Mugabe se queda sin el control del Parlamento
El mandatario negocia una segunda vuelta de las presidenciales
No hay todav¨ªa ning¨²n acuerdo cerrado, pero la crisis pol¨ªtica en Zimbabue parec¨ªa anoche en v¨ªas de soluci¨®n. Sin violencia y con muchas posibilidades de que Robert Mugabe, de 84 a?os, acabe dejando el poder. Tanto la oposici¨®n, que asegura haber ganado las elecciones del s¨¢bado, como el Gobierno se mostraron ayer dispuestos a disputar una segunda vuelta en tres semanas, aunque quiz¨¢ no llegue a celebrarse nunca. El acuerdo, subrayan varias fuentes que participan en las negociaciones, busca ganar tiempo para convencer a Mugabe que abra un proceso de transici¨®n con garant¨ªas de que no habr¨¢ revanchismo.
La gran victoria de la oposici¨®n hace imposible dar la vuelta al resultado
Ayer, el organismo oficial encargado de difundir los resultados sigui¨® ofreciendo datos con cuentagotas, pero certific¨® que el opositor Movimiento para el Cambio Democr¨¢tico (MDC, en ingl¨¦s) tendr¨¢ mayor¨ªa en el Parlamento. Es un dato simb¨®lico, pero en el fondo menor porque el papel de las C¨¢maras en un r¨¦gimen construido alrededor de Mugabe es muy limitado. Lo importante son las presidenciales. Y sobre ¨¦stas, cuatro d¨ªas despu¨¦s del cierre de las urnas, no existen cifras oficiales.
El silencio no significa tanto que Mugabe trate de manipular los datos como que hay una negociaci¨®n abierta, seg¨²n coinciden las mismas fuentes. El lunes, el presidente fue informado de que la victoria de la oposici¨®n era tan clara que hac¨ªa imposible que la maquinaria del r¨¦gimen pudiera darle la vuelta. Y empezaron las negociaciones secretas, con m¨²ltiples actores y en todas las direcciones: en el interior del r¨¦gimen, donde los aperturistas presionan a Mugabe para que acepte retirarse a cambio de garant¨ªas de que no habr¨¢ revanchismo, con la oposici¨®n, con Occidente, con el Ej¨¦rcito y pa¨ªses africanos clave.
El l¨ªder del MDC, Morgan Tsvangirai, de 56 a?os, ofreci¨® nuevos datos, que le otorgan la victoria en primera vuelta con un raspado 50,3% frente al 43,8% de Mugabe. Es una ventaja muy recortada a la que ven¨ªan proclamando. Y, adem¨¢s, el MDC dijo que esperar¨¢ al resultado oficial y que lo acatar¨¢ incluso si Tsvangirai queda por debajo del 50%, lo que exigir¨ªa una segunda vuelta. En el otro extremo, The Herald, el peri¨®dico del r¨¦gimen, apunt¨® ayer en la misma direcci¨®n: afirma que habr¨¢ segunda vuelta.
Si se celebrara, todos los analistas coinciden en que la derrota de Mugabe ser¨ªa segura y que la maquinaria del r¨¦gimen, en v¨ªas de descomposici¨®n, ya no est¨¢ en condiciones de alterar el resultado. "Mugabe ha dejado de parecer imbatible y su entorno lo que quiere es asegurarse el futuro", sostiene un general retirado con buenos contactos con el r¨¦gimen. Y a?ade: "El 90% de los mandos del Ej¨¦rcito est¨¢ ahora con la oposici¨®n: los soldados tambi¨¦n sufren la inflaci¨®n del 100.000%". Mugabe podr¨ªa tener la esperanza de recuperar al 7% del electorado que ha optado por su ex ministro aperturista, Simba Makoni. Pero dirigentes de este movimiento han trasladado al entorno del presidente que no le va a apoyar.
La segunda vuelta va a ser probablemente el instrumento capaz de deshacer el nudo. Pero, parad¨®jicamente, nadie est¨¢ interesado en que acabe celebr¨¢ndose. Los responsables del Banco Central han trasladado que las arcas est¨¢n vac¨ªas y que no hay dinero para otras elecciones, la oposici¨®n quiere proclamarse vencedora cuanto antes para evitar la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de fraude o de golpe y sectores amplios del gubernamental ZANU-PF desean evitar una derrota humillante.
En el momento en que se anuncien los resultados, muchos de estos actores se lanzar¨¢n a la batalla. No tanto la de intentar ganar los comicios, sino la m¨¢s dif¨ªcil: convencer a Mugabe de que se jubile y deje que los suyos conserven cierta capacidad de influencia.
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