"Es una victoria de la nueva izquierda latinoamericana"

Sentado en el sal¨®n de su casa de Asunci¨®n, una modesta habitaci¨®n presidida por una l¨¢mina de un San Pedro pintado por El Greco, Fernando Lugo, el presidente electo paraguayo, anuncia cu¨¢l ser¨¢ la medida m¨¢s importante, a corto plazo, de su mandato. "En 2009 la reforma de la Constituci¨®n debe estar en la agenda. La actual Constituci¨®n no ha tenido el resultado esperado. Para garantizar la independencia del poder judicial hay que cambiar sus mecanismos. Tenemos que garantizar que la Justicia sea apol¨ªtica", se?ala serio. ?Introducir¨¢ la reelecci¨®n? Se le pregunta. Entonces, el obispo mantiene el silencio y sonr¨ªe mirando de un lado a otro aviesamente, provocando la sonrisa de sus interlocutores. Pero no se pronuncia. Lugo preside una coalici¨®n de nueve partidos y aplica en pol¨ªtica la misma prudencia que le lleva a medir cuidadosamente sus palabras cuando se refiere a su relaci¨®n con el Vaticano. Personifica, m¨¢s claramente que muchos pol¨ªticos, la dualidad presente en todo ser humano.

El presidente electo tiene en su agenda la reforma de la Constituci¨®n

"Vengo de una familia que lleva la pol¨ªtica en la sangre", reconoce el hombre que cambi¨® el p¨²lpito por la tribuna cuando el 29 de marzo de 2006 encabez¨® una marcha de miles de personas contra el presidente Nicanor Duarte. La paradoja es que Lugo, nacido en 1951 en San Pedro, viene de una familia tradicional del Partido Colorado, el mismo con cuya hegemon¨ªa termin¨® el pasado domingo. Es sobrino de Epifanio M¨¦ndez Fleitas, un hist¨®rico l¨ªder colorado opositor al dictador Alfredo Stroessner, del mismo partido. "Mis padres estuvieron m¨¢s de 20 a?os en la c¨¢rcel y tengo hermanos que sufrieron torturas y exilio", destaca.

Desde que se ordenara sacerdote, en 1977, siempre estuvo al lado de los que reclamaban justicia social -"lo m¨ªo es la opci¨®n pastoral por los pobres"-, primero como misionero en Ecuador y luego en diversos puestos en Paraguay. Pero ese compromiso social p¨²blico en tiempos de turbulencia pol¨ªtica no s¨®lo no le cost¨® ning¨²n enfrentamiento grave con la jerarqu¨ªa cat¨®lica, sino que fue promocionado, llevado a estudiar a Roma y finalmente ordenado obispo en 1994. "Mis hermanos los obispos", dice siempre que se refiere a la jerarqu¨ªa eclesial. Juan Pablo II le retir¨® como obispo en activo en 2005 y Benedicto XIV le suspendi¨® a divinis (prohibici¨®n de administrar algunos sacramentos y ense?ar doctrina) en 2007. De momento, el Vaticano no ha comentado la victoria de Lugo, que no porta el anillo episcopal pero acepta ser llamado monse?or. El San Pedro de El Greco es la imagen religiosa en su sal¨®n, pero comparte la presidencia junto a una foto del propio obispo en pleno mitin.

Pero por sus palabras nadie dir¨ªa que est¨¢ sancionado can¨®nicamente. "Yo me pongo a disposici¨®n de la decisi¨®n que tome el Vaticano como hijo de esta Iglesia. Quiero pertenecer a esta Iglesia que tanto amo, pero buscar una salida de consenso", comenta para juzgar los rumores de una inminente dispensa de Roma. Acto seguido se define como "un obispo rebelde".

Y la misma dualidad se traslada al terreno pol¨ªtico. "Yo no suscribo ninguna ideolog¨ªa de izquierdas", suele decir, pero al mismo tiempo reconoce que su victoria del domingo en las urnas "por la conformaci¨®n de la Alianza es una victoria de la nueva izquierda latinoamericana". Aunque inmediatamente vienen los inevitables matices. "Algunos de los partidos que forman la Alianza tienen una relaci¨®n expl¨ªcita con gobiernos progresistas de Am¨¦rica Latina. Pero otros sectores quiz¨¢s m¨¢s conservadores tienen su postura firme". Una t¨¦cnica extrapolable al resto de panorama pol¨ªtico. "Es necesaria una mesa de reconciliaci¨®n nacional", subraya, pero no deja claro si est¨¢ dispuesto a gobernar Paraguay en una gran coalici¨®n con sus rivales.

Por no definir, ni siquiera deja claro si le gusta m¨¢s el f¨²tbol o el baloncesto. "Practiqu¨¦ los dos", responde. ?Y cu¨¢l es el secreto para que los interesen contrapuestos no choquen? "Administrar conflictos", dice, y vuelve a sonre¨ªr.