?Qu¨¦ hacer ante una recesi¨®n?
Espa?a ha entrado en un ciclo econ¨®mico que pone fin a 14 a?os de fuerte crecimiento. Para suavizarlo hay que usar con inteligencia el seguro de desempleo y los impuestos, y olvidarse del super¨¢vit fiscal
El clima econ¨®mico se est¨¢ deteriorando y muchas se?ales indican que ha empezado una fuerte ralentizaci¨®n de la tasa de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola; incluso parece posible una recesi¨®n a finales de este a?o o principios de 2009. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacer el nuevo Gobierno en estas circunstancias?
Ante todo: evitar el p¨¢nico y dejar de lado cualquier pol¨¦mica sobre responsabilidades pol¨ªticas presentes o pasadas. Despu¨¦s de 14 a?os de crecimiento sostenido, una ralentizaci¨®n, incluso una recesi¨®n, es algo casi "fisiol¨®gico" en cualquier econom¨ªa de mercado. Las econom¨ªas que no sufren estos problemas son las que nunca crecen, como la italiana que est¨¢ en crecimiento cero en 2008.
Una reducci¨®n de los impuestos sobre los salarios es una medida muy recomendable
Hay que modernizar la Universidad espa?ola d¨¢ndole libertad econ¨®mica y acad¨¦mica
Sin la crisis financiera de Estados Unidos, es posible que la ralentizaci¨®n hubiera tardado alg¨²n tiempo m¨¢s en materializarse, un a?o a lo sumo. Pero tampoco tiene mucho sentido buscar una relaci¨®n causal entre las pol¨ªticas econ¨®micas del primer Gobierno de Zapatero (o las de su predecesor) y el deterioro econ¨®mico actual. No veo razonable establecer alguna relaci¨®n de causalidad directa y no creo que, de buena fe, alg¨²n experto pueda argumentar que ¨¦sta o aquella medida de pol¨ªtica econ¨®mica sea la responsable de las dificultades que empezamos a padecer. Todos los ciclos de desarrollo econ¨®mico tan largos y sostenidos, como el experimentado por Espa?a desde 1994, acaban de manera casi "natural". Probablemente este ciclo tambi¨¦n haya llegado a su fin.
Los ciclos de crecimiento se acaban normalmente cuando las oportunidades de generar beneficios en los sectores m¨¢s din¨¢micos -la construcci¨®n y el turismo en el caso espa?ol- se agotan debido a que los costes de producci¨®n aumentan m¨¢s r¨¢pidamente que los precios de venta, y donde las ganancias de productividad son tan bajas que no compensan la subida de los costes. En estas circunstancias la ralentizaci¨®n se refleja en que una parte de las inversiones ya comenzadas no resultan rentables y deben ser abandonadas. En 2007-08 esta ca¨ªda de la rentabilidad en los sectores claves ha sido m¨¢s aguda y r¨¢pida debido a la inestabilidad en los mercados financieros internacionales, inestabilidad que ha afectado tambi¨¦n la capacidad de financiaci¨®n de las empresas espa?olas. Expresado de forma coloquial: hay que cerrar bastantes empresas porque no son rentables y porque los precios de los bienes que producen han bajado m¨¢s de lo esperado. Como consecuencia, trabajadores e inversiones deben buscar negocios distintos, y m¨¢s rentables, lo que implica quedarse en el paro o con pocos rendimientos por alg¨²n tiempo.
Existen, por tanto, dos problemas de corto plazo y algunos m¨¢s de plazo m¨¢s largo. Los de corto plazo son claros. El primero, varios inmuebles valen menos de lo que se esperaba. Es importante favorecer una liquidaci¨®n ordenada de los mismos, compatibilizando la rapidez con la estabilidad de los precios. Algunas constructoras y algunos bancos ya est¨¢n tomando medidas en esta direcci¨®n, y ser¨ªa ¨²til que el Gobierno pudiera jugar un papel de "facilitador" en estas actividades de recontrataci¨®n privada. Hace falta repartir las p¨¦rdidas de manera equilibrada para minimizar su impacto agregado. Espa?a tiene una ventaja respecto a EE UU, ya que un gran porcentaje de las hipotecas emitidas aqu¨ª sigue siendo propiedad de los bancos que las financiaron. ?stos tienen incentivos a renegociar con sus clientes para evitar quiebras. El mismo argumento se utiliza para el caso de las constructoras, muchas de las cuales son probablemente viables pero se encuentran con un problema de falta de liquidez. Es posible dise?ar incentivos fiscales que favorezcan estas recontrataciones y que, al mismo tiempo, no generen problemas de riesgo moral.
El segundo problema inmediato, un n¨²mero sustancial de trabajadores se encontrar¨¢ en el paro y los sueldos de otros subir¨¢n menos de lo esperado, o incluso bajar¨¢n. Para suavizar esta fluctuaci¨®n c¨ªclica de la renta disponible est¨¢n a nuestra disposici¨®n el seguro de desempleo y los impuestos. Se trata de utilizarlos inteligentemente, sin dejarse dominar por la obsesi¨®n del super¨¢vit fiscal. Pretender un super¨¢vit en 2008, 2009 y, posiblemente, en 2010 ser¨ªa un grave error. Una reducci¨®n generalizada del IRPF sobre la renta procedente de los salarios (no necesariamente uniforme para todos los niveles de renta) es una medida muy recomendable en estas circunstancias. De un solo golpe, esta medida alivia las fluctuaciones de la renta disponible, reduce los costes laborales y genera un incentivo adicional a la oferta de trabajo y a la contrataci¨®n de trabajadores.
