Ingresa en prisi¨®n el agresor de Armando
El Betis, pese a sus precedentes, insiste en que el episodio "es un hecho aislado"
El hombre que el s¨¢bado lanz¨® desde la grada del Manuel Ruiz de Lopera una botella llena de agua a la cara del portero del Athletic, Armando, entr¨® poco despu¨¦s del mediod¨ªa de ayer en la prisi¨®n de Sevilla II y all¨ª permanecer¨¢ hasta que pague los 3.000 euros de fianza que fij¨® el juez de guardia. Carmelo P¨¦rez, un alba?il de 40 a?os, forofo aunque no abonado del Betis, y residente en la localidad sevillana de Mairena del Aljarafe, est¨¢ acusado de dos delitos de desorden p¨²blico y lesiones. La agresi¨®n al portero vasco ha vuelto a hacer del f¨²tbol causa de indignaci¨®n social que la celeridad y contundencia de la actuaci¨®n judicial ha satisfecho en buena medida. Otra cosa es en lo que quede todo cuando culminen los respectivos procesos penal y deportivo.
Quien arroj¨® la botella es un alba?il de 40 a?os que no es abonado b¨¦tico
En general las sanciones por hechos as¨ª no se corresponden con su gravedad
En febrero de 2007 y tambi¨¦n en el Ruiz de Lopera, el entonces entrenador sevillista, Juande Ramos, perdi¨® el conocimiento tras ser golpeado por una botella de agua en la cabeza. El impacto social fue enorme y las peticiones de sanciones incluso m¨¢s intensas que las generadas tras la agresi¨®n del s¨¢bado a Armando. El caso sigue en los juzgados y la Fiscal¨ªa de Sevilla pide una multa para el acusado de 4.680 euros, adem¨¢s de una indemnizaci¨®n de 360 euros al entrenador manchego y la prohibici¨®n de acceder a recintos deportivos durante dos a?os. Una sanci¨®n que parece muy alejada de la contundencia y unanimidad existente en relaci¨®n con la lucha contra la violencia en sus distintas formas en el deporte, algo en lo que parece que no hay discrepancias, pero s¨ª interpretaciones. As¨ª, el Comit¨¦ de Competici¨®n castig¨® al Betis a jugar tres partidos fuera de su estadio mientras que la Comisi¨®n Antiviolencia les ped¨ªa un mes de exilio para los verdiblancos y una multa de 90.500 euros al club sevillano. Las sanciones penales a los agresores de todo tipo son muchos m¨¢s frecuentes de lo que se sabe y la diferencia entre el esp¨ªritu de la ley y la decisi¨®n judicial no es diferente a las dem¨¢s.
A veces, satisface a todos, a veces no. Con los organismos de justicia deportiva es otro cantar.
La actitud de los clubes ante las sanciones por este tipo de incidentes deja bastante que desear. Los clubes eluden cualquier responsabilidad y no dudan en transmitir mensajes de victimismo y conspiraciones varias en su contra. El Betis sostuvo ayer en un comunicado oficial pocas horas despu¨¦s del botellazo a Armando que todo se trataba de un hecho "aislado" e imposible de controlar. El mismo argumento que utiliz¨® en marzo de 2002 cuando un aficionado lanz¨® 13 cohetes contra los seguidores sevillistas en un derby liguero en Heli¨®polis o tras la citada agresi¨®n a Juande. El prop¨®sito de enmienda no suele sobrevivir a los primeros p¨¢rrafos en los discursos de los clubes.
Los ejemplos de castigos deportivos que se antojan inadecuados al esp¨ªritu de las leyes son numerosos. Competici¨®n castig¨® al Sevilla con 3.500 euros de multa y cuatro partidos de exilio tras la paliza que cinco j¨®venes, dos de ellos menores, le pegaron a un miembro de la seguridad privada en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, en octubre de 2002, mientras que el Barcelona tan s¨®lo pag¨® 9.000 euros por el recibimiento a su ex jugador Figo en su primer partido en el Camp Nou con el Real Madrid.
Al Valencia le cost¨® tan s¨®lo 6.000 euros la agresi¨®n con una moneda a un juez de l¨ªnea en una eliminatoria de Copa frente al Deportivo en enero de 2006. El Athletic fue multado con 600 euros por la explosi¨®n de un petardo al lado de la cabeza del portero del Atl¨¦tico en diciembre de 2005. La agresi¨®n del s¨¢bado en Sevilla merece un esfuerzo entre los distintos organismos que luchan contra la violencia en el deporte. La sinton¨ªa que s¨ª parece haber frente a los actos de racismo.
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