"El laicismo no es antirreligioso"
Fernando Savater habla sobre religi¨®n y democracia en Sevilla
"El laicismo no es antirreligioso". Las palabras del escritor y fil¨®sofo Fernando Savater (San Sebasti¨¢n, 1947) resonaron ayer ante un p¨²blico que abarrotaba un aula de la Universidad de Sevilla. El autor de La infancia recuperada habl¨® sobre Religi¨®n y laicismo en la democracia actual ante cerca de 200 personas. No todas pudieron sentarse en los bancos del aula. Decenas de ellas se quedaron de pie o se sentaron en el suelo.
"Hoy, el laicismo no s¨®lo consiste en mantener la separaci¨®n entre la Iglesia y el Estado. Quien niega el laicismo niega la libertad de conciencia", coment¨® Savater. "Es verdad que la sociedad en la que vivimos no tiene m¨¢s fundamento que la voluntad de los seres humanos. De ah¨ª viene la importancia de una educaci¨®n que fomente los caracteres capaces de razonar, de hacer demandas inteligibles socialmente fundadas y de comprender las demandas de los dem¨¢s. Sin eso no sale la democracia", explic¨® el autor de ?tica para Amador.
"En Europa ha habido integrismo hasta hace poco", afirma el fil¨®sofo
"La educaci¨®n p¨²blica tiene que ser laica a todos los niveles. Dentro de una educaci¨®n p¨²blica laica s¨®lo se pueden transmitir conocimientos cient¨ªficos y principios constitucionales", resumi¨® el pensador. Savater defendi¨® la educaci¨®n como pilar esencial de las democracias. "Una democracia tiene que ser educativa", recalc¨®.
Savater remont¨® el concepto de separaci¨®n entre la Iglesia y el Estado a las propias ra¨ªces del cristianismo. "Hace unos a?os, con motivo de la frustrada Constituci¨®n europea, se plante¨® si se deb¨ªa hacer una menci¨®n espec¨ªfica a las ra¨ªces cristianas de Europa en esa Constituci¨®n. Parec¨ªa que era una pretensi¨®n que podr¨ªa ser inmanejable y enga?osa. Yo ve¨ªa algo tramposo en ella porque, precisamente, lo que aporta el cristianismo es una separaci¨®n entre el Estado y la religi¨®n entendida como legitimaci¨®n del poder, las instituciones y el emperador. Ello convierte a la religi¨®n en algo que est¨¢ al margen del Estado", detall¨® el escritor donostiarra.
"La verdadera ra¨ªz cristiana es la separaci¨®n de la Iglesia y el Estado. La aportaci¨®n del cristianismo es la separaci¨®n entre el Estado y la religi¨®n. Las ra¨ªces cristianas de Europa son el laicismo. Eso es lo que no existe en el mundo musulm¨¢n, donde no ha existido nunca una separaci¨®n entre el Estado y la religi¨®n", agreg¨® Savater. El fil¨®sofo record¨®, adem¨¢s, que "la expresi¨®n m¨¢s sencilla y comprensible del laicismo est¨¢ en el Evangelio: 'Dad al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar y a Dios lo que es de Dios".
Savater hizo un repaso hist¨®rico del rechazo de la Iglesia cat¨®lica a la democracia y la libertad de conciencia a lo largo de los siglos XVIII, XIX y parte del XX. El Concilio Vaticano rompi¨® con esta tendencia. "A partir del Concilio Vaticano se acepta la libertad de conciencia como parte de la libertad humana", se?al¨® Savater. "Como dec¨ªa Voltaire en una de sus cartas, 'Cada ingl¨¦s va al cielo o al infierno por el camino que prefiera. ?sa es la libertad de conciencia", a?adi¨® el escritor.
Savater hizo un elogio de la libertad de conciencia y de sus consecuencias. Esa libertad supone, a su juicio, que "se respeten todas las posturas sabiendo que eso implica que a uno le molesten muchas de las cosas que oye y muchas de las conductas que ve". "El verdadero laicismo es el reconocimiento de esta situaci¨®n y que todos nos acostumbremos a que tenemos que convivir con aspectos ideol¨®gicos que no nos agradan", afirm¨® el fil¨®sofo.
Savater, que defendi¨® la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, hizo hincapi¨¦ en que las expresiones p¨²blicas de la religi¨®n "tienen que ser a t¨ªtulo privado y no se pueden convertir en obligatorias para todo el mundo". Sobre la obligatoriedad de la religi¨®n en el ¨¢mbito privado de las personas cont¨® una an¨¦cdota pavorosa. El protagonista de esta historia fue Casanova, el aventurero y escritor italiano del siglo XVIII. Cuenta Casanova en sus memorias que cuando lleg¨® a Madrid, sinti¨® un primer motivo de asombro al ver que en la habitaci¨®n de su pensi¨®n no hab¨ªa pestillo. La posadera le explic¨® que el pestillo estaba en la parte exterior de la puerta. Y le dijo que cerraban la puerta por fuera por si ven¨ªan los sabuesos de la Inquisici¨®n a comprobar con qui¨¦n dorm¨ªa cada hu¨¦sped. "Esto ha existido hasta ahora. En Europa ha habido integrismo hasta hace poco. No es algo que les pase exclusivamente a los isl¨¢micos", record¨® Savater.
El fil¨®sofo insisti¨® en su defensa de la libertad de conciencia. "La religi¨®n o la irreligi¨®n es un derecho de cada cual. Lo malo es que para el verdadero creyente la religi¨®n no es un derecho, sino un deber para ¨¦l y para los dem¨¢s", concluy¨® el pensador.
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