Guerra del agua ante la sequ¨ªa catalana
La Generalitat trata de convencer hoy al Gobierno para que autorice el trasvase - Valencia retomar¨¢ su reivindicaci¨®n si Zapatero lleva agua del Segre a Barcelona
La peor sequ¨ªa en Catalu?a en medio siglo ha puesto al Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en un considerable aprieto: si mantiene su oposici¨®n a un trasvase de agua desde el r¨ªo Segre (afluente del Ebro) a Barcelona, se enfrentar¨¢ al Gobierno catal¨¢n; si lo autoriza, el Ejecutivo valenciano, del PP, responder¨¢ -ya ha amagado-: "?Y por qu¨¦ a nosotros no?", y volver¨¢ a reclamar el trasvase a Valencia y Alicante, el mismo que proyect¨® el PP y paraliz¨® Zapatero cuando lleg¨® al Gobierno en 2004. Adem¨¢s, incomodar¨ªa a los socialistas de Valencia y Murcia.
Catalu?a intentar¨¢ templar los ¨¢nimos tras tachar de "fr¨ªvola" a De la Vega
El presidente de Arag¨®n a Montilla: "Nuestro Estatuto nos impide ceder agua"
La guerra del agua enfrenta no s¨®lo a distintas comunidades sino tambi¨¦n a gobiernos del mismo color pol¨ªtico (y, en el seno de Catalu?a, a unas provincias con otras y a los miembros del tripartito). El pasado viernes, la vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega anunci¨® que el Gobierno no autorizar¨¢ el trasvase Segre-Barcelona; al d¨ªa siguiente, el consejero de Interior de la Generalitat, Joan Saura, tach¨® a la n¨²mero dos de Rodr¨ªguez Zapatero de "fr¨ªvola", "irresponsable" y "desleal". Hoy, el consejero catal¨¢n de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, se pondr¨¢ en contacto con la ministra Cristina Narbona para buscar un acercamiento.
Si no prospera, la pol¨¦mica entre los dos gabinetes -ambos con presidente socialista- est¨¢ asegurada. Baltasar ya intent¨® ayer templar los ¨¢nimos: despu¨¦s de las graves acusaciones lanzadas por Saura, vino a decir que la negativa a los trasvases expresada por la vicepresidenta no tiene por qu¨¦ afectar al del Segre, pues ¨¦ste tendr¨ªa car¨¢cter temporal. "La vicepresidenta en ning¨²n momento cit¨® directamente el Segre", destac¨®.
En realidad, ya existen en Espa?a numerosos trasvases de agua desde distintos r¨ªos a provincias desabastecidas, aunque ninguno de la dimensi¨®n del que quiso hacer el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar desde el Ebro a Valencia, Alicante, Murcia y Almer¨ªa (pretend¨ªa trasvasar 1.000 de los 14.000 hect¨®metros c¨²bicos que vierte el Ebro, ahora desbordado, al mar cada a?o). A esa obra se opuso de lleno el PSOE y tambi¨¦n Arag¨®n y Catalu?a, donde los socialistas gobiernan: todos enarbolaron la bandera ecologista y dijeron que arruinar¨ªa el Delta. Despu¨¦s, Arag¨®n ha aprobado un Estatuto en el que se reserva 6.550 hect¨®metros de agua, e impulsa proyectos dif¨ªcilmente sostenibles como poner en regad¨ªo decenas de miles de hect¨¢reas del desierto de Los Monegros o construir all¨ª 32 casinos tipo Las Vegas.
Los trasvases generan pol¨¦mica siempre que se salgan de la comunidad aut¨®noma: PSOE y PP piden en Castilla-La Mancha que se ponga fecha de caducidad al trasvase Tajo-Segura, mientras en Murcia y Alicante exigen su continuidad. Y el pasado viernes el Gobierno aprob¨® la ¨²ltima obra del trasvase del exhausto Tajo al Guadiana (secado por miles de pozos ilegales).
Ahora, Catalu?a afronta una situaci¨®n de emergencia y pide un trasvase desde un afluente del Ebro, el Segre, para garantizar el abastecimiento de Barcelona, donde, si las nubes no asoman, las restricciones al consumo podr¨ªan llegar en oto?o. Alega que ese trasvase no es comparable a aquel tan denostado porque ser¨¢ mucho menor y temporal, con una tuber¨ªa desmontable; pero Valencia ya ha ironizado con la aparente contradicci¨®n de los socialistas: "Ahora s¨ª quieren los trasvases", dijo el viernes el portavoz del Gobierno valenciano, Vicente Rambla.
La soluci¨®n que ofrece Moncloa es enviar agua en barco desde la desaladora de Carboneras, en Almer¨ªa, a Barcelona (ese viaje cuesta diez veces m¨¢s que el trasvase del Segre). El PP andaluz ha pedido al presidente de la Junta, Manuel Chaves, que se oponga. En 2004, el gabinete de Zapatero proyect¨® una desaladora en Barcelona, pero cuatro a?os despu¨¦s no esta lista.
Las tensiones entre los Ejecutivos catal¨¢n y central por la sequ¨ªa se reproducen igualmente dentro del tripartito. Consejeros socialistas y de ERC, sobre todo los vinculados a las provincias de Lleida y Girona, han discrepado abiertamente de las intenciones de Baltasar. Montilla tuvo que poner orden el pasado s¨¢bado. "Tenemos que prepararnos para lo peor. Debemos ser coherentes y no decir s¨®lo lo que la gente quiere escuchar", subray¨® en tono de reprimenda a quienes rechazaban el trasvase del Segre. Uno de los que se hab¨ªan opuesto, el socialista leridano Joaquim Llena (Agricultura), rectific¨® ayer mismo: "Tenemos la obligaci¨®n de prepararnos para cualquier eventualidad".
El presidente de Arag¨®n, Marcelino Iglesias, tambi¨¦n socialista, se opuso igualmente al proyecto de la Generalitat. "Nuestro Estatuto de Autonom¨ªa nos obliga a oponernos a cualquier trasvase", afirm¨® Iglesias. Se lo dijo en persona al catal¨¢n Jos¨¦ Montilla, con quien coincidi¨® en un acto en Tarragona.
Informaci¨®n elaborada por Miquel Noguer, Oriol Aym¨ª, Rafael M¨¦ndez y Vera Guti¨¦rrez Calvo.
Todos contra todos
- Catalu?a. El trasvase del Segre para Barcelona ha provocado roces entre las provincias catalanas, en el seno del tripartito y entre ¨¦ste y el Gobierno central.- Valencia y Murcia. El veto al trasvase del Ebro vuelve a centrar la atenci¨®n en el del Tajo. Murcia, adem¨¢s, necesita la nueva desaladora de Valencia para beber en verano.- Andaluc¨ªa. El PP rechaza el traslado a Catalu?a de agua de la desaladora de Carboneras (Almer¨ªa).- Arag¨®n. El Ebro se desborda, pero Arag¨®n se encuentra en situaci¨®n de "estr¨¦s h¨ªdrico". De trasvases, Arag¨®n no quiere o¨ªr hablar.
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