Lugo pone a Paraguay en el mapa

Paraguay, el ¨²ltimo de los pa¨ªses suramericanos regido por un partido hegem¨®nico asisti¨® en la noche del domingo, madrugada de ayer en Espa?a, al hist¨®rico triunfo de una amplia coalici¨®n de izquierdas encabezada por el obispo Fernando Lugo (56 a?os). El pa¨ªs donde el guaran¨ª es tan popular como el castellano tiene la oportunidad de ser conocido por el mundo tras un aislamiento que pr¨¢cticamente comenz¨® el mismo d¨ªa que fue independiente de Espa?a, hace casi 200 a?os. Lugo pretende construir un nuevo pa¨ªs, aumentar su riqueza a trav¨¦s de la exportaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica y frenar la cruel desigualdad social y la corrupci¨®n.

Con m¨¢s del 40% de los votos y 10 puntos por encima de la candidata del Partido Colorado, Blanca Ovelar, Lugo se prepara para pilotar una transici¨®n pac¨ªfica pr¨¢cticamente in¨¦dita. La tranquilidad, la ausencia de incidentes y la moderaci¨®n fueron la t¨®nica tanto de la jornada electoral como de las posteriores celebraciones y declaraciones.

Tal vez porque terminar con 61 a?os de un partido en el poder que se ha infiltrado pr¨¢cticamente en todos los estratos de la Administraci¨®n es algo casi imposible de hacer por la fuerza, las primeras palabras de Lugo fueron para pedir "unidad" a la hora de afrontar el cambio que se cierne sobre Paraguay. "Hago una invitaci¨®n muy especial a toda la clase pol¨ªtica, a todos sin excepci¨®n", subray¨® el l¨ªder de la Alianza Patri¨®tica para el Cambio (APC), la formaci¨®n que en apenas ocho meses ha logrado tumbar al Partido Colorado.

No hubo rastro de los terroristas extranjeros que iban a quemar gasolineras y asaltar comercios nada m¨¢s conocerse los resultados, tal y como hab¨ªa profetizado apenas 72 horas antes el mism¨ªsimo presidente de la Rep¨²blica saliente, Nicanor Duarte. El mandatario encarnaba la imagen de la derrota colorada incluso m¨¢s que la candidata oficialista. Blanca Ovelar, en un gesto que confirm¨® que no se iba a producir el en¨¦simo fraude electoral, apareci¨® ante sus entristecidos seguidores para reconocer la derrota. "Saludamos el triunfo de Fernando Lugo. El resultado es irreversible", subray¨®.

Para entonces, tanto la APC como los observadores internacionales se hab¨ªan movido deprisa para evitar que los resultados de las urnas fueran modificados en el recuento. Dos colombianos tuvieron un papel decisivo. La ex ministra de Exteriores Mar¨ªa Emma Mej¨ªa, jefa de la misi¨®n de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y el ex presidente Andr¨¦s Pastrana, cabeza del equipo de la Fundaci¨®n Internacional para Sistemas Electorales (IFES). Ambos hab¨ªan advertido al Gobierno de la necesidad de que el primer recuento r¨¢pido de votos fuera abierto a los representantes de los partidos, para evitar la sombra de fraude.

Pero como suele suceder, el derrumbamiento de la hegemon¨ªa vino principalmente desde el interior. El ex vicepresidente Luis Castiglioni fue el dinamitero de su propio partido e hizo estallar su carga en el momento m¨¢s cr¨ªtico: el mediod¨ªa de la jornada electoral. Siempre existir¨¢ la inc¨®gnita de qu¨¦ hubiera sucedido si Castiglioni hubiera vencido en las primarias del Partido Colorado sobre Blanca Ovelar. Castiglioni anunci¨® la derrota colorada con las urnas abiertas.

Cerradas las urnas, con los primeros sondeos y mientras los colorados segu¨ªan pele¨¢ndose, Lugo comenzaba a recibir llamadas del extranjero felicit¨¢ndole por su victoria. Sus asesores lo resum¨ªan en una frase: "Paraguay por fin est¨¢ en el mapa".