S¨ªndrome del descenso
El Valencia, muy nervioso, tambi¨¦n cae en Mestalla ante un Racing que huele la 'Champions'
La cara desencajada de Marchena al acabar el encuentro mostraba toda la ansiedad y el miedo que atenaza al Valencia de aqu¨ª hasta que acabe la temporada. A Mestalla ya no le quedan ganas ni fuerzas para quejarse, sino temores de que se repita la amarga experiencia de hace 22 a?os, cuando el equipo baj¨® por primera vez a Segunda. La final de Copa no puede evitar que el s¨ªndrome del descenso sea cada vez m¨¢s visible: equipo desorientado, nervioso, mal dirigido y, ayer, desafortunado.
VALENCIA 1 - RACING 2
Valencia: Hildebrand; Caneira (Miguel, m. 61), Albiol, Alexis, Moretti; Joaqu¨ªn, Marchena, Baraja (Arizmendi, m. 85), Edu (Villa, m. 61), Silva; y Morientes. No utilizados: Mora; Banega, Vicente y Helguera.
Racing: To?o; Pinillos, Morat¨®n, Oriol (C¨¦sar Navas, m. 77), Ayoz¨¦; Jorge L¨®pez (Pablo ?lvarez, m. 61), Duscher, Colsa, Serrano; Munitis (Smolarek, m. 68) y Tchit¨¦. No utilizados: Mario; Luis Fern¨¢ndez, Orteman y Bolado.
Goles: 0-1. M. 60. Colsa cabecea, para Hildebrand y el propio Colsa remata con la izquierda. 1-1. M. 64. Villa, de penalti. 1-2. M. 83. Tchit¨¦, a pase de Pablo ?lvarez.
Arbitro: Ram¨ªrez Dom¨ªnguez. Amonest¨® a Caneira, Duscher, Oriol, Silva y Marchena.
Unos 50.000 espectadores en Mestalla.
Koeman dispuso un equipo que no era capaz de dar dos pases seguidos
El gol de Tchit¨¦ fue en fuera de juego, pero no lo advirti¨® el juez de l¨ªnea
Todo eso le ocurri¨® ante un Racing que confirm¨® su rutilante temporada con un partido en el que volvi¨® a sacar el m¨¢ximo rendimiento de sus escasos recursos. Otra vez impulsado por la cabeza privilegiada de Marcelino en el banquillo, que decidi¨® dominar la primera parte y dejar hacer en la segunda, que es cuando dio el golpe definitivo en dos ataques sorpresa. La velocidad de Pablo ?lvarez como extremo derecho result¨® definitiva. Convirti¨® al lateral Moretti en un gui?apo y su centro al segundo palo lo remat¨® Tchit¨¦ en un KO fulminante.
Justo en el momento en el que el equipo de Koeman parec¨ªa remontar el vuelo. Justo cuando el t¨¦cnico holand¨¦s hab¨ªa deshecho su propio desaguisado en la alineaci¨®n. Justo cuando Mestalla cre¨ªa que la victoria estaba al alcance, surgi¨® Pablo ?lvarez y puso al Racing acariciando la Liga de Campeones y completando una campa?a colosal.
Resulta que al Racing, que suele sentirse m¨¢s c¨®modo dando la iniciativa, no le qued¨® m¨¢s remedio que tomarla. Se vio obligado a ello. M¨¢s que nada, porque el Valencia, preso de la impotencia, hab¨ªa abdicado de ese derecho casi consuetudinario. Y el equipo de Marcelino vino a dominar, a sumar ocasiones y a sentirse como en casa. S¨®lo le faltaba que Tchit¨¦ aprovechara alguna de esas concesiones de la zaga valencianista.
Koeman riz¨® el rizo de la impericia al colocar a tres mediocentros -Marchena, Edu y Baraja- que constituyeron un embudo inevitable. Eran m¨¢s de lo mismo. Lentos, est¨¢ticos y redundantes. Baraja, m¨¢s adelantado de lo habitual, envejeci¨® de repente un lustro. Despu¨¦s de su brillante actuaci¨®n ante el Bar?a en la Copa, El Pipo ha desaparecido misteriosamente.
El Racing se tom¨® la segunda parte con m¨¢s calma. En realidad, volvi¨® a sus esencias. Esconderse para aguijonear. As¨ª estaba, viendo pasar la tarde, cuando se elev¨® Colsa varios palmos por encima de la defensa. Su cabezazo, repelido por Hildebrand, lo emboc¨® el propio Colsa con la izquierda.
Koeman, que ya ten¨ªa pensado dar paso a Villa y a Miguel, aceler¨® los cambios. Se desprendi¨® de uno de los tres mediocentros (Edu) y el juego del Valencia se vigoriz¨® de manera instant¨¢nea. Morientes entr¨® en acci¨®n. Joaqu¨ªn desbord¨® por la derecha. Villa se dej¨® caer por la izquierda. Y Baraja retras¨® su posici¨®n al c¨ªrculo central, donde pod¨ªa participar en la distribuci¨®n.
Morientes puso el anzuelo con una serie de quiebros y Duscher pic¨®. Lo toc¨® dentro del ¨¢rea y el penalti lo transform¨® Villa. El Valencia parec¨ªa que iba a por el partido sin darse cuenta de que ten¨ªa una aver¨ªa de agua por su costado izquierdo. Muy grave.
Ah¨ª Pablo ?lvarez, refresco de Marcelino, se iba de Moretti con mucha facilidad. Lo dej¨® en evidencia dos veces. En la primera, el lateral italiano empez¨® a empujarle fuera del ¨¢rea y lo sigui¨® empujando dentro. Y en la segunda, Pablo ?lvarez ya no se dejar¨ªa cazar. Se escap¨® y su centro raso y ligeramente combado lo remat¨® al segundo palo Tchit¨¦. Era fuera de juego, aunque no lo advirti¨® el juez de l¨ªnea, mal colocado. El mundo le cay¨® encima al Valencia. Y el s¨ªndrome del descenso, tambi¨¦n.
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