Quiero saber qui¨¦n es mi padre
La nueva ley de adopciones recoge el derecho del ni?o a indagar en su origen biol¨®gico - La b¨²squeda puede llegar a los donantes de semen
?Tienen derecho todas las personas a conocer la identidad de sus padres biol¨®gicos, sean adoptados, criados en una instituci¨®n, concebidos gracias a un donante de semen o de ¨®vulos o incluso las personas nacidas gracias a un ¨²tero alquilado, una opci¨®n ilegal en Espa?a pero admitida en algunos estados norteamericanos? La clave de esta respuesta est¨¢ en el hijo. Frente a las antiguas leyes que proteg¨ªan ante todo la voluntad de los padres, por las herencias o la presi¨®n social, las legislaciones modernas anteponen por encima de todo el derecho del ni?o a conocer a su padre o a su madre, haya sido adoptado, concebido gracias al semen de un donante y sea cual sea el pa¨ªs de origen de sus padres. En Espa?a, la Ley de Adopci¨®n Internacional ha concedido este derecho a todos los adoptados una vez que cumplan 18 a?os, lo que, seg¨²n los juristas, abre la posibilidad de que las dem¨¢s personas que no conocen sus or¨ªgenes puedan solicitarlo a un juez o incluso de que se plantee en el futuro un cambio de la legislaci¨®n para eliminar, por ejemplo, el anonimato en las donaciones de semen o de ¨®vulos.
S¨®lo la mitad de los que quieren saber sus or¨ªgenes llega a alg¨²n contacto
La b¨²squeda se debe hacer con la ayuda de un mediador profesional
En Espa?a, la donaci¨®n de semen y de ¨®vulos es secreta y todos los datos del donante los guarda el centro de reproducci¨®n asistida. Pero ya no lo es en pa¨ªses como el Reino Unido o Suecia y en algunos estados norteamericanos. Aparte de constituir un derecho de la persona el saber qui¨¦nes son sus padres, otra cuesti¨®n que inclina la balanza hacia la transparencia son los avances cient¨ªficos. La investigaci¨®n con c¨¦lulas madre permite, por ejemplo, concebir hijos para usar la sangre del cord¨®n umbilical para salvar a un hermano y sus avances har¨ªan posible avisar a un familiar de una enfermedad gen¨¦tica tratable antes de que se desarrolle en ¨¦l o en sus hijos. Se abre as¨ª un mundo nuevo en la medicina en el que el conocimiento de los or¨ªgenes biol¨®gicos puede ser clave para salvar vidas. Adem¨¢s, ?no deber ser tambi¨¦n una opci¨®n individual reconstruir la vida que se tiene si as¨ª se desea? Muchas personas necesitan conocer m¨¢s de su pasado cuando llegan a un momento clave de su vida. El derecho a poder hacerlo es indiscutible para muchos expertos, pero esta b¨²squeda supone tomar un camino que conduce a un destino plagado de incertidumbres y, en muchos casos, de problemas.
Una vez localizados los padres biol¨®gicos, ?qu¨¦ pasa si ¨¦stos no est¨¢n dispuestos a ser encontrados? ?No tienen derecho a que se proteja su anonimato?
Los acuerdos internacionales son claros y la legislaci¨®n espa?ola ha ido adapt¨¢ndose a ellos. Espa?a ratific¨® en 1990 la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o de Naciones Unidas, que establece el "derecho, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos". Este principio es el que se ha aplicado en la Ley de Adopci¨®n Internacional, aprobada el pasado 28 de diciembre. "Tendr¨¢n derecho a conocer los datos que sobre sus or¨ªgenes obren en poder de las Entidades P¨²blicas espa?olas, sin perjuicio de las limitaciones que pudieran derivarse de la legislaci¨®n de los pa¨ªses de que provengan los menores", reza la norma.
