Apoyo al empleo
Cada d¨ªa que pasa observamos con preocupaci¨®n c¨®mo la situaci¨®n de la econom¨ªa, y con ella la del empleo, se va complicando, en mayor o menor medida. No se trata aqu¨ª de determinar si es una cifra u otra, una d¨¦cima m¨¢s o una d¨¦cima menos, sino de reconocer que la situaci¨®n se complica.
Nos enfrentamos a retos derivados de nuestro modelo de crecimiento, de la tan manida pero inexorable globalizaci¨®n, de nuestro mapa demogr¨¢fico, de nuestro tipo de industria, de nuestro tejido productivo, de nuestra legislaci¨®n... Retos que afectan, que est¨¢n afectando, a nuestra competitividad y a nuestra productividad.
Nuestro mercado de trabajo adolece todav¨ªa de graves deficiencias sobre las que hay que introducir cambios, ya que, en determinados casos, los entornos legales en los que se sustenta est¨¢n obsoletos, desfasados y alejados de la realidad.
Creemos que, junto con los poderes p¨²blicos y de la mano de los agentes sociales, la iniciativa privada, dirigida y dedicada profesionalmente al mundo del empleo, tiene mucho que aportar. La iniciativa privada tiene mucho potencial con el que contribuir a solucionar problemas tan importantes, sobre todo ahora, como el del desempleo, el de la excesiva temporalidad, el de la integraci¨®n de la mujer y de los j¨®venes al mercado de trabajo, el de la reducci¨®n de la siniestralidad, el de la gesti¨®n de la inmigraci¨®n, el de la mejora de la formaci¨®n y empleabilidad de nuestros trabajadores y el de reciclaje profesional.
Para ello hay que trabajar desde la aportaci¨®n real de valor a?adido, desde la especializaci¨®n, desde la profesionalizaci¨®n, desde el compromiso. Hay que ayudar a las personas a buscar, encontrar y mantener el empleo; hay que ayudar a esas personas a prepararse de forma continua y constante para adaptarse a las necesidades del mercado; y a la vez hay que ayudar a las empresas, ofreci¨¦ndoles lo que realmente necesitan y en el momento en el que lo necesitan: personal preparado y cualificado para trabajar.
Nuestras empresas aportan esa cota de flexiseguridad (flexibilidad para las empresas, seguridad para los trabajadores). Nuestras empresas est¨¢n contribuyendo a reducir, aunque parezca parad¨®jico, las tasas de temporalidad; est¨¢n ayudando a reducir las tasas de siniestralidad laboral, est¨¢n integrando colectivos de dif¨ªcil inserci¨®n; est¨¢n permitiendo elevadas cotas de conciliaci¨®n laboral y familiar, sobre todo en mujeres y j¨®venes; esas empresas son las que est¨¢n contribuyendo a la reducci¨®n del desempleo, las que canalizan y ofrecen garant¨ªas a los trabajadores inmigrantes y las que, adem¨¢s, aportan gran cantidad de empleo indefinido al mercado de trabajo (uno de cada tres trabajadores al cabo del a?o, y son muchos los que pasan por nuestras oficinas).
Pero para seguir avanzando en esta l¨ªnea, para seguir esta tendencia que es la de la Uni¨®n Europea, en donde el ¨ªndice de poblaci¨®n activa canalizada a trav¨¦s de empresas de empleo triplica la tasa espa?ola, (lo que contribuye a que tengan la mitad de temporalidad que nosotros) es necesario eliminar y actualizar algunas de las normas que todav¨ªa coartan y limitan este desarrollo.
Son ya muchos y variados los informes de expertos nacionales e internacionales que recomiendan, en aras de cumplir con los objetivos de la Cumbre de Lisboa y de mejorar nuestra competitividad y productividad, dar m¨¢s espacio y reconocimiento a las empresas de empleo. Y lo que es todav¨ªa m¨¢s importante, son ya muchas las personas, empleadas y desempleadas, y las empresas -grandes, medianas y peque?as- las que conf¨ªan en nuestros servicios.
Por todo esto es por lo que en un momento como el actual hay que, definitivamente, actuar. Hay que tomar decisiones y contar con todos, para que entre todos ayudemos y pongamos a disposici¨®n de la sociedad todo nuestro potencial contra la amenaza del desempleo. -
Santiago Soler es Secretario General de Adecco
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