"Fui el guionista, el protagonista y el director del 25 de abril"
Caminar con Otelo Saraiva de Carvalho (Maputo, Mozambique, 1936) por la calle es revivir su gesta como si el tiempo no hubiese pasado. La gente le pide aut¨®grafos, le felicita, desea hacerse fotos con ¨¦l y Otelo derrama energ¨ªa y vitalidad. Parece empezar la vida cada ma?ana. "Una vida que siempre he querido dedicar a la interpretaci¨®n", dice. Estos d¨ªas el h¨¦roe de la Revoluci¨®n de los Claveles, el 25 de abril de 1974, ha visitado Santiago y otras ciudades de Galicia para dar algunas conferencias. Esta entrevista se realiz¨® a caballo entre la capital gallega y la localidad portuguesa de Famalic?o.
Una canci¨®n, una cerveza y un sandwich bastaron a Otelo para terminar con la dictadura fascista que oprimi¨® a su pa¨ªs, Portugal, durante 48 a?os. Encerrado en un cuarto con una emisora de radio clandestina, Otelo supo, como Orson Welles en La guerra de los mundos, movilizar a todo un pa¨ªs. Pero en este caso no hab¨ªa novela para inspirarlo, ni equipo de producci¨®n, ni m¨¢s actores que ¨¦l mismo. Ni tuvo, a diferencia de Welles, que lamentar las consecuencias de su interpretaci¨®n. La Revoluci¨®n triunf¨® sin sangre pero con flores, sin m¨¢s balas que el sonido de una canci¨®n: "Probablemente mi intervenci¨®n en la Revoluci¨®n de los Claveles tenga mas que ver con mi vocaci¨®n de actor realizador que con mi mente de estratega".
Quer¨ªa ser actor
Otelo, el ni?o que so?aba con ser actor y a quien su abuelo aconsej¨® la carrera militar, transgredi¨® todas las fronteras para realizar su fantas¨ªa. Incluso dentro de la disciplina castrense, fue mentor de un grupo de teatro formado con otros cadetes y debut¨® como protagonista. Sin embargo es consciente de que su mejor papel lo interpret¨® el 25 de abril de hace 34 a?os: "Fui el autor del gui¨®n, del decorado, el protagonista, el director y no necesitaba apuntador". La representaci¨®n comenz¨® la noche del 24 y dur¨® hasta las 13.30 del 26. "Me encerr¨¦ con seis oficiales en el puesto de mando clandestino de A Pontinha, en Lisboa, corr¨ª las cortinas para aislarnos del exterior. Carec¨ªamos de provisiones, Nos alimentaba la esperanza y la emoci¨®n. No dormimos. Los periodistas nos llamaron los hombres sin sue?o". El resultado de esta funci¨®n fue el derrumbe de la dictadura fascista en Portugal y una explosi¨®n de alegr¨ªa y libertad.
Y entonces hizo su aparici¨®n la chica de la pel¨ªcula enfundada en uniforme de camarera con un ramo de claveles que se multiplicaron hasta anular todas las armas. Estallaron las emociones, mientras sonaba el Gr?ndola de Jos¨¦ Afonso, que Otelo eligi¨® por su verso: "O pobo ¨¦ quem mais ordena"."Estuve tres semanas aislado, trabajando en silencio. Un tiempo corto para conocer al enemigo, me arriesgu¨¦ mucho con personas que pod¨ªan denunciarme. A¨²n hoy me maravilla que haya sido posible", recuerda. "Contact¨¦ con un primo mio, oficial del Ej¨¦rcito en servicio en la GNR y le dije: 'Voy a hacer la revoluci¨®n y te necesito'. Se asust¨® pero me proporcion¨® objetivos, n¨²mero de hombres y armamento del enemigo".
Otelo confi¨® en sus camaradas y ellos en ¨¦l: "Eran militares que se jugaban su puesto y su libertad. El ingeniero Amadeo Garc¨ªa dos Santos posibilit¨® las comunicaciones a trav¨¦s de radio, tel¨¦fono, estafetas, c¨®digos... El periodista Carlos Albino puso Gr?ndola en su programa de Radio Renascen?a en el momento convenido. Era el aviso para iniciar la acci¨®n".
