Los antidisturbios 'expropian' la mina

Alguien del Ayuntamiento de Boqueix¨®n (no revelar¨ªan su nombre aunque los matasen) les pas¨® la llave. Y a las siete de la ma?ana ya estaban aqu¨ª, atrincherados en una habitaci¨®n del local sociocultural de Sergude, dispuestos a esperar lo que hiciera falta. Pero apenas les hab¨ªa dado tiempo a despertar del todo (algunos confiesan que condujeron hasta aqu¨ª dormidos), cuando los antidisturbios y otros miembros de la Guardia Civil se dejaron sentir.

Lo tuvieron crudo para aparcar, los agentes. Los de Serrabal hab¨ªan rodeado la casita amarilla con 16 camiones de la mina y hab¨ªan ocupado con sus coches el descampado de al lado. As¨ª que la docena de lecheras de los antidisturbios y los cinco o seis veh¨ªculos de las parejas verdeoliva tuvieron que estacionar algo m¨¢s abajo, cerca de Casa P¨¦rez, mes¨®n-cervecer¨ªa que ayer, para desgracia del tal se?or P¨¦rez, estaba cerrada por reformas y no hizo la mejor caja de su historia.

La puerta cedi¨® a una patada y entonces empez¨® el barullo

Mientras esperan, los mineros planean hacer un calendario er¨®tico

Los m¨¢s de 200 trabajadores de Ramsa, la empresa responsable de la mina, y los 50 agentes del orden, que el Gobierno mand¨® bien armados para reducir a los mineros d¨ªscolos, pasaron casi siete horas en pie y al aire libre. Sin caf¨¦ y sin retrete. Y esto ¨²ltimo, si a alguien fastidi¨® de veras, fue a la mata de silvas, un monte bajo de dos metros de alto que hay a mano derecha seg¨²n se mira para la carretera.

A las 7.30, hicieron el primer intento de asalto de un centro social con dos puertas. Accedieron por la principal, penetraron en el inmueble y confirmaron lo que ya ven¨ªan imaginando: un grupo de trabajadores (luego resultaron ser 25) se hab¨ªan encerrado en una sala. Intentaron abrir el cuarto, pero notaron que algo, dentro, opon¨ªa resistencia. Los de Serrabal hab¨ªan apilado detr¨¢s todas las mesas, y aguardaban en segunda fila con las sillas entre las manos; empitonadas hacia la puerta.

As¨ª que los de negro volvieron a salir, dieron la vuelta al local y lo intentaron por la retaguardia. No valieron de nada la barra de hierro y las cadenas con las que los del comit¨¦ de empresa intentaron blindarla. La endeble puerta de la sala cedi¨® a una patada, como en las pel¨ªculas, y entonces empez¨® el barullo.

El jefe del comando tuvo el detalle de preguntar primero si quer¨ªan salir "por las buenas o por las malas" pero, como nadie sal¨ªa, fueron los antidisturbios quienes entraron, con casco y escudo, y, seg¨²n los obreros, "levantando las porras y amenazando". A las 8.17, los agentes sacaron a rastras a uno de los empleados de Ramsa, y detr¨¢s fueron saliendo, ya s¨®lo dando voces, todos los dem¨¢s. Afuera les esperaban los otros compa?eros menos madrugadores. Hubo v¨ªtores, aplausos, gritos, rimas reivindicativas como las que se vienen oyendo desde hace m¨¢s de un a?o en las manifestaciones contra el trazado del AVE entre Ourense y Santiago, con el que Fomento pretende enterrar parte del yacimiento de Serrabal. En concreto, seg¨²n los trabajadores, 146 millones de toneladas de cuarzo; varias de silicio solar, "el m¨¢s valioso del mundo".

Se inauguraba as¨ª el proceso de expropiaci¨®n de un tramo que toca los municipios de Boqueix¨®n y Vedra. Era la primera vez, despu¨¦s de otros tres intentos a lo largo de seis meses, que el ministerio ganaba la batalla a la plantilla de la mina. Era, tambi¨¦n, la primera que los cuatro funcionarios de Adif, la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias, llegaban escoltados por antidisturbios. El comit¨¦ cree que la diferencia est¨¢ en que ya han pasado las elecciones: "Ahora no les preocupa mandar a los matones". Adem¨¢s, "quieren despachar r¨¢pido esto, antes de que entre el nuevo ministro, para que no se manche".

El local estaba al fin libre de revoltosos y reluciente (el ayuntamiento lo limpi¨®) despu¨¦s del combate. As¨ª que, a las diez, los del tren bajaron de los coches, descargaron los expedientes y todo tipo de material de oficina (incluso fotocopiadoras nada port¨¢tiles), y montaron una ventanilla de campa?a para atender a los expropiados. Claro que, hartos de tanta convocatoria frustrada, apenas se presentaron vecinos.

Hoy se repetir¨¢ la historia en Vedra, y as¨ª cinco d¨ªas m¨¢s en los dos municipios hasta el viernes 11. Los de la mina conf¨ªan en que las actas, como otras veces, est¨¦n "mal hechas", pero seguir¨¢n en guerra. Mientras, en los ratos de espera sin caf¨¦ y sin retrete, ya planean hacer un almanaque er¨®tico, "con casco y una piedra de cuarzo" a modo de hoja de parra.