Que sea de verdad
Olvidamos que el presidente de la Xunta, Emilio P¨¦rez Touri?o, es tambi¨¦n secretario del PSdeG. Hace unos d¨ªas nos lo record¨®: en unos meses se va a poner con el partido. Gobernar ya exige toda la dedicaci¨®n a una persona capaz, cuando adem¨¢s se gobierna por primera vez y tras d¨¦cadas de gobierno de otro partido que ha creado una Administraci¨®n a su medida, se comprende que no haya tenido tiempo m¨¢s que para ser presidente de la Xunta.
Aun as¨ª, "non ¨¦ sen tempo" que se acuerde del PSdeG, pues los partidos son los principales instrumentos de la ciudadan¨ªa para ejercer la democracia. Si un gobernante conf¨ªa en una relaci¨®n democr¨¢tica exclusivamente entre ¨¦l y los electores, olvidando al partido que lo present¨®, empieza a nacer el caudillismo y a morir la democracia. Necesitamos partidos vivos, seres colectivos que interpreten a la sociedad e imaginen el pa¨ªs que podemos ser, y el PSdeG, si existe, no lo hace.
"O el PSdeG incorpora el galleguismo o ser¨¢ una franquicia con ¨¦xito pero sin autoridad moral"
A todos nos gusta imaginarnos mejores de lo que somos, a los partidos tambi¨¦n. El PSdeG podr¨¢ caer en la tentaci¨®n de imaginar una historia gloriosa, pero no la tiene. Algunos recordamos en 1976 los primeros panfletos, en ciclostil, del PSOE, que se presentaba entre nosotros escribiendo un gallego horrible, como casi toda la propaganda escrita en gallego entonces, pero bien intencionado y con gran humildad. Era un partido socialista que renac¨ªa de la mano del catedr¨¢tico Bustelo, llegado a Galicia con ese ¨¢nimo. Pasaron luego muchas cosas, dentro del PSOE tambi¨¦n. Por el medio se cre¨® formalmente el PSdeG, desembarcaron militantes del PSG, pero todo acab¨® a principios de los a?os 80 en V¨¢zquez y el vazquismo. Fue un periodo prolongado, casi dos d¨¦cadas, y eso s¨®lo es posible cuando existe un programa, una ideolog¨ªa, unos intereses y unos apoyos fuertes.
El vazquismo fue posible por conectarse al guerrismo (era la franquicia en Galicia del aparato implacable de Guerra) y por los apoyos empresariales y de medios de comunicaci¨®n coru?eses. Su ideolog¨ªa fue el antigalleguismo y el derechismo; su pr¨¢ctica, la especulaci¨®n, el localismo cantonal, el boicot a la autonom¨ªa y el respaldo efectivo al Gobierno del PP en Galicia. Sin los a?os de vazquismo, cuando el PSOE renunci¨® a hacer oposici¨®n traicionando as¨ª a la ciudadan¨ªa gallega, no hubiera habido fraguismo. Eran simbi¨®ticos.
El vazquismo desapareci¨®, su estrategia de que no hubiese alternancia en la Xunta o que hubiese una alianza PSdeG-PP fracas¨®. Mal que les pese a algunos, Touri?o gobierna con el Bloque. Pero quedan restos. Ah¨ª est¨¢ la altaner¨ªa de alcaldes socialistas que menosprecian a sus aliados del BNG, ah¨ª est¨¢n esas alianzas en Lugo y en tantos municipios. Ah¨ª est¨¢ la tentaci¨®n localista que no desaparece en Vigo, la resistencia a romper con el pasado, manteniendo en la pr¨¢ctica la invocaci¨®n a Franco en el nombre de colegios p¨²blicos o ese espeluznante nomencl¨¢tor del callejero franquista coru?¨¦s, con el asentimiento del BNG, s¨®lo comparable al de Santander.
No, el PSdeG no hereda una gran historia. De la mano de Touri?o pas¨® a hacer oposici¨®n a Fraga y ahora est¨¢ siendo ¨²til desde la Xunta, pero como organizaci¨®n no pas¨® de ser una confederaci¨®n de castros localistas a tener un esp¨ªritu compartido, y desde luego no pas¨® de ser la franquicia del PSOE en Galicia.
Si quiere ser una organizaci¨®n deber¨¢ asumir errores y analizar debilidades. La principal es la ideolog¨ªa: su cultura pol¨ªtica no ha incorporado el galleguismo, una corriente cultural, c¨ªvica y pol¨ªtica que desde la Ilustraci¨®n ha interpretado el mundo desde aqu¨ª, y eso vale tambi¨¦n para los socialistas. No hay contradicci¨®n entre ser socialista y galleguista; al contrario, una cosa obliga a la otra. No se trata de reconocer unos derechos o una identidad, se trata de pensar libremente desde aqu¨ª, y de construir ciudadan¨ªa y democracia federalmente. Mientras el PSdeG no haga un esfuerzo en¨¦rgico para hacer suyo este componente, mientras siga creyendo que el galleguismo est¨¢ fuera de la organizaci¨®n, que no le pertenece ni le compete, algo con lo que "hay que cumplir", cosa de los nacionalistas, no ser¨¢ un partido gallego nunca. Tendr¨¢ que interpretar a su modo el galleguismo, pero deber¨¢ creer en ¨¦l y sentirlo. O seguir¨¢ siendo una franquicia con ¨¦xito electoral, pero sin autoridad moral en el pa¨ªs. Porque esas siglas, PSdeG, no se levantar¨¢n sobre la autenticidad.
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