Las v¨ªctimas ya tienen nombre
Un investigador identifica a 10 fusilados en la Monta?a del Pr¨ªncipe P¨ªo
Un investigador ha identificado los nombres de 10 personas de las que a¨²n permanec¨ªan en el anonimato de entre los 43 cad¨¢veres enterrados en dos cajas de zinc en el cementerio de La Florida, tras ser arcabuceadas por las tropas de Napole¨®n al alba del 3 de mayo de 1808 en la Monta?a del Pr¨ªncipe P¨ªo. Todav¨ªa quedan sin identificar otros 14 patriotas. Su atroz ejecuci¨®n fue inmortalizada por Francisco de Goya en 1814. Luis Miguel Aparisi Laporta, acad¨¦mico correspondiente de la Academia de la Historia y directivo del Instituto de Estudios Madrile?os, del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, ha culminado su indagaci¨®n tras consumir medio a?o de pesquisas.
En el Archivo de la Villa ha seguido el rastro, entre 1808 y 1880, de los familiares de los fusilados. Los parientes, en correspondencia dirigida al Ayuntamiento, solicitaban pensiones para s¨ª o condecoraciones para sus deudos. Como los allegados ten¨ªan que probar tanto su parentesco como las circunstancias de sus muertes, las pruebas son, en algunos de los casos, abundantes. Llama la atenci¨®n lo prolongado de las reclamaciones, pues duraron hasta el fin del siglo XIX.
De esta manera, en sucesivos cotejos, el acad¨¦mico ha podido poner nombre y apellidos a nueve infortunados patriotas abatidos junto a los tapiales de la conocida como Monta?a del Pr¨ªncipe P¨ªo. El paraje, accidentado y lleno de taludes, ocupar¨ªa hoy un amplio espacio situado entre la plaza de Espa?a y el templo de Debod de Madrid.
Las v¨ªctimas permanecieron insepultas sobre el terreno de su fusilamiento desde la madrugada del 3 de mayo hasta el 12 del mismo mes, en que un sacerdote de la iglesia de San Antonio de La Florida, t¨ªo de una de las v¨ªctimas, las recogi¨® en varias carretas, las llev¨® a su templo y, tras celebrar un oficio de difuntos c¨®rpore insepulto, les dio sepultura en el camposanto cercano, dedicado a empleados de la Casa Real desde 1789.
En ¨¦l prosiguen a buen ritmo las obras de rehabilitaci¨®n, saneamiento y adecentamiento del recoleto camposanto de La Florida, en la calle llamada hoy de Francisco y Jacinto Alc¨¢ntara, cerca de la rosaleda del parque del Oeste, donde aquellos 43 desdichados fueron inhumados. El cementerio consta de una entrada flanqueada por cipreses a ambos lados de un peque?o camino. El camino arranca con un mural de loza que muestra una reproducci¨®n del cuadro de Goya Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808. Conduce hasta un atrio con suelo de terrizo y tapias de ladrillo, que da paso a una ermita de dos plantas.
En la primera se encuentra una serie de l¨¢pidas e inscripciones conmemorativas, y en la segunda, a la que se desciende por una angosta escalera de pelda?os muy pronunciados, se halla propiamente la cripta que contiene los restos de los muertos. En los paramentos de descenso, una l¨¢pida incrustada informa de que ah¨ª est¨¢ enterrado el pr¨®cer liberal Evaristo San Miguel, sepultado por su voluntad a?os despu¨¦s en homenaje a las v¨ªctimas.
Hasta el momento eran 19 los nombres de varones que constaban en letras de bronce sobre la pared que los sepulta, pero, tras la investigaci¨®n de Luis Miguel Aparisi, son ya 28 los identificados. "Uno de los nombres que anteriormente figuraba, el de Fausto Zapata, cadete de las Reales Guardias Espa?olas, de 13 a?os, ha sido suprimido por carecerse de documentaci¨®n espec¨ªfica que acredite su sepultura aqu¨ª", dice Aparisi Laporta.
Recientemente, con motivo de la rehabilitaci¨®n que se lleva a cabo en el interior de la ermita donde se hallan enterrados para colocar una l¨¢pida con los nombres de las v¨ªctimas identificadas, se abri¨® una cata en el muro donde permanecen los restos. A trav¨¦s de un boquete de unos 10 cent¨ªmetros pudieron verse las dos cajas de zinc, de considerable tama?o, donde documentaci¨®n municipal fechada en 1917 confirm¨® que los 43 hab¨ªan sido all¨ª inhumados.
"Eran dos grandes cofres, en uno se hallaban los restos humanos y en la otra caja de zinc se incluyeron cinturones, botonaduras y algunos efectos personales de las v¨ªctimas", cuenta Aparisi.
Se ha dado un episodio singular. En d¨ªas pasados: J. L. V., comandante de la denominada Milicia de Voluntarios Nacionales, organizaci¨®n filantr¨®pica creada en 1839, que custodia el camposanto desde 1917, se present¨® en el cementerio uniformado a la usanza antigua, en compa?¨ªa de un ayudante, para exigir el cese de las obras. Los trabajadores avisaron a la Polic¨ªa Municipal, que le disuadi¨®.
Las obras de restauraci¨®n las supervisa el arquitecto Antonio Lopera. Hasta el momento ha sido excavada una zanja perimetral para guarecer el cementerio de filtraciones. Del ala izquierda del recinto ha sido derruido un habit¨¢culo herrumbroso, de construcci¨®n reciente, que afeaba sobremanera el conjunto. Una nueva albardilla remata los muros. Su techado es de teja y se ve rematado por una cruz. En la cripta, una l¨¢pida de m¨¢rmol blanco de Macael y pulido recoger¨¢ los nombres reci¨¦n identificados.
Gentes del pueblo llano
- Jos¨¦ Antonio Alises. De Villar de Guadiana (Ciudad Real). Palafrenero al servicio del infante don Carlos (luego pretendiente carlista).
- Miguel G¨®mez Morales. Funcionario jubilado.
- Gabriel L¨®pez. Identificado por Juan Su¨¢rez, paisano que escap¨® de los fusilamientos.
- Juan Antonio Mart¨ªnez del ?lamo. Dependiente del Real Resguardo. Soltero.
- Antonio M¨¦ndez Villamil, Jos¨¦ Rey Magro, Manuel Rubio, alba?iles. Detenidos tras apedrear a unos soldados franceses desde el andamio de la iglesia de Santiago.
- Jos¨¦ Rodr¨ªguez, botillero en C. de San Jer¨®nimo.
- Anselmo Ram¨ªrez de Arellano. Ministro Montado (alguacil) del Resguardo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.