La sorpresa
El factor sorpresa fue la clave: "El Gobierno estaba tan confiado y dormido que esa noche, a las tres de la madrugada, escuchamos a trav¨¦s de nuestra red de transmisiones una conversaci¨®n entre dos ministros. El de Defensa, Joaquim Da Silva Cunha, telefone¨® al del Ej¨¦rcito, el general Andrade Da Silva, advirti¨¦ndole que hab¨ªa oido ciertos rumores y ¨¦ste le contest¨®: 'El pa¨ªs est¨¢ tranquilo. Du¨¦rmase'. A esas horas nuestras columnas estaban en la calle y hab¨ªa varios objetivos tomados. A las cinco de la madrugada el dictador Marcelo Caetano se quitaba las lega?as mientras una llamada telef¨®nica del director de la PIDE [la polic¨ªa secreta], mayor Silva Pais, le comunicaba: 'Se?or presidente, la Revoluci¨®n est¨¢ en la calle".
Apenas transcurridas 12 horas, Caetano se ofreci¨® voluntario para entregar el poder al general Antonio Sp¨ªnola, alto mando militar de confianza de los sublevados y a quien habi¨¢ destituido d¨ªas antes. La CIA tenia pocos elementos en Portugal y ese d¨ªa, la sexta escuadra de la OTAN hab¨ªa salido de Portugal para maniobras en el Mediterr¨¢neo.
La obra revolucionaria
La repercusi¨®n de una obra de arte puede ser imparable, sobre todo si tiene un car¨¢cter aventurero, pac¨ªfico y honesto."En mi casa estuvieron revolucionarios de Nicaragua y de El Salvador para preguntarme c¨®mo hacer una revoluci¨®n sin derramar sangre. Y seg¨²n el ex presidente Mario Soares y varios analistas, la Revoluci¨®n de los Claveles fue el antecedente de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn, de la revuelta popular contra la dictadura en Grecia en julio de 1974 y de la ca¨ªda del r¨¦gimen comunista en la URSS. Porque Gorbachov estuvo en Portugal una semana, enviado por el Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y qued¨® fascinado con la idea".
La ficci¨®n y la realidad se mezclan y Otelo logr¨® ser actor a consecuencia de esta gesta reinterpret¨¢ndose a s¨ª mismo en pel¨ªculas y documentales como A noite do golpe de Estado, de Ginette Lavigne, (2001), Capitanes de abril, de Maria de Medeiros (2000), con el personaje de ?scar, Monsanto (2000), Gestos y fragmentos (1982), en cuyo gui¨®n colabor¨® personalmente, Torre bela (1975) y media docena de titulos m¨¢s.
Un flash back nos descubre a Otelo preparando el escenario revolucionario un a?o atr¨¢s. "En el 73, a mi regreso de Guinea Bissau, ten¨ªa lista mi casa, pero no ped¨ª l¨ªnea telef¨®nica. Hac¨ªa meses que est¨¢bamos decididos a derribar la dictadura y deb¨ªamos evitar ser descubiertos, as¨ª que las llamadas telef¨®nicas las realizaba desde el fondo de un minimercado que estaba a 500 metros de mi casa. El 24 de marzo nos reunimos la Comisi¨®n Coordinadora Ejecutiva Clandestina del Movimiento. Yo asum¨ª toda la responsabilidad de la operaci¨®n militar. El 15 de abril ten¨ªa la orden de operaciones lista". "El 25 de abril fui el hombre m¨¢s feliz del mundo. Cumpl¨ª un sue?o de juventud que fue mas all¨¢ de un sue?o. Tengo el orgullo de haber participado en el derrumbe del poder fascista y m¨¢s tarde, entre el 74 y 75, el orgullo de no haberme contaminado por el poder. Porque yo no quer¨ªa el poder para mi, lo quer¨ªa para el pueblo".
Como su h¨¦roe de la infancia, Robin Hood, Otelo estuvo prisionero en varias ocasiones. Entr¨® en la c¨¢rcel en 1976, estuvo unos meses y volvi¨® en 1984, esta vez, para permanecer encerrado durante cinco a?os. En los intervalos de libertad entre c¨¢rcel y m¨¢s c¨¢rcel, concurri¨® a las elecciones presidenciales de los a?os 1976 y 1980.
Pero Otelo no puede olvidar los motivos de su segundo y largo encarcelamiento. Las autoridades le acusaron de ser el cerebro en la sombra de una organizaci¨®n armada clandestina, las For?as Populares 25 de abril. ?l lo atribuye a una maniobra de la direcci¨®n del Partido Comunista de Alvaro Cunhal para "impedir que participara en la campa?a electoral de 1984"
El alma aventurera de Otelo sue?a ahora con llevar a las tablas La muerte de un viajante, de Arthur Miller, "por su fuerte car¨¢cter dram¨¢tico", se?ala.
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