El cuidado por vecinos, bajo la ley del silencio
Francia regul¨® hace d¨¦cadas los pisos canguro
Francia financia desde hace d¨¦cadas un servicio por el cual las mujeres que no trabajen pueden cuidar en su casa entre cuatro y seis ni?os o acudir a atenderlos a otros domicilios particulares. Este sistema funciona sobre todo en ciudades, como Par¨ªs, en las que faltan plazas de educaci¨®n infantil. Este servicio es exclusivamente para antes de la edad de escolarizaci¨®n obligatoria y se empez¨® a crear a ra¨ªz de la llegada masiva de las familias de los inmigrantes en la d¨¦cada de los setenta del siglo pasado.
En Espa?a apenas hay datos, pero s¨®lo en los ¨²ltimos tres a?os la oficina del Defensor del Menor de Madrid ha recibido m¨¢s de cinco denuncias sobre pisos utilizados como guarder¨ªas ilegales. "Las guarder¨ªas pirata son locales sin control que normalmente est¨¢n situados en zonas donde residen muchos inmigrantes", explica Arturo Canalda, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. Las familias dejan los ni?os al cuidado de otros vecinos por unos 50 euros al mes, detalla Canalda. "Es dif¨ªcil detectarlos porque impera la ley del silencio", protesta el Defensor, quien reclama la colaboraci¨®n de los ciudadanos y de las fuerzas del orden.
Colaboraci¨®n ciudadana
"El trabajo de las polic¨ªas locales es muy importante, pero s¨®lo pueden actuar a ra¨ªz de la denuncia de alguien", a?ade. Una vez localizados, resulta complicado demostrar la actividad clandestina. "Ha habido casos en los que hemos conseguido que la polic¨ªa acudiera al piso, pero no ha podido demostrar que existiera una relaci¨®n mercantil", se?ala. Y a?ade el problema de fondo: "La educaci¨®n infantil tiene un grave problema de falta de plazas".
"Este tipo de centros en pisos proliferan tanto en Madrid como en Barcelona", asegura Carmen Ferrero, miembro de la junta de portavoces de escuelas infantiles de Madrid. Ferrero tambi¨¦n cree que existe "una clara vinculaci¨®n" entre la actividad clandestina y la escasez de plazas educativas para menores de tres a?os.
La junta de portavoces madrile?a, formada por una veintena de trabajadores de centros p¨²blicos elegidos por votaci¨®n, reclama adem¨¢s un registro p¨²blico en el que se inscriban y controlen las escuelas infantiles privadas, las ludotecas y todo tipo de centros de recreo.
Canalda prepara un documento de "requisitos m¨ªnimos" que espera concluir antes del verano y que evite que la regulaci¨®n de este tipo de locales "quede exclusivamente al arbitrio de cada ayuntamiento". Propone fijar un n¨²mero m¨¢ximo de menores por local, establecer dimensiones m¨ªnimas y una formaci¨®n espec¨ªfica para los cuidadores.
Lola Abell¨®, presidenta de la confederaci¨®n de padres laica Ceapa, conoce bien el problema: "El mundo del 0-3 ha estado poco cuidado. Y ahora hay un problema social real. Las guarder¨ªas se tardan en construir y la sociedad va m¨¢s r¨¢pido que las respuestas educativas". "Hay que buscar soluciones, y aunque sea un tema tambi¨¦n asistencial, deben ser lo m¨¢s educativas posible. Pero el objetivo es que haya una plaza gratuita para cada ni?o", concluye.
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