Sociedad ilimitada
Los principales clubes de la CAV y Navarra han recibido unos 25 millones de euros en tres a?os - Los estadios y terrenos anexos, nuevas v¨ªas de financiaci¨®n
?Puede un club profesional de ¨¦lite sobrevivir por sus propios medios sin ayuda de la administraci¨®n p¨²blica? ?Debe una administraci¨®n publica ayudar econ¨®micamente a un club privado? El debate es muy antiguo, pero todas las administraciones, voluntaria o socialmente forzadas, colaboran en el mantenimiento de los principales clubes del Pa¨ªs Vasco y de Navarra. Alrededor de 25 millones de euros han cedido las instituciones a los principales clubes en los ¨²ltimos tres a?os. La voz m¨¢s cr¨ªtica contra el sistema de ayudas ha sido la del Tribunal Vasco de Cuentas P¨²blicas, que ha ido criticando casi uno por uno los convenios y ayudas que tanto el Gobierno, las Diputaciones forales (principalmente) y los Ayuntamientos han venido aportando a los clubes profesionales.
El TVCP ha criticado muchas de las ayudas institucionales
El afeamiento de su conducta ha quedado, sin embargo, en un acto casi testimonial. Regular o irregularmente, las aportaciones continuan sin que en muchos casos se hayan modificado el origen de las cr¨ªticas del ente fiscalizador vasco. Esa es la v¨ªa de acci¨®n directa que, por ejemplo, al Athletic le ha reportado 10,5 millones de euros en seis a?os y a la Real Sociedad, 15 en el mismo periodo y al Alav¨¦s algo m¨¢s de tres millones entre 2006. Osasuna, a su vez, ha conseguido 4,5 millones en tres a?os simplemente por cambiar de nombre su estadio y el Alav¨¦s espera que la situaci¨®n concursal concluya y le permita volver a las ayudas p¨²blicas. El Tau y el Biilbao Basket, los dos principales clubes de baloncesto, tampoco han sido ajenos a esas pol¨ªticas administrativas. Ambos reciben subvenci¨®n de sus diputaciones por valor de 1.200.000 anuales y 875.000 euros (promedio), respectivamente.
Pero, sin embargo, la gran operaci¨®n de los clubes de ¨¦lite tiene m¨¢s que ver con las infraestructuras que con la financiaci¨®n directa. Solo Osasuna, en Navarra, tiene estadio en propiedad. En Bilbao, el nuevo San Mam¨¦s ser¨¢ propiedad de la sociedad San Mam¨¦s Barria participada por el club, la diputaci¨®n y la BBK. Mendizorroza, en Vitoria y Anoeta, en San Sebasti¨¢n, son de titularidad municipal. Sin embargo, tanto Osasuna como Tau, han conseguido recalificaciones y compraventa de terrenos en los alrededores del estadio o pabell¨®n que conceden un nivel de ingresos anuales importante. La vieja idea de que un club de f¨²tbol es un estadio y un campo de entrenamiento ha pasado a la historia. La sociedad ilimitada entre lo p¨²blico y lo privado va en consonancia con la sobrevaloraci¨®n del deporte profesional.
El saneamiento oculto del f¨²tbol
En 1992, el Gobierno decidi¨® poner en marcha el plan de saneamiento que acab¨® por perdonar una deuda que entonces se cifr¨® en unos 120 millones de euros. Una especie de borr¨®n y cuenta nueva, que supuso la primera derrota de la Administraci¨®n con un deporte que, lejos de ajustar su n¨²meros, sigui¨® creciendo de forma desaforada. S¨®lo Osasuna presentaba entonces un ejercicio saneado, por lo que fue premiado dej¨¢ndole fuera de las ayudas p¨²blicas.
La segunda derrota se produjo en 1995 cuando la Liga de F¨²tbol Profesional orden¨® el descenso de Celta y Sevilla, ya que sus juntas directivas no avalaban el 5% del presupuesto. Miles de gallegos y andaluces salieron a la calle en manifestaciones multitudinarias que obligaron a los dirigentes futbol¨ªsticos a dar marcha atr¨¢s y reordenar, de forma, chapucera, la competici¨®n en Segunda Divisi¨®n.
A partir del Plan de Saneamiento, los clubes con deudas debieron convertirse en sociedades an¨®nimas deportivas, de las que quedaron exentos Osasuna, Athletic, Real Madrid y Barcelona (ambos con una millonaria deuda real).
La tercera fase comenz¨® en una esquina, cuando Florentino P¨¦rez consigui¨® una recalificaci¨®n de terrenos que le proporcion¨® al club blanco entre 420 y 540 millones de euros. A partir de entonces, las recalificaciones han estado y est¨¢n a la orden del d¨ªa. Son algo as¨ª como un nuevo plan de saneamiento encubierto para un deporte que, seg¨²n se estimaba en 2004, acumulaba 2.156 millones de euros de deuda. Una deuda a la que ya no escapaba ninguna sociedad o club, a pesar de haber vivido las vacas gordas de los derechos televisivos que llenaron sus arcas y que se gastaron con la misma alegr¨ªa y el mismo dcescontrol.
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