"Hemos ganado"
Daniel Cohn-Bendit (Montauban, Francia, 1945) es el referente m¨¢s singular de Mayo del 68. Y sigue en la brecha 40 a?os despu¨¦s, pero ahora con nuevos horizontes: con los desaf¨ªos de la globalizaci¨®n, el cambio clim¨¢tico y la inmigraci¨®n. Quiz¨¢ por ello cree que hay que pasar la p¨¢gina de aquella rebeli¨®n, como explica en sus libros Forget 68 y La rebeli¨®n del 68, este ¨²ltimo en colaboraci¨®n con R¨¹diger Dammann y que publicar¨¢ pr¨®ximamente en Espa?a Global Rhythm Press. Con su lucidez y estilo provocador, Cohn-Bendit, hoy copresidente del grupo Los Verdes del Parlamento Europeo, resume aquellos a?os con un categ¨®rico: "Hemos ganado", e incluye en la n¨®mina de los beneficiarios al presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy.
"Los j¨®venes no siempre tienen raz¨®n. Tambi¨¦n hubo juventudes en la revoluci¨®n hitleriana"
Pregunta. Usted sostiene que Mayo del 68 no fue una revoluci¨®n, sino una rebeli¨®n.
Respuesta. En todos los debates sobre Mayo del 68 es recurrente cuestionarse si fue una revoluci¨®n. Para m¨ª fue una rebeli¨®n. Sobre todo, una rebeli¨®n antiautoritaria que tuvo lugar un poco por todas partes. La rebeli¨®n de una juventud que hab¨ªa nacido despu¨¦s de la guerra y se revolv¨ªa contra el tipo de sociedad impuesto por las generaciones de la guerra. Los rebeldes eran diferentes en Polonia, en Estados Unidos, en Francia o en Alemania, pero el coraz¨®n fue precisamente esta rebeli¨®n antiautoritaria.
P. ?Cu¨¢l es la diferencia?
R. La revoluci¨®n supone un an¨¢lisis cl¨¢sico que pone siempre por delante el problema de la toma del poder, cuando precisamente la mayor¨ªa de la gente que estaba en la calle quer¨ªa tomar el poder sobre sus vidas, y no el poder pol¨ªtico. Por eso, la palabra rebeli¨®n es m¨¢s adecuada.
P. Los sesentayochistas sustituyen consignas revolucionarias cl¨¢sicas, como "abajo el capitalismo", por otras ideas como "est¨¢ prohibido prohibir", "gozar sin trabas", "la burgues¨ªa no tiene otro placer que destruirlos todos" o "?sed realistas, pedid lo imposible!". ?Qu¨¦ significa este cambio?
R. Creo que las palabras del orden tradicional contin¨²an existiendo. Pero lo que es novedoso, lo que es precisamente esta novedad surrealista y que da una expresi¨®n po¨¦tica a la revuelta, sobre todo a la de Mayo del 68, es su radicalizaci¨®n antiautoritaria.
P. ?Sarkozy es un liquidador de la herencia del 68 o un producto contrariado del 68?
R. Sarkozy es un sesentayochista contrariado. Reinvidica para ¨¦l una libertad de vida que es completamente de sesentayochista, pero que no tiene nada que ver con su pol¨ªtica. Su ataque contra el 68 es un ataque contra natura, pues ¨¦l se beneficia de todo lo que es el 68. Hace 40 a?os, un hombre dos veces divorciado no hubiera podido ser presidente de la Rep¨²blica, era imposible.
P. En cierta medida, lo que sugiere es que los movimientos de liberaci¨®n del 68 son los que han permitido el triunfo de un personaje como Sarkozy.
R. S¨ª. El movimiento del 68 ha cambiado de tal manera la sociedad, que un hombre como Sarkozy puede ser presidente.
P. ?Por qu¨¦ los movimientos de liberaci¨®n relacionan el imperialismo estadounidense y el totalitarismo sovi¨¦tico?
R. Creo que una de las dimensiones fundamentales de la Francia del 68 fue la de poner juntos, uno al lado del otro, el capitalismo y el comunismo. El 68 es el principio de la deconstrucci¨®n del comunismo.
P. Para muchos, el 68 representa la revuelta de la vida cotidiana, la eclosi¨®n de la m¨²sica, la nueva relaci¨®n entre hombres y mujeres, la vida, la sexualidad...
R. El 68 quer¨ªa precisamente que los individuos reivindicaran su libertad de vida cotidiana, que integra precisamente la m¨²sica y una nueva visi¨®n l¨²dica de la vida.
P. ?Sugiere usted que los revolucionarios quieren el poder pol¨ªtico, mientras que los rebeldes del 68 quer¨ªan el poder sobre sus vidas?
