Jeff Koons, en la cima del mundo
El artista vivo m¨¢s cotizado instala sus esculturas en la azotea del Metropolitan
Desde un lugar muy parecido a la cima del mundo, impecable en su traje de Gucci, con la sonrisa cincelada en un rostro de ojos grises y la seductora voz de un encantador de serpientes, Jeff Koons ejerci¨® orgulloso de cotizado y deseado artista. Fue hace unos d¨ªas en la terraza del Metropolitan Museum of Art, de Nueva York. No interpretaba un papel: desde el pasado oto?o, la estrella del arte m¨¢s provocador y comercial de los ochenta, ca¨ªdo brevemente en desgracia a finales de los noventa y resucitado con el nuevo siglo es, a sus 52 a?os -adem¨¢s de ex marido de la estrella del porno Cicciolina- el artista vivo m¨¢s cotizado del mercado. Su escultura Hanging Heart se vendi¨® en noviembre en Sotheby's por 23,6 millones de d¨®lares, desbancando a otra celebridad del arte, Damien Hirst.
"No creo que el arte est¨¦ relacionado con el dinero", dice el artista
S¨®lo an¨¦cdotas y peculiaridades como ¨¦stas explicar¨ªan el circo que Koons mont¨® en la azotea del Metropolitan. M¨¢s de un centenar de periodistas entregados a sacarle fotos con sus tel¨¦fonos m¨®viles como si de Britney Spears se tratara. ?La excusa? La presentaci¨®n de tres de sus espectaculares esculturas que ocupar¨¢n tan codiciado espacio hasta el 26 de octubre.
Con el impresionante skyline neoyorquino y el manto verde primavera del Central Park como tel¨®n de fondo, las colosales obras de proporciones gigantes -Balloon Dog (un perro de tres metros de alto como los que se hacen con globos de colores), Sacred Heart (un coraz¨®n rojo estilo huevo de pascua tambi¨¦n de tres metros) y Coloring Book (inspirado en el osito Winnie the Pooh, de cinco metros)- brillaban met¨¢licas al sol, y empeque?ec¨ªan a quienes se pon¨ªan a su lado. A todos menos, aparentemente, a Koons, quien, henchido de felicidad, explicaba el sentido de su obra. "Son piezas nunca mostradas en p¨²blico, pues pertenecen a colecciones privadas, y con las que sobre todo intento transmitir alegr¨ªa. Tambi¨¦n me gustar¨ªa que la gente las viera como una posibilidad para expandir sus propios horizontes vitales", declar¨® a este diario.
No le gust¨® que le recordaran su cotizaci¨®n en el mercado, pues, dijo, el dinero no es lo importante. Una afirmaci¨®n curiosa, que viene de alguien que trabaj¨® en su juventud haciendo proselitismo para el MOMA (captaba socios para el museo y se le recuerda como uno de los mejores) y se hizo agente de Bolsa para financiar la producci¨®n de su obra. "Lo que importa es tener un di¨¢logo en conexi¨®n con la historia y con otros artistas. Lo que se paga por el arte no es relevante. Importa que tu trabajo sea atractivo y ampl¨ªe los par¨¢metros de vida de la gente".
Infaustamente c¨¦lebre por haber sido uno de los primeros artistas que contrat¨® a un asesor de imagen y que se publicitaba en las revistas de arte con fotos a p¨¢gina entera, tampoco se le ve¨ªa c¨®modo definido como un hombre de negocios, al estilo de su creador m¨¢s admirado, Dal¨ª. "No creo que el arte est¨¦ relacionado con el dinero. Y no creo que el mercado del arte est¨¦ creando una nueva moneda, sino que le est¨¢ dando a la gente una plataforma en la que apoyarse. Lo que tiene valor es ampliar horizontes y darse cuenta de lo importante de estar vivo y ser parte de la raza humana. Creo en la generosidad, no en el cinismo; cada gesto en la vida tiene que ser generoso".
Tambi¨¦n definido como el Tom Ford del arte, Koons fue carne de pol¨¦mica primero por transformar en esculturas gigantes objetos de consumo como juguetes o la imagen de Michael Jackson. Despu¨¦s, tras casarse con Cicciolina, sus expl¨ªcitas im¨¢genes sexuales de la serie Made in heaven le catapultaron m¨¢s lejos en el estrellato de la controversia. Hoy dice seguir las mismas pautas que cuando empez¨®. "Para m¨ª, el arte es el punto de conexi¨®n en el que se juntan todas las disciplinas: est¨¦tica, teolog¨ªa, filosof¨ªa, sociolog¨ªa... un veh¨ªculo que nos ayuda a aceptarnos a nosotros mismos y a los dem¨¢s. Abre posibilidades a la vida. No admite contracciones".

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