El silencio se convierte en se?or de las calles de Hondarribia
La tradici¨®n del Viernes Santo en la villa guipuzcoana se remonta a 1602
Las calles adoquinadas de Hondarribia revivir¨¢n esta tarde y noche la sobrecogedora Procesi¨®n del Silencio, ritual centenario en la villa guipuzcoana -la primera referencia escrita data de 1602, que congrega a miles de personas. Eso ser¨¢ si el tiempo lo permite, como ha ocurrido en diferentes ocasiones durante los ¨²ltimos a?os, y el parte meteorol¨®gico no incluye predicciones halag¨¹e?as. En todo caso, hay otros actos que se celebran alrededor de la liturgia de Semana Santa que invitan a acercarse a Hondarribia.
El primer momento atractivo de hoy, Viernes Santo, llega a las cinco de la tarde, cuando en el presbiterio de la parroquia de la Asunci¨®n se representa el auto sacramental del Descendimiento. La representaci¨®n se inicia con la salida de los soportales del Ayuntamiento de 19 legionarios romanos que cruzan la calle Mayor hasta la iglesia, al ritmo de una marcha solemne. Dos centuriones marcan el paso chocando la espada contra el escudo, mientras que los infantes siguen la cadencia con los golpes de sus lanzas sobre el suelo.
Ya en la iglesia, se desciende la imagen articulada del Cristo que, con la cruz, regal¨® en 1777 Fray Jer¨®nimo de Estella a la parroquia. El cuerpo se introduce en una urna de cristal, tras retirar con todo el ritual la corona de espinas, el INRI y los clavos. Comienza entonces la procesi¨®n, formada por siete pasos y en la que participan invariablemente 227 personas, de las que 42 portan los pasos, honor que se transmite de padres a hijos desde tiempo inmemorial.
El silencio del recorrido s¨®lo se ve roto por los cantos que entona el coro parroquial, situado estrat¨¦gicamente en distintos lugares del trayecto. Al final del mismo, cuando se retorna a la iglesia parroquial, todos los files cantan el Zutik gurutze ondoan ("De pie, junto a la cruz"). Entre esos fieles, el pueblo de Hondarribia pudo ver en su d¨ªa a personalidades de la talla de la reina Victoria de Inglaterra, el pr¨ªncipe Alberto de Prusia, el pintor Ignacio Zuloaga o el bar¨®n de Rotschild.
El otro acto m¨¢s significativo de la Semana Santa hondarribitarra llegar¨¢ el Domingo de Resurrecci¨®n, cuando, a las diez de la ma?ana, en la iglesia, se escenifique la ca¨ªda de los soldados romanos, mientras se entona el Gloria de la misa.
Y en Balmaseda
Otra tradici¨®n de gran raigambre en Viernes Santo se celebra en la otra punta de Euskadi. Balmaseda, capital de la comarca de las Encartaciones, acoge hoy la Pasi¨®n viviente m¨¢s popular del Pa¨ªs Vasco, con m¨¢s de 500 voluntarios y gran protagonismo para la figura de Jes¨²s, un papel preciado por los j¨®venes de la villa. A las nueve de la ma?ana sonar¨¢n los tambores y todo quedar¨¢ listo para el juicio de Pilatos, el ahorcamiento de Judas y el resto de escenas de la Pasi¨®n.
Patrimonio y gastronom¨ªa
La centenaria villa guipuzcoana bien merece una visita, aunque el tiempo no acompa?e. Rodeada por una inexpugnable muralla que recuerda sus or¨ªgenes fronterizos, Hondarribia incluye sobrados atractivos para disfrutar de una tranquila jornada de turismo.
- Ermita de Guadalupe. El santuario de Guadalupe se encuentra al final de un paseo que bien puede comenzar en el puerto y que tiene en el castillo de San Telmo su primera parada. La siguiente ha de ser, sin duda, el puerto de Asturiaga, una ensenada a la que se accede despu¨¦s de rodear el fuerte. Ya en la ermita de Guadalupe, a la que se puede llegar tambi¨¦n en coche, resulta imprescindible visitar el mirador sobre la bah¨ªa de Txingudi.
- Castillo de Carlos V. La referencia m¨¢s importante del casco antiguo de Hondarribia, junto a la iglesia de la Asunci¨®n, es esta fortaleza construida en el punto m¨¢s elevado del promontorio, dominando la desembocadura del r¨ªo Bidasoa. La ubicaci¨®n estrat¨¦gica de Hondarribia lo ha mantenido en pie hasta hoy, en que funciona como parador de turismo. Se puede visitar la cafeter¨ªa y el patio interior.
- D¨®nde comer
En el acogedor barrio de La Marina, formado por una serie de construcciones modernas de inspiraci¨®n tradicional, no sin cierto encanto kitsch, se pueden degustar buenos pichos. Y no hace falta dejar Hondarribia para comer m¨¢s que bien, en locales como el afamado Ram¨®n Roteta (943 641 693), el Alameda (943 641 991) o la Hermandad de Pescadores (943 642738).
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