M¨²sica revolucionaria para Renau

Madrid rindi¨® ayer homenaje a Josep Renau (1907-1982), el artista valenciano universal que llev¨® el muralismo, el cartel y el collage a la c¨²spide de su expresividad, siempre desde el compromiso con el igualitarismo internacionalista, el comunismo, y sin perder nunca la raigambre profundamente espa?ola de su sensibilidad. El homenaje fue un concierto recital po¨¦tico en el que se recrearon desde fragmentos de las sinfon¨ªas m¨¢s restallantes de Dmitri Shost¨¢kovich, el m¨²sico de la revoluci¨®n sovi¨¦tica a la que Renau siempre profes¨® lealtad sincera, hasta los poemas de Juan Gil Albert u Ovidi Montllor, o canciones dedicadas al V Regimiento y a la batalla del Jarama. La Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, en el teatro municipal del Centro Cultural Conde Duque, evoc¨® as¨ª la figura de quien creara, desde la direcci¨®n general de Bellas Artes que desempe?¨® con br¨ªo en plena Guerra Civil, los cimientos para establecer la entrega de la cultura al pueblo espa?ol. Hasta entonces, arte y cultura espa?olas hab¨ªan permanecido inercialmente en manos de las ¨¦lites de la sangre y del dinero, cruel rutina que Renau y algunos -pocos- otros contribuyeron a quebrar.

Josep Renau tuvo en su haber la creaci¨®n de la Orquesta de Espa?a, entre sus numerosas contribuciones a la democratizaci¨®n de los contenidos art¨ªsticos. Fue ¨¦l quien nombr¨® a Pablo Picasso para dirigir el Museo del Prado, cuyos tesoros el artista valenciano salv¨® de su destrucci¨®n por las bombas de la aviaci¨®n nazi, al enviarlos a Valencia en medio de un Madrid asediado.

Ayer, cada nota que surg¨ªa de las gargantas del impecable coro de Rivas-Vaciamadrid o del magistral saxo de Joaqu¨ªn Franco y del piano de Jes¨²s G¨®mez, se vio acompa?ada por la memoria de un tiempo atroz en que, pese a todo, imper¨® el hero¨ªsmo y la abnegaci¨®n del pueblo de Madrid, defendido por un ej¨¦rcito de alba?iles frente a un ej¨¦rcito profesional, que siti¨® la ciudad a lo largo de tres dur¨ªsimos a?os.

Con las notas, los recuerdos se llenaban de la plasticidad con la que Josep Renau, artista batallador, impregn¨® sus obras de su personalidad impar, la misma que le convirti¨® en uno de los precursores del pop art, con una extraordinaria desenvoltura para mixturar sabia y eficazmente dibujo, pintura y fotograf¨ªa. Y todo ello en una serie de creaciones que demuestran en vivo la ley dial¨¦ctica -aplicada por el artista- que cree firmemente en el arte como expresi¨®n del progreso de los pueblos, y en la democratizaci¨®n de la cultura como ant¨ªdoto contra la injusticia.