderes ya han hecho las alforjas y ensillado los caballos para aprovechar los dos meses que quedan para el congreso. Tanto Carod como Puigcerc¨®s no dejan de reunirse y pasear por las 41 comarcas catalanas. Y es que las votaciones a presidente, y tambi¨¦n a secretario general, se realizar¨¢n a la manera del PNV, es decir, una urna en cada secci¨®n local. As¨ª ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil que los 10.000 militantes republicanos puedan votar, aseguran fuentes del partido.

Tanto Carod como Puigcerc¨®s no pondr¨¢n en peligro el Gobierno catal¨¢n, en alianza con los socialistas e ICV-EU. No hay mucha diferencia estrat¨¦gica entre ambos. Es una lucha por el liderazgo que viene de antiguo pero que obtuvo una suerte de pax romana en 2004, en el congreso de Lleida, cuando partidarios de Carod y de Puigcerc¨®s coparon la ejecutiva por igual. Pero en las pasadas elecciones auton¨®micas de 2006 los independentistas bajaron en apoyos, como en las municipales y en las generales. La reflexi¨®n se impone. El reto es aparecer ante la sociedad como un partido de gobierno de izquierdas e independentista. De momento, se decidir¨¢n primero los liderazgos.