El v¨¦rtigo de Egibar
El temor a un cambio definitivo de alianzas en el PNV late en las decisiones de su principal referente soberanista
I?igo Urkullu y Joseba Egibar se ver¨¢n hoy de nuevo las caras en una reuni¨®n de la ejecutiva nacional del PNV (el EBB) que se prev¨¦ tensa despu¨¦s de que el segundo desafiase la autoridad del presidente del partido imponiendo el viernes en la asamblea guipuzcoana, que controla con mano f¨¦rrea, un texto cr¨ªtico con la decisi¨®n del EBB de respaldar la moci¨®n de censura contra la alcaldesa de ANV en Mondrag¨®n.
Pese a que publicamente ha dicho que no se ha sentido desautorizado, la decisi¨®n de la ejecutiva nacional de apoyar la censura contra ANV por no condenar a ETA 24 horas despu¨¦s de que Egibar dijese lo contrario, ha sido vivida por el l¨ªder guipuzcoano y los suyos como una humillaci¨®n pol¨ªtica, como demuestra el duro tono del texto aprobado el viernes en San Sebasti¨¢n. Pero el tel¨®n real de fondo de esta batalla es el temor de los soberanistas del partido a los que Egibar capitanea a un cambio definitivo en la pol¨ªtica de alianzas del PNV de los ¨²ltimos diez a?os, cerrando la apuesta por la unidad nacionalista.Tras su actuaci¨®n primero en Mondrag¨®n rechazando un acuerdo y luego en la asamblea regional del viernes censurando la reconducci¨®n de los hechos por Urkullu, late el temor, cada vez m¨¢s fundamentado, a la proclividad, tambi¨¦n cada vez m¨¢s manifiesta, del sector mayoritario del partido a un entendimiento con los socialistas, tanto en Euskadi como en Madrid. Y ello los mismo si hay un acuerdo de fondo como si el PNV se tiene que conformar con acuerdos parciales y "jugar a la chica", como dijo en el debate de investidura el portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka.
"Para qu¨¦ hemos hecho la paz", se lamenta un parlamentario
La ejecutiva peneuvista analiza hoy la situaci¨®n abierta en el partido
No es una desconfianza nueva. Egibar ya la ha vivido y ha ejercido en esta cuestion un papel vigilante, desde que el acuerdo de unidad soberanista de Lizarra salt¨® por los aires por la ruptura de la tregua de ETA en 2000. Desde entonces Egibar vela armas por mantener los rescoldos de aquella alianza y trata de cortocircuitar cualquier conato de acercamiento a los socialistas y de sustituci¨®n de la estrategia de acumulaci¨®n nacionalista por la transversalidad.
El presidente del partido en Guip¨²zcoa advert¨ªa ya sobre la intenci¨®n de rectificar el rumbo de sus oponentes cuando inici¨® su pugna con Josu Jon Imaz por el relevo de Xabier Arzalluz en 2003. Egibar vislumbraba que su rival y quien le sosten¨ªa, la organizaci¨®n vizca¨ªna liderada por Urkullu, no mostraban ya ning¨²n afecto por la pol¨ªtica de colaboraci¨®n entre nacionalistas, ni siquiera por la f¨®rmula tripartita que sosten¨ªa y sostiene al Gobierno del lehendakari.
"Hay gente que no ve ese escenario de colaboraci¨®n nacionalista y creo que intenta evitarlo porque prefiere otro con otras fuerzas pol¨ªticas", dec¨ªa ya en plena pugna con Imaz por la presidencia. Egibar se pas¨® toda la campa?a interna emplazando a su competidor a que defendiese abiertamente la proclividad a los acuerdos con los socialistas que cre¨ªa que albergaban de manera encubierta.
Desde entonces, las relaciones entre PNV y socialistas no han hecho m¨¢s que mejorar e incluso concretarse en pactos concretos: acuerdos presupuestarios en Madrid y Vitoria, leyes de calado, gobernabilidad de ayuntamientos y diputaciones, incluso en un territorio como ?lava, donde mandan partidarios de Egibar. El l¨ªder del PNV guipuzcoano ve que se ha creado ya un suelo bastante firme de acuerdos con los socialistas sobre el que es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo que germine un pacto m¨¢s global.
