El pincel m¨¢gico de Pedro

Si hace fr¨ªo y el tiempo es desapacible, en un colegio pueden ocurrir muchas cosas. Por ejemplo, que haya alumnos que no acudan a clase. Es lo que pasa en algunas ocasiones en el Colegio de Educaci¨®n Especial Santa Rosa de Lima de M¨¢laga. Muchos de los 172 alumnos de 3 a 21 a?os que acuden a este centro p¨²blico no pueden ir a clase cuando hace mal tiempo. Un total de 70 de ellos son paral¨ªticos cerebrales con un nivel de discapacidad grave, lo que en d¨ªas desabridos, les impide coger alguna de las 13 rutas de autob¨²s que recorren la provincia de M¨¢laga en busca de los estudiantes de este centro.

"La mayor¨ªa tiene severos problemas de movilidad, y aguardar con la silla en la parada con mal tiempo...", dice Araceli Martos, jefa de Estudios del Santa Rosa de Lima. El colegio cuenta con cerca de 90 profesionales de distintas especialidades. A la plantilla del centro educativo hay que sumarle otros 35 monitores que se encargan de atender a los alumnos en la hora de comedor. El Santa Rosa de Lima, toda una instituci¨®n en M¨¢laga por llevar m¨¢s de 30 a?os atendiendo a discapacitados severos cuya integraci¨®n en centros ordinarios no es posible, ha sido galardonado por el Ministerio de Educaci¨®n por su labor a favor de esta gente especial, reconocimiento que conlleva un premio monetario (15.200 euros) que se va a invertir en la futura aula de estimulaci¨®n sensorial, una necesidad imperiosa para algunos alumnos del colegio.

El centro educativo p¨²blico atiende a discapacitados severos

"Somos los grandes desconocidos", afirma la jefa de Estudios

A media ma?ana, toca a su fin la hora del desayuno. Isabel Ojeda y varias compa?eras se turnan en la cafeter¨ªa, donde se desarrolla a diario uno de los proyectos que impulsa este centro para mejorar las condiciones de vida de sus alumnos. La cafeter¨ªa como experiencia laboral en Programas de Garant¨ªa Social de Educaci¨®n Especial es el nombre de una iniciativa que acerca a los chavales menos afectados por su discapacidad motora o ps¨ªquica al mundo real.

Marcos, Esteban, Pedro, Juan Manuel e Iv¨¢n son "el equipo titular" del servicio de cafeter¨ªa, donde realizan todas las labores propias de quien regenta un negocio de restauraci¨®n. "Est¨¢n supervisados, pero ellos hacen la compra, manejan el dinero, preparan los pedidos, sirven, lavan... Vamos, que se responsabilizan de todo, algo que les aporta mayor autoestima y les ayuda a interactuar con otras personas", explica Ojeda, muy satisfecha con el resultado de esta actividad.

No muy lejos de all¨ª, en el aula de par¨¢lisis cerebral, Inmaculada Ram¨ªrez desarrolla el taller de cer¨¢mica con cinco alumnos. Toca realizar teselas y Dani, autista, muestra una habilidad especial a la hora de componer los mosaicos. No menos que la que tiene Pedro con el pincel. Se ha convertido en el Picasso del colegio, y de sus manos han salido varias r¨¦plicas muy logradas de algunas obras del genial artista malague?o, cuadros coloristas que alegran las paredes del amplio comedor a modo de exposici¨®n temporal.

"Nosotros somos el ¨²ltimo eslab¨®n de la cadena de la integraci¨®n educativa. Aqu¨ª llegan aquellos que por su discapacidad no pueden asistir a colegios ordinarios y otros m¨¢s mayores a quienes preparamos para el tr¨¢nsito a la vida adulta, bien en centros asistenciales o de d¨ªa o con programas de inserci¨®n laboral tutelados", explica Araceli Martos.

"Somos los grandes desconocidos, pese al tiempo que llevamos en esta tarea", a?ade la jefa de Estudios. "Por eso nos presentamos al premio del Ministerio, que ha reconocido nuestro esfuerzo por buscar alternativas para complementar la funci¨®n que cumple este centro", afirma. Este esfuerzo se nota a cada paso. La atenci¨®n individual y la calidez en el trato que reciben estos alumnos son correspondidas con besos, abrazos y risas limpias por parte de los estudiantes.

Entre talleres, clases espec¨ªficas, Planes de Garant¨ªa Social y otros proyectos, como uno impulsado por la Fundaci¨®n Yudi Menuhin y el Ministerio de Educaci¨®n para lograr la inserci¨®n social de los m¨¢s desfavorecidos a trav¨¦s de las artes, el Santa Rosa de Lima logra que la discapacidad con la que conviven sus alumnos se haga algo m¨¢s llevadera para ellos y sus familias. Mejora en la calidad de vida de estos j¨®venes que los profesores de este colegio esperan incrementar si las administraciones acometen ya las prometidas reformas de las infraestructuras de este veterano colegio, donde no se entiende que a¨²n existan barreras arquitect¨®nicas que traban la espl¨¦ndida labor de los profesionales que en ¨¦l trabajan.