R. As¨ª es. Y adem¨¢s muchos revolucionarios quieren el poder sobre los otros, mientras que los rebeldes del 68 lo quieren sobre su propia vida.
P. ?El 68 supone el fin de las revoluciones y el principio de los movimientos de liberaci¨®n?
R. El 68, de hecho, demuestra que el ciclo de las revoluciones de los siglos XIX y XX se ha acabado. Y que hoy estamos en un proceso de transformaci¨®n de las sociedades, y esto no quiere decir que las rebeliones se hayan acabado. Pero las revueltas empujan a la transformaci¨®n y la modernizaci¨®n de la sociedad. Y el mito de la revoluci¨®n, de la toma del poder, es algo que precisamente ha desaparecido.
P. ?Las elecciones, "una trampa para los gilipollas"? ?O defiende usted las instituciones democr¨¢ticas?
R. Hay que ir con cuidado. Seguramente en 1968 fue dif¨ªcil imaginar otra soluci¨®n que la de boicotear las elecciones. Pero fundamentalmente lo que hab¨ªa detr¨¢s era una incomprensi¨®n de lo que es el espacio institucional como garant¨ªa de democracia.
P. ?Mayo del 68 fue un movimiento de la juventud contra las generaciones anteriores? ?Ten¨ªan raz¨®n porque eran j¨®venes?
R. No, yo no creo que las generaciones de la posguerra tuvieran raz¨®n. Los j¨®venes no siempre tienen raz¨®n. Por ejemplo, tambi¨¦n los j¨®venes en las universidades hicieron la revoluci¨®n hitleriana. No ten¨ªan raz¨®n por ser j¨®venes.
P. ?El 68 permite el triunfo del feminismo contra el machismo generalizado, incluido el de la izquierda?
R. Visto que hay una reivindicaci¨®n precisamente de la apropiaci¨®n de su vida, y de su autonom¨ªa, las mujeres se enfrentan al machismo izquierdista y tambi¨¦n al de los hombres del interior del movimiento.
P. Gaullistas y comunistas, ?ganadores o perdedores de la rebeli¨®n de Mayo del 68?
R. A largo plazo, perdedores; a corto plazo, ganadores. Creo que fueron victorias p¨ªrricas para los gaullistas y los comunistas, y que el fondo antiautoritario de la huelga los barri¨® a los dos.
P. Francia sigue siendo un pa¨ªs inmovilista, centralista y reacio a la evoluci¨®n.
R. S¨ª, pero de una manera totalmente diferente. Aunque los problemas hist¨®ricos contin¨²an, es otra sociedad.
P. Hay todav¨ªa reflejos de esas estructuras en empresas tan influyentes como EDF.
R. S¨ª, es un reflejo de que el jacobinismo franc¨¦s tiene una determinada idea de los servicios p¨²blicos. En el modelo franc¨¦s, los servicios p¨²blicos est¨¢n muy ligados a una concepci¨®n estatal de lo social, que est¨¢ en camino de explosionar y nadie muy bien qu¨¦ poner en su lugar.
P. Cuarenta a?os despu¨¦s de aquel mayo, ?qu¨¦ se ha ganado?
R. Tenemos otra sociedad. Por una parte, es m¨¢s libre, pero tiene otros problemas. En Mayo del 68 no se conoc¨ªan el sida, el paro, ni la degradaci¨®n clim¨¢tica. La globalizaci¨®n desbocada que existe hoy tampoco se conoc¨ªa. As¨ª, pues, tenemos una sociedad con una libertad mucho mayor, y al tiempo se enfrenta a problemas de otra dimensi¨®n.
P. Usted dice tambi¨¦n que hay que olvidar el 68. ?Qu¨¦ quiere decir con esto?
R. Simplemente quiero decir que el 68 fue formidable, pero hoy los retos son otros. Nos enfrentamos a otro mundo, otros problemas, y los instrumentos de la rebeli¨®n no responden a los problemas de hoy.
P. Algunos consideran que ciertas ideas del 68 pueden ser ¨²tiles todav¨ªa.
R. S¨ª, pero lo que a m¨ª me interesa son las ideas de la democracia, de los derechos del hombre, etc¨¦tera. No me interesan tanto las ra¨ªces de las ideas, aunque hay gente que sigue con el empuje del 68. Ha habido mucha energ¨ªa, mucho deseo de libertad, y todo esto contin¨²a y continuar¨¢. Pero como son otras generaciones las que hacen pol¨ªtica, querer ver todo lo que ocurre a trav¨¦s de las gafas del 68 no hace avanzar a nadie. -
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