Zapatero no me llama

Dicen los que hablan con ¨¦l de vez en cuando que Zapatero suele llamar con el n¨²mero oculto. Desde su propio m¨®vil y cuando menos te lo esperas. As¨ª que no es de extra?ar que una buena parte de la primera divisi¨®n del socialismo espa?ol viva estas horas previas a la formaci¨®n del nuevo Gobierno pendiente del dichoso artefacto, mim¨¢ndolo de bater¨ªa, intentando esquivar las zonas de poca cobertura, ascensores, garajes subterr¨¢neos...

-Paco.

-D¨ªgame, se?or ministro.

-Vamos al despacho, pero no se meta usted por el t¨²nel.

Qu¨¦ desasosiego.

Ayer, sobre la una de la tarde, un joven y prometedor diputado socialista -que acababa de salir del hemiciclo tras la votaci¨®n- atend¨ªa a un grupo de periodistas.

Los elegidos no tendr¨¢n la confirmaci¨®n hasta la noche del viernes

-?Te ha llamado ya?

-No, todav¨ªa no...

No hace falta decir qui¨¦n tiene que llamar y para qu¨¦. El pol¨ªtico subraya la respuesta con una sonrisa que viene a significar: "A vosotros os voy a decir yo si me ha llamado o no". Un poco despu¨¦s, Jos¨¦ Antonio Alonso -que acaba de estrenarse como portavoz socialista- se somete al interrogatorio de unas cuantas periodistas parlamentarias.

-Parece que finalmente ser¨¢ una mujer la que te sustituya en Defensa...

-Ya os lo dijo el presidente. Puede ser una mujer.... O un hombre.

Nada. No hay manera de sonsacarle nada. Alonso, como Fern¨¢ndez de la Vega, como Rubalcaba, como Solbes, forma parte de ese c¨ªrculo de elegidos que ya conoce su futuro. Los dem¨¢s -muchos de los dem¨¢s- siguen siendo pasto de los rumores, de las quinielas. "El jefe", dice una persona muy allegada al presidente del Gobierno, "est¨¢ extremando la precauci¨®n. Quiere reducir al m¨ªnimo el riesgo de filtraciones. Por dos razones fundamentales. La primera es por respeto. En el 2004 se supo el Gobierno mucho antes de que ¨¦l jurara el cargo, pero entonces s¨®lo hab¨ªa que repartir premios". Ahora, en cambio, habr¨¢ reparto de premios y de suspensos. "Y ser¨ªa muy duro", a?ade la misma fuente, "tener una persona sentada en el banco azul mientras todo el mundo sabe que no seguir¨¢ en el cargo, teniendo que soportar las preguntas de los periodistas, de la familia...".

Pero, adem¨¢s del factor humano, hay una raz¨®n m¨¢s pr¨¢ctica. Zapatero quiere que el Gobierno tenga su ¨²nica firma. Sin cuotas territoriales, combinando experiencia y novedad. "Y si sometiera a consultas su decisi¨®n, la gente -los que estamos cerca de ¨¦l- no resistir¨ªamos la tentaci¨®n de influirle, de intentar colocar a los nuestros. Es l¨®gico y humano, pero lo volver¨ªamos loco. Y ¨¦l quiere que sea su Gobierno y no el de 40. Pero, insisto, el primer motivo de tanto secreto es por respeto a los interesados".

Pero los interesados est¨¢n que no viven, sin saber si llamar al cami¨®n de la mudanza ni qu¨¦ cara poner ante las preguntas de sus secretarios de Estado, de sus directores generales. Porque de la decisi¨®n de Zapatero no s¨®lo depende el futuro de 16 ¨® 18 ministros, sino una cascada de cargos que tambi¨¦n viven ahora pendientes del m¨®vil.

Zapatero no llamar¨¢ a los elegidos hasta la tarde del viernes o incluso la ma?ana del s¨¢bado. Hasta entonces, s¨®lo ¨¦l -y en buena medida tambi¨¦n Jos¨¦ Blanco- sabe cu¨¢les son los n¨²meros que aguardan en la memoria de su tel¨¦fono m¨®vil el momento de pulsar la tecla verde. Mientras haya bater¨ªa habr¨¢ esperanza.