A la espera de nada
Siguen las colas por la falsa noticia de regulaci¨®n en C¨¢diz
En la largu¨ªsima cola que sal¨ªa de la puerta de la Oficina de Extranjer¨ªa de C¨¢diz los rumores viajaban del principio al final y despu¨¦s regresaban en sentido inverso. "Dicen que podemos conseguir un resguardo". "Acaban de decir que cierran las puertas".
Los comentarios se cruzaban entre las decenas de inmigrantes que, llegados desde numerosos puntos de Espa?a, hab¨ªan viajado hasta C¨¢diz movidos s¨®lo por un mensaje de m¨®vil amplificado en conversaciones telef¨®nicas que resultaron ser s¨®lo un bulo. Cre¨ªan que su ilusi¨®n de regularizar su situaci¨®n en Espa?a ser¨ªa una realidad en la capital gaditana pero result¨® ser una ficci¨®n.
Las colas hab¨ªan comenzado a formarse el jueves. La oficina de C¨¢diz recibi¨® de golpe la visita de numerosos extranjeros , la mayor¨ªa de origen saharaui o mauritano, para reclamar la residencia espa?ola.
Los funcionarios no daban abasto y las esperas para los solicitantes fueron alarg¨¢ndose en el tiempo. Tanto que las dependencias de la administraci¨®n se cerraron a su hora y medio centenar de personas se qued¨® fuera. Ya entonces la Subdelegaci¨®n del Gobierno hab¨ªa difundido p¨²blicamente que el rumor que les hab¨ªa movido a viajar hasta C¨¢diz era absolutamente infundando, no exist¨ªa tal proceso extraordinario de regularizaci¨®n.
Un bulo similar provoc¨® situaciones similares en Ja¨¦n, Toledo o Barcelona. Sin embargo, la noticia no lleg¨® n¨ªtida a la cola y muchos prefirieron seguir esperando. Pasaron la noche resguardados con cartones o pl¨¢sticos que hab¨ªan encontrado en la calle.
La Oficina de Extranjer¨ªa volvi¨® a abrirse por la ma?ana y sigui¨® tramitando las solicitudes. "Nos dan un resguardo y eso nos sirve para la polic¨ªa", explic¨® un ciudadano saharaui. Al mediod¨ªa se formaba un revuelo. Los funcionarios colocaron un cartel a las puertas: "Esta oficina no est¨¢ realizando ning¨²n proceso de regularizaci¨®n extraordinario". A esa hora los servicios sanitarios hab¨ªan tenido que atender un desmayo.
El letrero tambi¨¦n advert¨ªa de que s¨®lo se admitir¨ªan aquellas peticiones que cumplieran estrictamente los requisitos requiridos, entre ellos, la residencia habitual en la provincia gaditana. Muchos ni siquiera viven en la pen¨ªnsula.
El bulo les ha llevado a viajar desde sitios tan distantes como Canarias o Baleares. "Nos hemos quedado tirados toda la noche y ahora es mentira", confesaba el mismo decepcionado solicitante saharaui. No se atrevi¨® a dar el nombre. Le hab¨ªan dicho que la polic¨ªa estaba recabando sus identidades para expulsarles del pa¨ªs. Otro rumor que atraves¨® r¨¢pidamente una cola que entonces comenzaba a deshacerse.
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