Hamilton arrasa en el caos
El piloto de McLaren gana en Melbourne y Alonso adelanta a Kovalainen y Raikkonen para finalizar cuarto - S¨®lo siete coches llegan a la meta - BMW y Williams acaban en el podio - Ferrari fracasa con dos roturas del motor
Una sola carrera bast¨® para demostrar que los dos pilotos que en 2007 compart¨ªan equipo en McLaren Mercedes eran los mejores del paddock. Por si alguien lo dudaba, Lewis Hamilton y Fernando Alonso, esta vez por separado, fueron los grandes protagonistas de un Gran Premio de Australia ca¨®tico en el que s¨®lo acabaron la carrera siete y uno de ellos fue descalificado (Rubens Barrichello). Entre tanto caos, s¨®lo hab¨ªa lugar para el talento. Fue lo que llev¨® a Hamilton al triunfo y a Alonso a completar una de sus mejores carreras y a concluir en una cuarta posici¨®n que parec¨ªa inalcanzable para ¨¦l dadas las prestaciones de su Renault. El podio lo compartieron tambi¨¦n Nick Heidfeld y Nico Rosberg, que pudieron constatar el salto cualitativo de las escuder¨ªas BMW y Williams.
La victoria inicial de Hamilton no s¨®lo demostr¨® que McLaren mantiene el mismo nivel competitivo que el a?o pasado, sino que puso en evidencia que los t¨ªtulos que entonces ganaron Kimi Raikkonen y Ferrari fueron circunstanciales. Si un fracaso hubo en Melbourne fue el de la escuder¨ªa de Maranello. Lleg¨® a Australia precedida por la aureola de ser la mejor y sali¨® de Albert Park con la cabeza gacha tras el fiasco monumental tanto de Felipe Massa y Raikkonen como de sus propios monoplazas, que acabaron con el motor roto. El campe¨®n sum¨® su primer punto, pero sin que su coche pudiera siquiera cruzar la l¨ªnea de meta: se par¨® a falta de cinco vueltas y s¨®lo entr¨® en la clasificaci¨®n por haber realizado las vueltas m¨ªnimas exigidas. Ferrari fall¨® en todo y especialmente en la estrategia.
Nadie pudo cuestionar la superioridad de un Hamilton que, a pesar de haber perdido el supuesto asesoramiento de Alonso, supo encontrar el mejor set-up. Hizo una carrera inmaculada de principio a fin. Sin errores, acertando en la estrategia, marcando diferencias desde las primeras vueltas hasta alcanzar una ventaja de ocho segundos tras las diez primeras. A ¨¦l no le afectaron los problemas de la salida, en la que Kubica pudo parar el primer ataque lanzado por Kovalainen y en la que Massa perdi¨® pr¨¢cticamente la carrera cuando puso la primera velocidad en lugar de la tercera y choc¨® levemente contra la valla, lo que le oblig¨® a parar en los boxes para cambiar el morro.
En cambio, fue una gran salida tanto para Rosberg, cuarto, como para Raikkonen, que avanzaba desde la 15? posici¨®n hasta la s¨¦ptima tras tocarse con Webber, lo que precipit¨® su abandono, y adelantar a Coulthard. Alonso se coloc¨® en la novena posici¨®n, pero luego tuvo que dejar pasar a Coulthard porque le hab¨ªa adelantado con la bandera amarilla. Mientras tanto, dos choques entre Sutil y Fisichella y entre Davidson y Button acabaron con el abandono de los cuatro. El safety car apareci¨® por primera vez. Sin embargo, la carrera se durmi¨® despu¨¦s hasta la llegada de los primeros pit-stops y el choque entre Massa y Coulthard, que provoc¨® el abandono del segundo y otra salida del coche de seguridad.
Era un momento delicado, puesto que varios coches ten¨ªan previsto entrar a repostar. Raikkonen sali¨® perjudicado. Y tambi¨¦n Alonso. Y lo mismo les volvi¨® a ocurrir a ellos y a Kovalainen cuando la presencia del safety car por tercera vez -por un accidente de Glock- volvi¨® a perturbar su entrada en los boxes para el ¨²ltimo repostaje de Alonso. Todo parec¨ªa perdido para el espa?ol, que qued¨® en la ¨²ltima posici¨®n -ya s¨®lo hab¨ªa diez coches. Entonces llegaron los momentos m¨¢s sublimes. Faltaban todav¨ªa diez vueltas y Alonso no se conformaba. Aunque su coche no daba ya m¨¢s de s¨ª, vio que Kovalainen iba a adelantar a Raikkonen y aprovech¨® el hueco que ambos dejaron por el interior de la curva para superarlos en una maniobra de inteligencia y talento. As¨ª logr¨® meterse en una impensable quinta posici¨®n. Y despu¨¦s se benefici¨® del abandono de Bourdais (Toro Rosso).
Ocupaba la cuarta posici¨®n. Kovalainen no se resignaba a ser quinto. Y ah¨ª lleg¨® la primera venganza del asturiano. Alonso le aguant¨® detr¨¢s hasta la ¨²ltima vuelta. La mayor velocidad del McLaren acab¨® por imponerse, provocando un gesto de alegr¨ªa y rabia en Ron Dennis. Sin embargo, justo tras el adelantamiento, Kovalainen se toc¨® la visera del casco y apret¨® involuntariamente el bot¨®n limitador de velocidad para la entrada a los boxes. Y aquello permiti¨® a Alonso adelantarle por la derecha y concluir cuarto, por delante de un McLaren y de los Ferrari.
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