?Es la subida de los alimentos s¨®lo una mala noticia?
Entre art¨ªculos y an¨¢lisis sobre las hipotecas subprime, la cotizaci¨®n del brent, los problemas del mercado interbancario, la crisis inmobiliaria y el pinchazo de las bolsas, ¨²ltimamente estamos encontrando no poca informaci¨®n sobre otra crisis de indudable impacto mundial: la subida del precio de los alimentos.
Como coinciden en se?alar los estudios, esta crisis responde a una confluencia de causas, tanto por el lado de la oferta (malas cosechas de los principales productores de cereales, una reducci¨®n de la productividad global provocada por el cambio clim¨¢tico o el aumento de los precios del petr¨®leo) como por el lado de la demanda (fuerte crecimiento del consumo en pa¨ªses emergentes y apuesta de los pa¨ªses industrializados por el uso de biocombustibles). La crisis burs¨¢til que ha empujado a los inversores especulativos a los mercados de materias primas y un cierto "p¨¢nico" ante los desabastecimientos han hecho el resto.
"Es necesario cambiar la tendencia de la ayuda internacional destinada a desarrollo rural, que ha ca¨ªdo a la mitad desde 1980"
Basta con hacer la compra y ver los precios de la leche, los huevos o el pan para sentir el impacto de esta subida en nuestros bolsillos. Imaginemos c¨®mo est¨¢ afectando a los millones de familias que en los pa¨ªses en desarrollo destinan m¨¢s del 80% de sus ingresos a comprar alimentos, y para los que la abrupta subida de los precios del arroz, el trigo o el ma¨ªz es, sencillamente, dram¨¢tica. Podemos as¨ª entender los disturbios en Egipto, M¨¦xico o Hait¨ª, o que la desnutrici¨®n est¨¦ aumentando en ?frica, provocando dram¨¢ticos llamamientos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) por el agotamiento de sus reservas.
Las negociaciones comerciales injustas con los pa¨ªses industrializados y los planes de ajuste estructural han provocado un adelgazamiento del Estado y desarticulado buena parte de las pol¨ªticas p¨²blicas en los pa¨ªses pobres, con lo que ¨¦stos se han quedado sin herramientas para enfrentarse a esta nueva situaci¨®n. Salvo la rebaja arancelaria de las importaciones o la reducci¨®n de cuota a las exportaciones, no existen en manos de los Gobiernos de muchos pa¨ªses margen pol¨ªtico para intervenciones p¨²blicas -ni recursos para aplicarlas- con las que paliar el efecto del aumento de precios en los consumidores y potenciar la producci¨®n agr¨ªcola. Parad¨®jicamente, estos mismos pa¨ªses ricos defensores del libre mercado a ultranza est¨¢n impulsando la intervenci¨®n p¨²blica en sectores como el bancario, aduciendo que la falta de acci¨®n ser¨ªa m¨¢s negativa que la intervenci¨®n estatal.
Pero, ?puede el aumento de los precios de los alimentos suponer una oportunidad para los pa¨ªses pobres? Desde Interm¨®n Oxfam creemos que s¨ª. El cambio de tendencia en los precios agr¨ªcolas plantea, adem¨¢s de un problema a corto plazo, una importante oportunidad para promover el desarrollo rural y reducir la pobreza. Para aprovecharla, los Gobiernos del Sur, pero fundamentalmente, la comunidad internacional, y desde luego el Gobierno espa?ol, han de promover actuaciones ambiciosas y urgentes que minimicen los efectos coyunturales de esta nueva situaci¨®n y supongan un impulso para la agricultura.
Para reducir los impactos sobre los consumidores pobres, se deben tomar medidas urgentes. En primer lugar debe revisarse el sistema de ayuda alimentaria, que est¨¢ mostrando su debilidad por la falta de recursos del PMA y su dependencia extrema de los excedentes de alimentos en EE UU. Al reducirse ¨¦stos, la ayuda peligra. Es imprescindible el cambio a un modelo que asegure el desembolso de los recursos que ha solicitado el PMA urgentemente y que pase de la ayuda en especies a la ayuda para la compra de alimentos en las propias regiones del Sur. Por otra parte, deben reducirse las tensiones en la demanda que est¨¢ suponiendo en pa¨ªses tropicales el cambio de destino de tierras, de cultivo de alimentos a biocombustibles. Una decisi¨®n inmediata debe ser la eliminaci¨®n de la meta de la UE, que pretende, con el apoyo espa?ol, multiplicar por 10 la demanda de biocombustibles antes de 2020, y condicionar su producci¨®n e importaci¨®n a est¨¢ndares medioambientales y sociales rigurosos.
Aprovechar la oportunidad que ofrecen unos precios altos y transformarlos en un aumento de renta de los agricultores exige aumentar la inversi¨®n agr¨ªcola, espec¨ªficamente en los peque?os productores y en las mujeres. Tres cuartas partes de los pobres del mundo viven de la agricultura, y el 95% de los campesinos vive en pa¨ªses pobres. La promoci¨®n de la peque?a y mediana agricultura tiene un enorme potencial, no s¨®lo para aumentar la seguridad alimentaria, sino para ampliar la base del crecimiento econ¨®mico y reducir la pobreza rural, lo que puede ser un motor de desarrollo fundamental, especialmente en ?frica.
Para ello es necesario cambiar la tendencia de la ayuda internacional destinada a desarrollo rural, que ha ca¨ªdo a la mitad desde 1980, e impulsar unas pol¨ªticas agr¨ªcolas justas y eficaces, que en el Sur han brillado por su ausencia, con excepciones que podr¨ªan servir de ejemplo, como Senegal y Malawi. Adem¨¢s es imprescindible respetar el espacio pol¨ªtico para tomar decisiones sobre comercio y promoci¨®n agraria de los pa¨ªses pobres, en la actualidad fuertemente erosionado.
La humanidad, tambi¨¦n ante la subida de precios de los alimentos, se enfrenta a un problema de justicia, no de escasez. Y tambi¨¦n en este caso, la respuesta justa coincide con la respuesta inteligente. Aprovechar la oportunidad para reducir la pobreza rural es una forma de obtener bienes p¨²blicos globales, como un medio ambiente m¨¢s equilibrado, unos flujos migratorios menos espoleados por la pobreza extrema y una provisi¨®n de alimentos seguros y de calidad. ?Actuaremos pensando en el derecho de todos los seres humanos a comer cada d¨ªa?
Jos¨¦ A. Hern¨¢ndez de Toro es portavoz de Interm¨®n Oxfam para Comercio, Agricultura y Cambio Clim¨¢tico.
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