"Sonr¨ªe y no intentes entenderlo"
La programaci¨®n callejera oscil¨® entre las propuestas divertidas y las actuaciones dif¨ªciles de asimilar
Para afrontar la programaci¨®n callejera de la Tarde de los Teatros (de cinco a nueve no se puede llamar noche, se mire por donde se mire) hacen falta dos cosas: calzado c¨®modo y la mente abierta. S¨®lo as¨ª se pueden asimilar propuestas como una colecci¨®n de juguetes reinventados, teatro silencioso con maletas al hombro o break dance mezclado con danza contempor¨¢nea. Todo ello, en el contexto de una tarde de fr¨ªo, viento y amenaza de lluvia. La consigna era clara: "Pase lo que pase, sonr¨ªe y no intentes entenderlo". ?stas fueron las apuestas por las calles del Madrid esc¨¦nico.
- Juguetes y dragones. A partir de las cinco de la tarde, la plaza de Dal¨ª se convirti¨® en punto de reuni¨®n para los m¨¢s peque?os. Mientras esperaban el pasacalles de Circ P¨¢nic con su circo-drag¨®n-orquesta, los ni?os se fueron convirtiendo en princesas y caballeros maquillados por el Teatro L¨ªrico de Mu?ecas. Comenzaba a chispear, pero los hermanos Juan, Irene y Ana lo ten¨ªan claro: de all¨ª no se mov¨ªa nadie hasta que probasen todos los juegos futuristas instalados por Guixot de 8, que recicla objetos como el somier de una cama, dedales imantados, sartenes y ruedas de bicicletas para construir juguetes. Algunos tan elaborados e ingeniosos que resultaban imposibles de entender, a pesar de las explicaciones de los monitores.
La Noche de los Teatros cumpli¨® su segunda edici¨®n con propuestas para todos los gustos, dentro y fuera de las salas, y la participaci¨®n activa de los madrile?os, que se sumaron con ganas a la celebraci¨®n
- El poder de las maletas. La plaza del Carmen se fue llenando de curiosos desde las seis de la tarde. Minutos despu¨¦s, la compa?¨ªa Kamchatka consigui¨® que se olvidaran del fr¨ªo y se concentraran en su mirada perdida y su maleta aferrada, como si fueran emigrantes reci¨¦n llegados a un pa¨ªs desconocido. Las carcajadas llegaron con un taxista al que colocaron las maletas en el cap¨® del coche o un espont¨¢neo que les invit¨® a un helado.
- Danza... o no. Janet Nov¨¢s y Los Corderos ofrec¨ªan danza contempor¨¢nea como se concibe habitualmente en la plaza deV¨¢zquez de Mella hasta las 19.30. Lo que ofreci¨® Sonia G¨®mez fue un "capricho", seg¨²n ella misma indic¨®. Primero un audio con su voz relatando lo que ve¨ªa desde la ventana de un hotel. Silencio y aplausos incr¨¦dulos ante lo que estaban viendo. ?Esto es una chica bailando como cualquier otra en una discoteca? S¨ª, pero t¨² sonr¨ªe y aplaude, que es lo moderno. Despu¨¦s subi¨® al escenario un hombre de cabello rubio hasta los hombros, barba, bragas rosas y zapatos verdes de tac¨®n. Y la locura rein¨® entre los asistentes.
- Fusi¨®n 'break'. S¨®lo Kaos y los Supersouthnics se pueden permitir fusionar el break dance con una coreograf¨ªa cercana a la danza contempor¨¢nea, graffitis de fondo y todo ello entre los aplausos de los adolescentes. Pantalones anchos, cuerpos balanceados y gorras al rev¨¦s s¨®lo son algunos de los t¨®picos que se dieron cita de 19.30 a 21.00 en el Templo de Debod.
- 'Performances' imposibles. Las escalinatas del Museo Reina Sof¨ªa fueron testigos de las vanguardias esc¨¦nicas entre las 20.30 y las 22.00. Nadie entend¨ªa qu¨¦ pasaba en el escenario, pero aplaud¨ªan igualmente. "Bueno, yo me r¨ªo por no llorar... en el fondo me da pena esta gente, que igual es la ¨²ltima vez que tocan", ironizaba Luc¨ªa sobre la actuaci¨®n de Acci¨®n Gichi Gichi Do. Como ella, muchos se fueron a los pocos minutos, acuciados por el fr¨ªo y la supuesta vanguardia. Pero llegaron nuevos espectadores y ocuparon sus lugares en el suelo, justo a tiempo para ver a Los Torreznos (o su delirante C¨®mo suena el dinero) y Nilo Gallego con su Ciegas con pistola realizar¨¢n radiograf¨ªas sonoras. No hay palabras.
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