Italia queda en manos del voto indeciso
La participaci¨®n en la primera jornada electoral cae respecto a los comicios de 2006
A ritmo lento pero constante, Italia empez¨® a votar ayer a las ocho de la ma?ana. Cuando esta tarde, a las tres, cierren las urnas, se sabr¨¢ si ha elegido pasado o futuro. S¨®lo dos a?os despu¨¦s de las ¨²ltimas elecciones legislativas, algo m¨¢s de 47 millones de italianos deciden de nuevo, otra vez a cara o cruz, derecha o centro-izquierda, a qui¨¦n encomendar un pa¨ªs golpeado por la crisis y la burocracia. Los expertos dicen que la gente empieza a parecer cansada de la ineficacia vociferante de una clase pol¨ªtica que en 15 a?os se ha revelado incapaz de ponerse de acuerdo para coger el tren de la modernidad. El partido de los indecisos, que seg¨²n los soci¨®logos re¨²ne al 25% de los italianos, ser¨¢ decisivo.
La batalla crucial entre Berlusconi y Veltroni se librar¨¢ en la C¨¢mara alta
Las urnas estar¨¢n abiertas un total de 23 horas. Muchas facilidades para implicarse, en un pa¨ªs que tradicionalmente participa con entusiasmo en las elecciones, con cifras siempre superiores al 80% desde 1987. La vez que menos gente acudi¨® a votar, en 2001, con el 81,4% de participaci¨®n, Silvio Berlusconi se impuso a Francesco Rutelli.
Aunque todo el mundo ha certificado la aparici¨®n de un fen¨®meno nuevo, la antipol¨ªtica, los datos de participaci¨®n conocidos ayer hacen presagiar que el descontento puede traducirse en un crecimiento de la abstenci¨®n. A las diez de la noche hab¨ªa votado el 62,9% del censo, cuatro puntos menos que en 2006 a esa misma hora. Los italianos, unidos en la percepci¨®n de que el pa¨ªs est¨¢ viejo, atrasado y estancado, aparecen partidos en dos a la hora de buscar soluciones. Fue as¨ª en 2006, cuando las urnas dejaron un empate casi perfecto, apenas 24.000 votos m¨¢s para Prodi en la C¨¢mara de los Diputados y 220.000 de ventaja para Berlusconi en el Senado. Y parece que esta vez, en una cita que algunos medios han calificado como la segunda vuelta de las elecciones de 2006, ser¨¢ parecido.
Aunque nada ser¨¢ igual, porque esta vez el centro-izquierda se presenta sin Romano Prodi y despojada de la peligrosa amistad de la izquierda radical, que contribuy¨® a hacer ingobernable el pa¨ªs tanto como la derecha, esta vez se enfrentan dos generaciones y dos estilos muy dispares. Italia debe decidir si entrega el pa¨ªs, por tercera vez desde 1994, al magnate Berlusconi, jefe de filas del Pueblo de la Libertad (PDL), que a sus 71 a?os promete m¨¢s de lo mismo, o si conf¨ªa en el proyecto renovador de Walter Veltroni, 20 a?os m¨¢s joven, ex alcalde de Roma y l¨ªder del Partido Democr¨¢tico, una formaci¨®n que ha integrado a laicos y cat¨®licos, radicales y centristas, y que promete regenerar el pa¨ªs empezando por la propia pol¨ªtica.
Veltroni ha movilizado a millones de italianos con su "reformismo sereno", sus discursos idealistas y pragm¨¢ticos a un tiempo, y sus modales exquisitos. Pero Berlusconi mantiene un carisma innegable, una capacidad asombrosa para repetirse sin aburrir, y una factor¨ªa de mercadotecnia que convierte cada campa?a en una permanente aparici¨®n televisiva.
El l¨ªder del centro-izquierda, que ha dicho que conf¨ªa en que "la mayor remontada de la historia es posible", es, seg¨²n las encuestas, el l¨ªder m¨¢s valorado por los italianos.
Un empate o un resultado muy estrecho abrir¨ªa la puerta a numerosas hip¨®tesis, entre ellas la de un improbable Gobierno de coalici¨®n. Estos d¨ªas, el embajador de EE UU en Roma, Ronald Spogli, se ha mostrado favorable a un "Gobierno transversal", porque, dijo, "incluso en Estados Unidos las reformas se hacen s¨®lo cuando hay acuerdo entre las partes".
La batalla crucial, dentro de unas previsiones bastante ajustadas pero favorables a Berlusconi, debe producirse en el Senado, que tiene los mismos poderes que la C¨¢mara baja del Parlamento y provoc¨® en enero pasado la ca¨ªda de la Uni¨®n de Izquierda de Prodi.
En principio, Lazio, Liguria y Cerde?a son las tres regiones que parecen decisivas, sobre todo la primera, pues elige a 27 senadores. El ganador recibe 15 esca?os, y el reparto de los otros 12 depende del resultado de los partidos menores. Si la Uni¨®n de Centro de Pierferdinando Casini y la Izquierda Arcoiris de Fausto Bertinotti llegan al 8%, robar¨ªan esca?os al segundo. La diferencia entre lograr 15 y s¨®lo 8 podr¨ªa inclinar la balanza hacia un lado o el otro.
Las dos jornadas electorales renovar¨¢n, adem¨¢s de la C¨¢mara de los Diputados y el Senado, las administraciones de ocho provincias, 426 municipios y dos regiones, Sicilia y Friuli-Venecia Julia. El escrutinio comenzar¨¢ a las tres de la tarde, tras el cierre de los colegios, pero el ministro del Interior, Giuliano Amato, ha advertido que ser¨¢ lento y riguroso para evitar, como en 2006, cualquier sospecha de tongo y fraude. ?Llegar¨¢ por fin la calma a la pol¨ªtica italiana?
Ni fotos ni m¨®viles
- En Italia la papeleta se recoge ¨²nicamente en el colegio electoral donde se vota y es obligatorio entrar en la cabina para marcar en ella al partido elegido e introducirla en un sobre.
- Est¨¢ prohibido acceder a las cabinas con c¨¢maras y m¨®viles, bajo multa de entre 300 y 1.000 euros. Se trata con ello de impedir la compra de votos que se produjo en 2006. En aquella ocasi¨®n, quienes vendieron sus votos ten¨ªan que fotografiar la papeleta como prueba de que no enga?aban a quienes les hab¨ªan sobornado.
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