Lo que dicen los sucesos
Desde hace unos a?os, los telediarios, y no s¨®lo los de Canal Sur, eligen como primeros titulares la informaci¨®n de sucesos: un intento de atraco a una oficina bancaria tiene prioridad sobre cualquier otro acontecimiento. Ser¨ªa demasiado f¨¢cil explicar esa opci¨®n diciendo que la preferencia por los sucesos obedece a la necesidad de ofrecer contenidos morbosos que enganchen a la audiencia. Eso es verdad, pero el fen¨®meno tiene ra¨ªces m¨¢s inquietantes.
La predilecci¨®n por los sucesos es el resultado de la hegemon¨ªa del valor de la seguridad en nuestras sociedades. Esa hegemon¨ªa inicia su escalada en los a?os noventa, cuando los efectos del proceso de globalizaci¨®n de la econom¨ªa empiezan a traducirse en resultados pr¨¢cticos (la deslocalizaci¨®n, la precarizaci¨®n del trabajo y de los derechos incluso fundamentales) y llega a ser imbatible desde el 11-S. Desde entonces, los medios se limitan a reproducir la idea de que, por encima de la libertad y la igualdad, que eran los pilares de las sociedades democr¨¢ticas, est¨¢ el valor de la seguridad, y esta canonizaci¨®n de la inseguridad como la primera amenaza de la vida social funciona como un recurso que hace pasar a segundo t¨¦rmino los otros conflictos sociales (precisamente los que produce la precarizaci¨®n de los derechos) y supedita la soluci¨®n de los mismos al chantaje de que cualquier soluci¨®n de las lacras estructurales deber¨¢ atenerse a las exigencias de una pol¨ªtica basada en la seguridad. Por eso y para eso son los sucesos los primeros titulares de los programas informativos.
El caso Mari Luz ha sido ejemplar en este sentido. Cuando el portavoz del Consejo General del Poder Judicial habl¨® de la necesidad de agravar las penas previstas para los pederastas estaba incurriendo en una contradicci¨®n tan rid¨ªcula como siniestra (?c¨®mo es posible que los jueces pidan el agravamiento de unas penas que ellos mismos son incapaces de hacer que se cumplan en su grado actual?) pero que responde a la perfecci¨®n al pensamiento securitario: la exacerbaci¨®n del poder punitivo del Estado como compensaci¨®n de un aumento de seguridad que luego no se ve por ninguna parte.
?De qu¨¦ hablamos, pues, cuando hablamos de sucesos? De la hegemon¨ªa de la seguridad, del miedo social como resorte de afiliaci¨®n al sistema, de la dejaci¨®n de los derechos fundamentales a cambio de un funcionamiento viciado del Estado, que no est¨¢ cumpliendo con las cl¨¢usulas fundacionales del contrato social. Los titulares de los informativos son m¨¢s insidiosos de lo que parece.
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