Un viento de muerte devasta Myanmar
El tif¨®n Nargis causa a su paso m¨¢s de 10.000 fallecidos y 3.000 desaparecidos - Los campos de arroz est¨¢n destrozados, lo que agudizar¨¢ la carest¨ªa de alimentos
Tal y como le hab¨ªan dicho, cerr¨® las puertas, asegur¨® ventanas, retir¨® los objetos que pod¨ªan desprenderse f¨¢cilmente de la fachada y tap¨® con tablones los puntos por los que pod¨ªa colarse el agua en la casa, un edificio de dos plantas de cemento desnudo en el que viven tres familias. No fue suficiente. El s¨¢bado, el Nargis devast¨® su hogar, y Zaw Mot todav¨ªa busca a su t¨ªa, que regresaba del campo, entre la devastaci¨®n que ha dejado el tif¨®n. Es la cuarta desaparecida s¨®lo en su edificio. "La polic¨ªa nos avis¨® de vientos fuertes y, sobre todo, de inundaciones, pero no nos prepararon para esto. Est¨¢ todo destrozado, y hay muchos cad¨¢veres. No llega la ayuda, no hay electricidad, y los tel¨¦fonos fijos no funcionan; s¨®lo los m¨®viles, de vez en cuando. No tenemos posibilidad de contactar con nadie, de saber si est¨¢n vivos o muertos", se lamentaba anoche, en una laboriosa conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico, el traductor de ingl¨¦s de la localidad de Dedaye, en el delta del Irrawaddy, a unos 30 kil¨®metros al sur de Yangon, la ciudad m¨¢s poblada del pa¨ªs.
"La tempestad vol¨® los tejados de las casas", cuenta Aung Bein, un gu¨ªa local
Seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales, Nargis ha dejado a su paso por el sur de Myanmar (ex Birmania) m¨¢s de 10.000 muertos y 3.000 desaparecidos, y al menos 100.000 hogares destruidos, en la peor tragedia natural desde el tsunami que arras¨® una decena de pa¨ªses en 2004. Ayer por la tarde se reabri¨® el aeropuerto de Yangon, que tambi¨¦n ha quedado gravemente afectado por los vientos de m¨¢s de 190 kil¨®metros por hora, y la ONU preparaba ya desde Bangkok la operaci¨®n de ayuda humanitaria.
La ONU estima que, adem¨¢s de restablecer el suministro de electricidad y de agua, es necesario repartir urgentemente tiendas de campa?a, material m¨¦dico, mosquiteras, utensilios de cocina y pastillas potabilizadoras. Un avi¨®n tailand¨¦s cargado con nueve toneladas de comida y medicinas despeg¨® anoche.
Mientras tanto, en la antigua capital, la propia poblaci¨®n se encarga de las tareas de desescombro. "Estamos tratando de cortar y de retirar los ¨¢rboles de las calles y evitar el saqueo de comercios y viviendas, porque no hay ning¨²n control de polic¨ªa o ej¨¦rcito", cont¨® ayer Aung Bein, gu¨ªa tur¨ªstico residente en la parte norte de Yangon. "S¨®lo los locales con generadores tienen electricidad, y los turistas est¨¢n a salvo en los hoteles, pero se les ha pedido que no salgan. Muchos s¨®lo quieren regresar a sus pa¨ªses, algo que no podr¨¢n hacer hasta que se normalice la situaci¨®n en el aeropuerto, por lo menos en un par de d¨ªas". De momento, no se ha confirmado la muerte de ning¨²n extranjero.
El gu¨ªa birmano relata las horas de terror vividas el pasado s¨¢bado en su bloque, de cuatro pisos: "Hab¨ªamos asegurado puertas y ventanas, pero el viento era mucho m¨¢s fuerte que en otras ocasiones, y arrancaba hasta los tejados de las casas. Nos quedamos a oscuras, y la planta baja se inund¨®. Hab¨ªa vecinos heridos por los cristales rotos que volaban, la mayor¨ªa con cortes y golpes. El ruido era ensordecedor, parec¨ªa que todo se vendr¨ªa abajo, pero finalmente el viento aminor¨®. Pasaron m¨¢s de cinco horas". A pesar del abultado n¨²mero de v¨ªctimas mortales y de desplazados, y del caos que vive el pa¨ªs, la Junta Militar, contra la que se enfrentaron miles de personas el pasado septiembre durante la denominada revoluci¨®n azafr¨¢n, anoche todav¨ªa manten¨ªa su intenci¨®n de celebrar un refer¨¦ndum constitucional el d¨ªa 10. Sin embargo, un diplom¨¢tico occidental citado por el diario Bangkok Post considera imposible que se den las condiciones para ello.
A Zaw Mot no le importa lo m¨¢s m¨ªnimo el refer¨¦ndum. Se siente afortunado porque todos sus familiares cercanos est¨¢n vivos y su casa todav¨ªa permanece en pie, aunque se ha convertido en un oasis en un desierto de escombros. "Todos los edificios de alrededor, de madera, han desaparecido, y los campos de arroz se han quedado marrones. La cosecha est¨¢ destrozada y la gente teme que, con los precios actuales, no sea posible sobrevivir".
La regi¨®n del delta de Irrawaddy es considerada el bol de arroz de Myanmar por sus llanuras f¨¦rtiles que producen al a?o dos cosechas, cuyo precio bate r¨¦cords. "El a?o pasado fue el combustible, y ¨¦ste ser¨¢ el arroz. As¨ª no vamos a poder aguantar mucho tiempo". El Gobierno birmano se hab¨ªa comprometido a paliar la escasez de arroz de algunos de los pa¨ªses vecinos, como Filipinas, Sri Lanka y Bangladesh, pero ahora ser¨¢ dif¨ªcil que Yangon pueda cumplir con estos compromisos. Myanmar export¨® 400.000 toneladas de arroz en 2007.
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