John Boyne trastoca el mito del mot¨ªn de la 'Bounty'

Nueva rebeli¨®n a bordo, pero el h¨¦roe y el villano han cambiado sus papeles. John Boyne, el autor irland¨¦s que con su El ni?o del pijama de rayas (Salamandra) ha conseguido un enorme ¨¦xito en nuestro pa¨ªs, revisita en su nueva novela el m¨¢s legendario de los motines n¨¢uticos, el de la Bounty, llevado m¨²ltiples veces al cine, y lo hace trastocando el mito, aunque, parad¨®jicamente, acercando los hechos m¨¢s a la realidad hist¨®rica.

En la novela, titulada Mutiny on the Bounty (Doubleday) y que aparecer¨¢ en octubre en castellano en la misma Salamandra, el h¨¦roe y el villano del mot¨ªn intercambian sus papeles. Popularmente, se tiene al capit¨¢n William Bligh por un tirano sanguinario y al oficial Fletcher Christian (al que han encarnado sucesivamente Clark Gable, Marlon Brando y Mel Gibson -frente a, respectivamente, Charles Laughton, Trevor Howar y Anthony Hopkins-) por un valiente que se le opuso y encabez¨® la rebeli¨®n a bordo de la Bounty aquel aciago 28 de abril en el Pac¨ªfico, a la altura de Tofua. Boyne, cuyo relato adopta el punto de vista de un chico de 14 a?os que ha embarcado para huir de la c¨¢rcel y que sirve como criado del capit¨¢n, presenta a los dos principales personajes como cree que eran de verdad.

"Bligh no era un monstruo", explica Boyne, que recogi¨® ayer en Barcelona uno de los premios de la revista Qu¨¦ Leer (el otro lo recibi¨® Juan Jos¨¦ Mill¨¢s por El mundo). "Era un excelente marino. Hab¨ªa viajado con Cook en el Resolution, se distingui¨® en las guerras napole¨®nicas, fue felicitado por Nelson, cartografi¨® la costa de Australia y lleg¨® a vicealmirante. Fue muy respetado. En cambio, desde ni?o me ha costado entender por qu¨¦ se ten¨ªa por h¨¦roe a Christian, que tras amotinarse dej¨® en un bote en medio del oc¨¦ano al capit¨¢n y los 19 que le permanecieron leales". Bligh consigui¨® llevar el bote hasta Timor, una traves¨ªa de 3.618 millas n¨¢uticas considerada una de las grandes haza?as de la navegaci¨®n. Un pedazo de navegante, sin duda, pero ?qu¨¦ hay del l¨¢tigo de nueve colas? "Lo us¨® s¨®lo una vez en la Bounty, un r¨¦cord -por lo escaso- en cualquier nave de su majestad en la ¨¦poca", responde Boyne, que es consciente de que su novela se enfrenta a toda la iconograf¨ªa cinematogr¨¢fica. "Es un reto darle la vuelta a lo que piensa la gente, pero mi relato es m¨¢s fiel a la verdad". Sea como fuere, Bligh consigui¨® que la gente ?se le volviera a amotinar!: en 1805, cuando era gobernador de Nueva Gales del Sur.

Con respecto a El ni?o del pijama..., Boyne no acierta a entender el fen¨®meno que es en Espa?a. Es consciente de las similitudes con el filme La vida es bella, que le gust¨® pero, afirma, no cree que le haya influenciado en absoluto. Su libro naci¨® de una imagen instintiva de dos ni?os junto a una alambrada, y lo escribi¨® de una manera casi compulsiva. El autor no considera que haya trivializado el Holocausto con su bienintencionada f¨¢bula. "Me he acercado al tema honestamente y creo que mi libro anima a los j¨®venes lectores a preguntar. Puede ser una buena introducci¨®n. Desde luego, no es las memorias de Primo Levi, ni el diario de Anna Frank, que juegan en otra categor¨ªa".