30 plantas en el desierto
Casi todas las centrales de producci¨®n de biocarburantes espa?olas est¨¢n paradas
?sta podr¨ªa ser la historia de un boom anunciado y no cumplido. Ahora mismo unas 30 plantas de producci¨®n de biodi¨¦sel y bioetanol, inauguradas en los ¨²ltimos dos o tres a?os en Espa?a, est¨¢n pr¨¢cticamente paralizadas. Esto sin contar otras 29 en construcci¨®n, cuyas obras tambi¨¦n permanecen casi detenidas. Un aut¨¦ntico despilfarro. Grupos como Abengoa, Acciona, Ebro Puleva, SOS Cu¨¦tara, Cie Automotive, Isolux Corsan y decenas de empresas de menor tama?o han invertido estos ¨²ltimos a?os cerca de 1.000 millones de euros en las plantas ya inauguradas. Inversiones que podr¨ªan alcanzar los 3.000 o 4.000 millones de euros si incluimos las plantas en construcci¨®n o en proyecto.
"El sector est¨¢ pr¨¢cticamente paralizado", reconoce Joaqu¨ªn Anc¨ªn, director general de Acciona Energ¨ªa, empresa que tiene dos plantas (100.000 toneladas de producci¨®n de bioetanol) y una tercera (200.000 toneladas) en construcci¨®n. "Ni funcionan las plantas existentes ni siguen las obras en las que hab¨ªan empezado a construirse". Un estado de cosas que en SOS, con una planta en construcci¨®n en And¨²jar, definen como "bastante incierto".
La subida de las materias primas lastra la rentabilidad de las plantas
Las compa?¨ªas recibieron ciertas se?ales para invertir en bioenerg¨ªa
La mezcla de 'bio' con carburante convencional puede reactivar el sector
Una de las plantas en construcci¨®n detenidas es la de Ecobarcial, en Zamora, de Iberdrola y Sniace. Pensada para producir cerca de 150.000 toneladas de bioetanol, deb¨ªa estar a punto de entrar en funcionamiento y emplear 250 personas. Nada de eso ha ocurrido. En Iberdrola explican que "la planta est¨¢ en espera y no se construir¨¢ hasta que se aclare la regulaci¨®n en torno al consumo obligatorio de bioetanol", y a?aden que "en las actuales circunstancias, la producci¨®n de la planta, adem¨¢s de generar p¨¦rdidas, no tendr¨ªa salida".
No extra?a que el ambiente en los grupos afectados sea de desconcierto y decepci¨®n. En algunas empresas se detecta una cierta sensaci¨®n de haber sido cogidos en una especie de trampa. "Las empresas recibieron una serie de se?ales para invertir", se queja Manuel Bustos, director general de APPA, la patronal de las renovables, "como la directiva europea y la legislaci¨®n espa?ola, con unos objetivos muy claros de progresi¨®n en el uso de biocarburantes, y ahora todo eso est¨¢ en el alero". Bustos a?ade que el sector "no s¨®lo est¨¢ pagando las inversiones (de 30 a 50 millones de euros por planta), sino que tiene que seguir pagando plantillas y el mantenimiento de las plantas, aunque no funcionen".
"A nosotros no nos afecta demasiado", explican en Acciona, "porque los biocarburantes son menos del 5% del negocio. Si fuera nuestra principal actividad estar¨ªamos en un problema serio". M¨¢s graves pueden ser los problemas para Isolux, que ech¨® toda la carne en el asador con su filial Infinita Renovables. El grupo se ha lanzado a construir dos plantas de biodi¨¦sel de 900.000 toneladas, en Castell¨®n y El Ferrol, una inversi¨®n de 300 millones de euros. O para Abengoa, que ha invertido importantes sumas en sus tres plantas de bioetanol, y que ha tenido que exportar su producci¨®n al exterior, una opci¨®n cada vez m¨¢s dif¨ªcil.
Lo sorprendente es que todo esto ha sucedido de s¨²bito. Cuando hace tres o cuatro a?os estas empresas se lanzaron al negocio de biocarburantes a partir de cereales y alcoholes (bioetanol) o aceite (biodi¨¦sel), nada hac¨ªa presagiar tal cat¨¢strofe. "?Qui¨¦n iba a pensar entonces que las materias primas triplicar¨ªan su precio?", resume Rafael Lorenzo, director general de Infinita.