Todo lo que obstaculice ese camino supone dar una oportunidad m¨¢s a la acumulaci¨®n de fuerzas nacionalistas iniciada en Lizarra, que s¨®lo una nueva etapa de colaboraci¨®n entre los dos primeros partidos vascos cerrar¨ªa de forma definitiva. Y el mayor obst¨¢culo que puede encontrar el mantenimiento de ese resquicio abierto son las mociones de censura para arrebatar ayuntamientos a ANV.
En el sector mayoritario de la ejecutiva no se entiende la actuacion de Egibar, m¨¢xime cuando ¨¦l mismo lleva dos derrotas electorales seguidas ante el PSE: en las municipales y forales de mayo de 2007 y el pasado 9-M. "Para qu¨¦ hemos hecho la paz hace s¨®lo cuatro meses, para ahora reanudar la guerra", se preguntaba ayer un parlamentario, en referencia a la ponencia pol¨ªtica y la direccion dirigida por Urkullu consensuadas en la asamblea de diciembre pasado tras la renuncia de Imaz a la reelecci¨®n. "Algunos parecen empe?ados en que nos hagamos el haraquiri a la vista de todos", a?ad¨ªa.
Este mismo dirigente se?alaba a EL PA?S que el partido no alcanza a comprender por qu¨¦ Egibar ha querido realizar esta ¨²ltima intervenci¨®n de su asamblea en "la plaza p¨²blica", en vez de plantear una denuncia ante los tribunales internos del partido si culpa al ex diputado general guipuzcoano, Joxe Joan Gonz¨¢lez de Txabarri, hombre de Imaz, de haber filtrado datos fiscales de su protegido Jon Jauregi. Este proceder perjudicar¨ªa mucho al PNV, ya en delicada situaci¨®n en t¨¦rminos de expectativas electorales desde las auton¨®micas de 2005. Y lo har¨ªa, dice esta misma persona, en un doble sentido: "El hartazgo de un electorado que ve c¨®mo no dejamos de discutir entre nosotros y la desmoralizaci¨®n de una militancia a la que necesitamos m¨¢s que nunca movilizada y segura de s¨ª misma".
En ese descenso electoral en Guip¨²zcoa ha tenido relevancia el que aflorasen los primeros esc¨¢ndalos con acusaciones de supuesta corrupci¨®n o irregularidades que salpicaban al partido, otra parte de la pelea interna.
El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, pidi¨® ayer en declaraciones a este peri¨®dico que no se meta a su partido en las discrepancias internas del PNV. El texto aprobado en la asamblea guipuzcoana acusaba a los socialistas de estar embarcados en una "una campa?a de acoso pol¨ªtico-medi¨¢tico" al PNV, el Gobierno vasco e Ibarretxe. "Es el PNV de Guip¨²zcoa el que tiene una discrepancia profunda con la direcci¨®n de Euskadi y la tienen que resolver ellos", resumi¨®.
La obsesi¨®n por la unidad nacionalista
- El Pacto de Lizarra. Joseba Egibar fue el mu?idor principal y entusiasta del acuerdo firmado el 12 de septiembre de 1998. Antes se hab¨ªan roto las coaliciones PNV-PSE en Bilbao y en Vizcaya primero, en Vitoria y ?lava despu¨¦s, en el Gobierno luego y, finalmente, en la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa.- La gran coalici¨®n. Egibar promovi¨® a finales de 2007 una gran coalici¨®n cuatripartita (PNV, EA, EB y Aralar) para acudir a las generales del 9-M, que el EBB intent¨® cortar de ra¨ªz, pero que termin¨® teniendo que discutir formalmente y que tal vez vuelva a su mesa de la mano de Egibar. Es la salida que ¨¦ste ve a la sostenida tendencia del PNV al descenso electoral, a la insuficiencia de apoyos al plan del lehendakari y a los pactos con el PSE que asoman la cabeza desde 2005.
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