Ruiz Zaf¨®n contra los hinchas del Manchester en Sant Jordi
Conseguir una firma de Carlos Ruiz Zaf¨®n y, si se terciaba, de cualquier otro autor. ?se fue el punto de partida para el r¨¦cord que se vivi¨® ayer en el centro de Barcelona con las colas m¨¢s largas de lectores ¨¢vidos de una firma nunca vistas en una festividad del libro.
Ante una carpa ambientada como si se tratara del cementerio de sus libros olvidados, casi 1.400 personas desfilaron durante las seis horas que Ruiz Zaf¨®n firm¨® ejemplares de su El juego del ¨¢ngel. El escritor cumpli¨® con profesionalidad extrema: alarg¨® en horas su presencia, fue intercambiando tres tipos de rotuladores de diferente grosor para vencer los calambres y se neg¨® a prescindir del nombre del lector como la organizaci¨®n le sugiri¨® para desatascar el colapso.
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Sus fans no fueron menos: se invert¨ªan hasta tres horas de cola (cinco, los que decidieron no abandonarla ni cuando el escritor se fue a comer). Los de la tarde sobrepasaron las 21.00. Esa tenaz actitud oblig¨® a Planeta a proveerles de agua. La editorial lo tiene amortizado: seg¨²n las cifras facilitadas ayer: se han vendido en una semana 580.000 ejemplares, 250.000 de los cuales, s¨®lo en Catalu?a.
El drag¨®n Ruiz Zaf¨®n s¨®lo respet¨®, en narrativa, a Eduardo Mendoza (El asombroso viaje de Pomponio Flato), Ken Follet (Un mundo sin fin), John Boyne (El nino con el pijama de rayas), Chufo Llorens (Te dar¨¦ la tierra) y Noah Gordon (La bodega); en catal¨¢n destac¨® L'¨²ltim patriarca, de la autora de origen marroqu¨ª Najat el Hachmi. La no ficci¨®n en castellano desapareci¨®, mientras que en catal¨¢n s¨®lo se salvaron el ex entrenador del FC Barcelona Carles Reixach (Ara hablo yo) y las memorias de Jordi Pujol. La muchedumbre que sali¨® a la calle asust¨® a los 7.000 seguidores del Manchester United presentes se refugiaron en los bares del final de la riada humana que fue la Rambla barcelonesa. "?Todo esto es por el f¨²tbol?", preguntaban. Cuando supieron del ritual compraron rosas (se vendieron seis millones) para ofrecer a las catalanas. La for?a de Sant Jordi.
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