La polic¨ªa identifica a 55.000 militantes y 65 grupos neofascistas en Italia

Nicola Tommasoli, un dise?ador gr¨¢fico de 29 a?os que fue apaleado por cinco j¨®venes neofascistas en el centro hist¨®rico de Verona (norte de Italia) tras negarse a darles un cigarrillo la noche del pasado 1 de mayo, muri¨® ayer en el hospital Borgo Trento. La polic¨ªa ha detenido ya a tres de sus agresores, Raffaele delle Donne, Guglielmo Corsi (ambos de 19 a?os) y Andrea Vesentini, de 20, que han confesado su participaci¨®n en el suceso.

Todos formaban parte de un grupo de hinchas ultras del club de f¨²tbol Verona, el Veneto Fronte Skinheads, y hab¨ªan sido investigados por agresiones racistas. Otros dos j¨®venes han sido acusados, pero siguen en paradero desconocido. El Veneto Fronte Skinheads es una organizaci¨®n de extrema derecha "muy arraigada en el territorio".

Un informe de los servicios secretos conocido ayer revela que hay 55.000 j¨®venes y 65 grupos ultras de inspiraci¨®n neonazi y neofascista actuando en el pa¨ªs, sobre todo en el norte. El director de la Polic¨ªa de Prevenci¨®n, Carlo De Stefano, aclar¨® ayer que el objetivo de esos grupos no tiene nada que ver con el f¨²tbol: "Les mueve la violencia en s¨ª misma, contra el que es distinto por color de piel, credo religioso o simplemente manera de vestir". "No tienen valores culturales ni pol¨ªticos", a?adi¨® el jefe antiterrorista italiano, "salvo la discriminaci¨®n, la xenofobia y el racismo".

Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, un lugar con clase, ¨®pera al aire libre, un centro hist¨®rico rico y ordenado. Un sitio orgulloso de s¨ª mismo, dirigido con mano de hierro por un alcalde de la Liga Norte, Falvio Tosi, una de las estrellas emergentes de la formaci¨®n. Ayer, Tosi pidi¨® "penas ejemplares" para los culpables. En 2007, poco despu¨¦s de ser elegido con el 60% de los votos, expuls¨® a los gitanos de la ciudad alegando que "perturbaban la belleza del casco hist¨®rico".

El centro era el escenario donde se mov¨ªa a placer la banda de Delle Donne. Diecisiete j¨®venes ultras, skinheads y neofascistas, algunos hijos de empresarios, y otros de obreros. Seg¨²n el fiscal de Verona, Guido Papalia, actuaban como la banda de La Naranja Mec¨¢nica, y "esperaban encontrar, si no el aplauso, al menos la indulgencia de sus paisanos".

La banda segu¨ªa el estilo impuesto por los alcaldes-sheriff que dominan el opulento noreste italiano. Los s¨¢bados por la noche patrullaban la ciudad en "rondas preventivas". Pegaban a inmigrantes de color, a vendedores ¨¢rabes, a italianos del sur. "Les bastaba encontrar a uno que llevaba el pelo largo y la emprend¨ªan a golpes", dijo Papalia.