Aunque -como recuerda Pilar Blanco-Morales, directora general de Registros y Notariados del Ministerio de Justicia, que ha coordinado el proceso de elaboraci¨®n de esta ley- este derecho ya estaba reconocido para los adoptados dentro de Espa?a en el C¨®digo Civil y en el derecho propio de algunas comunidades aut¨®nomas. "Esta ley complementa algo que ya exist¨ªa, es muy respetuosa con los procesos que se deben seguir y recoge todos los est¨¢ndares de protecci¨®n del menor", explica la jurista.
Pero el reconocimiento de este derecho de los adoptados puede ser s¨®lo el principio para su generalizaci¨®n a toda persona que quiera conocer sus or¨ªgenes, como defiende Naciones Unidas. Algunos juristas ven probable que pueda ampliarse ese derecho en Espa?a, algo que buena parte de los psic¨®logos ven razonable siempre que se haga a iniciativa del interesado y con la ayuda de un mediador profesional, pero que los especialistas en reproducci¨®n asistida consideran problem¨¢tico. ?stos advierten de las dificultades que provocar¨ªa el eliminar el anonimato de las donaciones de semen y ¨®vulos.
Uno de los principales expertos en derecho de familia, Luis Zarraluqui, recuerda que "el principio universal que ha de regir esta actuaci¨®n es el inter¨¦s del menor". Y recuerda el derecho de ¨¦ste a saber su origen, por ejemplo, a conocer "que es adoptado y que sus padres no lo son biol¨®gicamente". Zarraluqui a?ade que no hay que olvidar que a menudo la identidad de los padres biol¨®gicos es desconocida.
Pilar Blanco-Morales, catedr¨¢tica de Derecho Internacional Privado, lo ve as¨ª: "La medicina del futuro no va a ser de los medicamentos sino de la biolog¨ªa, de la gen¨¦tica. Cuestiones como la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre o la conservaci¨®n de los cordones umbilicales har¨¢n cambiar todo. Aunque la ley garantiza el anonimato de los donantes, no descarto que llegue el momento en el que alguien lo reclame en los tribunales o en el que la legislaci¨®n espa?ola cambie de principio".
La Ley de Reproducci¨®n Asistida, de 2006, s¨®lo permite "excepcionalmente" revelar la identidad de los donantes si hay "peligro cierto para la vida o la salud del hijo". "En algunos pa¨ªses n¨®rdicos permitieron que se conociera su identidad y se quedaron sin ellos, es muy negativo para la reproducci¨®n asistida", advierte el presidente de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad y jefe del servicio de Medicina de la Reproducci¨®n del Instituto Universitario Dexeus, Buenaventura Coroleu. "Si Espa?a se plantea cambiar esto, tendr¨ªa primero que discutirlo un grupo multidisciplinar para analizar los beneficios y perjuicios desde el punto de vista psicol¨®gico, m¨¦dico o ¨¦tico", a?ade.
Tiene una opini¨®n en el mismo sentido el codirector del Instituto Valenciano de Infertilidad, Juan Antonio Garc¨ªa Velasco: "Ya analizamos el impacto que esto podr¨ªa tener en el sur de Europa y vimos que era brutal. Yo creo que es dif¨ªcil que aqu¨ª se abra la legislaci¨®n, sea bueno o no para el ni?o, porque vemos todos los d¨ªas c¨®mo muchas parejas no le dicen ni a su hijo ni a sus familiares cercanos que el ni?o ha sido concebido gracias a un donante de semen o de ¨®vulos. La presi¨®n social es tremenda".
En Espa?a nacen alrededor de 15.000 personas gracias a las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida y se producen unas 1.300 gestaciones por inseminaci¨®n artificial de un donante. Pero estos datos son aproximados, al no existir registro de donantes ni de centros.
En el caso de las personas adoptadas, la b¨²squeda de sus or¨ªgenes tiene muchas veces el plus del sentimiento de abandono e incluso el del maltrato. Esto hace que puedan tener m¨¢s inquietud por encontrar a los padres biol¨®gicos. En Espa?a se adoptan cada a?o cerca de 4.500 ni?os de pa¨ªses extranjeros y 800 espa?oles.
El catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad de Sevilla, Jes¨²s Palacios, especialista en adopci¨®n y acogimiento, dice que "todo lo que afecta a la identidad de las personas forma parte de su derecho y esa informaci¨®n debe darse en el momento y en la forma adecuada, sin hacer da?o a la persona y ofreci¨¦ndole ayuda".
Palacios explica que lo crucial es la mediaci¨®n. Si hay una colisi¨®n de intereses, el mediador debe ocuparse. "Lo ideal es que la gente no se lance a la aventura, porque la otra persona puede no querer ser encontrada. Tambi¨¦n es com¨²n que decidan buscar sus or¨ªgenes cuando les pasa algo importante en su vida, como cuando tienen un hijo o se les detecta una enfermedad".
Palacios explica que se dan dos tipos de b¨²squedas, una interna y otra externa. La interna empieza a los 8 o 9 a?os, edad a la que se plantean por qu¨¦ le adoptaron, si se acordar¨¢n de ¨¦l o por qu¨¦ no buscaron trabajo para poder mantenerle. Este especialista insiste en que la calidad de la comunicaci¨®n con el hijo sobre este tema es crucial. "Es bueno que el ni?o sepa que la adopci¨®n es algo de lo que se puede hablar y preguntar en su casa, con independencia de la cantidad de informaci¨®n que se tenga o se le pueda dar en cada momento". A los 13 o 14 a?os repunta la curiosidad. A estas edades se plantean, por ejemplo, la hip¨®tesis de qu¨¦ hubiera pasado, c¨®mo habr¨ªa sido su vida si hubiera crecido con sus padres biol¨®gicos. Pero Palacios dice que, seg¨²n su experiencia, la mayor parte de los adolescentes "se tranquilizan cuando se les asegura que se les va a ayudar y entonces la mayor¨ªa lo posponen".
La segunda b¨²squeda es la externa, la decisi¨®n de intentar localizarlos y conocerlos. En pa¨ªses como Estados Unidos hay empresas que se dedican a estas b¨²squedas, muchas de las cuales se anuncian en Internet, pero en Espa?a no ha surgido este tipo de negocio porque el sistema de adopciones es p¨²blico.
Las personas adoptadas pueden pedir ayuda en los servicios de postadopci¨®n de las comunidades, que cuentan con equipos multidisciplinares de trabajadores sociales, psic¨®logos y asesores jur¨ªdicos. De los adoptados que atienden en estos servicios, s¨®lo alrededor del 25% o el 30% acuden para buscar sus or¨ªgenes y de ellos el porcentaje que acaba poni¨¦ndose en contacto con ellos raramente supera el 15%.
"La mayor¨ªa de los que buscan sus or¨ªgenes en la actualidad han sido adoptadas en Espa?a, los que proceden del extranjero son a¨²n peque?os. Pero sabemos, por la experiencia de otros pa¨ªses, como Suecia, que aumentar¨¢n estas b¨²squedas", explica el psic¨®logo y coordinador del Servicio de Postadopci¨®n de Andaluc¨ªa oriental, Daniel Soto. Su programa de b¨²squeda de or¨ªgenes lleva cuatro a?os durante los cuales han atendido unos 110 casos. En Andaluc¨ªa hay 8.000 familias adoptivas.
"Lo que quiere la mayor¨ªa es conocer su historia. En un primer paso se busca informaci¨®n, lo que no implica que ambas partes se identifiquen", explica Soto. Es un contacto mediado y se quedan en ¨¦l la mitad de las personas que inician esta b¨²squeda. "Al segundo paso llegan alrededor del 15% de los que acuden al programa. La mayor¨ªa tiene entre 18 y 30 a?os y m¨¢s que a su madre o padre biol¨®gico buscan hermanos de los que a menudo tienen alg¨²n recuerdo". Daniel Soto dice que para el adoptado es menos complejo buscar hermanos porque los consideran salvaguardados de cualquier tipo de responsabilidad de lo que pas¨®.
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