?Hacen falta m¨¢s medidas de emergencia en el corto plazo? Si la situaci¨®n no empeora dram¨¢ticamente, no veo razones para actuaciones m¨¢s dr¨¢sticas por parte del Gobierno. Otro asunto, obviamente, son las acciones de pol¨ªtica monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y la actividad de inspecci¨®n y regulaci¨®n de la banca espa?ola por parte del Banco de Espa?a.
Los asuntos de largo plazo siempre son los mismos y se resumen todos en una palabra: productividad. Reactivar el proceso de liberalizaci¨®n (en particular, en el ¨¢mbito de las profesiones y del comercio), fomentar la inversi¨®n en actividades de alto valor a?adido, mejorar la calidad de la fuerza de trabajo espa?ola, hacer subir nuestra inversi¨®n en I+D y la calidad del capital humano, siguen siendo los objetivos principales. Desde la entrada en la Uni¨®n Europea los progresos han sido notables en cada uno de estos terrenos; tambi¨¦n es verdad que, desde el segundo Gobierno de Aznar, el af¨¢n reformador parece haberse parado en una complacencia con los resultados alcanzados. Las nuevas circunstancias nos ofrecen una oportunidad de dar un salto sustancial hacia adelante.
Finalmente, me gustar¨ªa referirme a tres elementos que deben abordarse en un proceso de reforma a largo plazo: la fiscalidad del trabajo, las universidades y la inmigraci¨®n. Con independencia de la reducci¨®n c¨ªclica defendida anteriormente, ser¨ªa apropiado realizar una reducci¨®n y simplificaci¨®n permanente de los impuestos sobre los salarios. ?stos siguen siendo demasiado altos, en particular para los trabajadores m¨¢s productivos pero tambi¨¦n para los de renta m¨¢s baja, frente a la competencia internacional. Hace falta mirar a los irlandeses, y aprender de su experiencia. La decisi¨®n de que parte de la reducci¨®n c¨ªclica de los impuestos mencionada antes se transforme en permanente, la podemos tomar una vez que se reactive el proceso de crecimiento. Esta reducci¨®n no debe implicar, en ning¨²n caso, un d¨¦ficit permanente del sector p¨²blico, sino, simplemente, un d¨¦ficit c¨ªclico. Si no encontramos la voluntad pol¨ªtica para bajar impuestos a principios de una recesi¨®n, cuando el super¨¢vit fiscal es mayor del 2% y la deuda p¨²blica bastante menor del 40% del PIB, nunca lo encontraremos. La ralentizaci¨®n debe ser entendida como una oportunidad: simplificar (dos tramos) y reducir la carga fiscal en 3-4 puntos del PIB, dejando para los presupuestos de 2010 la decisi¨®n de qu¨¦ parte va a ser permanente y qu¨¦ parte temporal.
Adicionalmente, se deber¨ªa llevar a cabo un proceso real de modernizaci¨®n de la Universidad espa?ola, entregando a las universidades la m¨¢s completa libertad econ¨®mica y acad¨¦mica. Las universidades p¨²blicas pueden seguir siendo p¨²blicas, pero su calidad puede mejorar sustancialmente si apostamos por una liberalizaci¨®n que aporte autonom¨ªa financiera a las p¨²blicas y competencia real desde las privadas. El sistema de universidades p¨²blicas del Estado de California (al cual pertenecen instituciones de tanto prestigio como Berkeley, UCLA y UCSD, que compiten a su vez con otras privadas como Stanford) con su financiaci¨®n mixta, su completa independencia y su enorme calidad, es el ejemplo que Espa?a podr¨ªa imitar en un horizonte de medio plazo. Existen las condiciones para este cambio. Solamente hace falta la voluntad pol¨ªtica de superar lo que, a este punto, parece m¨¢s un "tab¨²" ideol¨®gico que una verdadera imposibilidad de hacerse real.
La inmigraci¨®n ha sido, sin duda, uno de los motores que ha permitido a Espa?a disfrutar de m¨¢s de 14 a?os de crecimiento sostenido y puede serlo otra vez. Hacen falta cambios radicales en la pol¨ªtica de inmigraci¨®n, en particular si deseamos atraer a trabajadores altamente cualificados. ?stos vendr¨¢n no s¨®lo si simplificamos su proceso de asimilaci¨®n legal y laboral, sino tambi¨¦n si somos capaces de atraer a Espa?a empresas dispuestas a contratar mano de obra cualificada. El ejemplo irland¨¦s es parcialmente imitable: ventajas fiscales a empresas de alto valor a?adido que se localicen en Espa?a es una pol¨ªtica que deber¨ªa ser considerada muy seriamente en el proceso de b¨²squeda de una nueva fase de crecimiento de largo plazo.
Michele Boldrin es catedr¨¢tico de la Washington University en St. Louis y director de la C¨¢tedra Repsol en FEDEA.
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