Ya sue?a el Athletic

Exigir un magn¨ªfico partido en el que los dos equipos jueguen bien parece un lujo. Se da poco. Lo habitual es que uno juegue bien y otro mal, o que uno juegue primero bien y luego mal o que ambos jueguen mal. Nunca se sabe qu¨¦ es antes, si el huevo o la gallina. El Athletic hizo un m¨¢s que buen primer tiempo y un segundo que roz¨® el aprobado, lo que coincidi¨® con un aprobadillo primer tiempo del Espanyol y una m¨¢s que buena segunda mitad. As¨ª que entre ambos garantizaron una dosis de pundonor sobresaliente, un muestrario aceptable de buenas jugadas y un cat¨¢logo de oportunidades que demostr¨® que los dos equipos andan justitos en esa asignatura. El Athletic malgast¨® dos mano a mano con Kameni que Javi Mart¨ªnez y Susaeta (dos muchachos) no supieron resolver. El Espanyol se tropez¨® con el poste tras un magn¨ªfico disparo de Rufete y con un penalti lanzado al segundo grader¨ªo por Tamudo.

Antes de que todo eso ocurriera, Gabilondo se sac¨® un centro t¨ªpico de zurdo con clase; uno de esos centros que antes abundaban y ahora escasean; centros tocados, fuertes, que miden al mil¨ªmetro la manera de superar al defensa y dejar quieto al portero en la raya de gol. Centros de ¨¦sos que pr¨¢cticamente dan en la cabeza del compa?ero, como tirando a dar, y que Garmendia resolvi¨® con inteligencia limit¨¢ndose a poner la frente sin parpadear. El chico, que hace dos semanas dio el gran susto en San Mam¨¦s al chocar con el portero del Getafe, Abbondanzieri, fue aplaudido a rabiar: por el gol y porque esta vez la cabeza le dio una alegr¨ªa que vali¨® el partido. Debi¨® matar el partido el Athletic en los primeros 45 minutos y lo debi¨® empatar el Espanyol en los segundos. Pero el equipo de Valverde ha perdido el ¨¢ngel de hace unos meses y, sobre todo, el gol, lo que es peor.