La escalada de los precios de las materias primas agr¨ªcolas (impulsadas en parte por las expectativas de los bio) ha puesto a estos productos fuera del alcance de las nacientes plantas de producci¨®n. "Los precios han subido de tal modo", apunta Lorenzo, "que ni siquiera el incremento del crudo compensa las alzas de los cereales y aceites". El trigo, a 152 d¨®lares la tonelada en 2005, alcanzaba, seg¨²n el FMI, los 440 d¨®lares en marzo de este a?o. En el mismo periodo, el ma¨ªz pasaba de 98 a 234 d¨®lares, la soja de 223 a 496 y la colza de 721 a 1.640 d¨®lares.
Si algunas plantas han escapado al cierre o paralizaci¨®n lo deben a circunstancias espec¨ªficas. Es el caso de la planta de bioetanol de Acciona en Alc¨¢zar de San Juan (Ciudad Real). "Est¨¢ funcionando casi al 100%", apunta Anc¨ªn, "porque produce con alcoholes v¨ªnicos, de excedentes, m¨¢s baratos, y est¨¢ cercana a Puertollano, con la que tenemos un contrato". O de la de BioOils Energy (250.000 toneladas), en Huelva, participada por Cepsa. "Pese a que no es rentable a los precios actuales, la inauguraremos en octubre", asegura un portavoz, "porque la producci¨®n est¨¢ toda destinada a Cepsa".
Adem¨¢s, dada la tendencia de los cereales y aceites al alza, los agricultores no han querido firmar este a?o ning¨²n contrato de suministro con la industria. "Si la industria pudo funcionar en 2007", explica Jos¨¦ Carlos Caballero, responsable de biocarburantes de Asaja, "fue porque funcionaron con contratos firmados en 2006, a los precios de aquel a?o. Y aun as¨ª no pudieron utilizar m¨¢s del 20% de su capacidad". En Ebro reconocen que "no se ha firmado ning¨²n contrato para la actual campa?a". En Asaja a?aden que por lo sucedido "la superficie de cultivos energ¨¦ticos (cereales) en Espa?a cay¨® desde las 220.000 hect¨¢reas de 2006 a 50.000 en 2007".
Los agricultores le han vuelto la espalda a las plantas. Lo curioso es que muchas de estas instalaciones se proyectaron hace cuatro o cinco a?os -en plena crisis del campo- como un recurso dinamizador. Ahora no hace falta. Todo lo que se produce est¨¢ vendido. Los mercados est¨¢n en situaci¨®n de creciente estrechez debido a la demanda ascendiente de alimentos en Asia. "S¨®lo en la India", recuerda Caballero, "entran cada a?o 25 millones de personas en la clase media, gente que empieza a consumir carne".
Este experto cree que ha habido una imprevisi¨®n total. "Desde hace a?os la FAO ven¨ªa alertando de una bajada constante de los stocks de alimentos. Y nadie hizo nada". En su opini¨®n, la ¨²nica esperanza s¨®lida para la industria "son los bio de segunda generaci¨®n, a partir de productos que no sean alimentarios (biomasa, residuos...)".
Por si el problema de los precios no bastara, la industria se ha enfrentado a dos problemas m¨¢s: la importaci¨®n de biodi¨¦sel barato de EE UU y la resistencia de las petroleras a adquirir bioetanol. "Las petroleras han empezado a mezclar biodi¨¦sel en el gas¨®leo (un carburante en ascenso), pero lo est¨¢n trayendo de EE UU", acusa Manuel Bustos, director de biocarburantes de APPA. El a?o pasado importaron 150.000 toneladas.
La industria afirma que el biodi¨¦sel importado est¨¢ doblemente subvencionado: en origen y en el canal de distribuci¨®n. "Es un caso clar¨ªsimo de dumping", afirma Bustos, "calculado en un 30%". Para acabar con estas importaciones, "hemos presentado a trav¨¦s de EBB (European Biodiesel Board) una denuncia hace un par de semanas", informa Lorenzo, de Infinita. En la industria se muestran convencidos de que van a ganar este envite. "Esa importaci¨®n de biodi¨¦sel tiene los d¨ªas contados", asegura Anc¨ªn, de Acciona. "Se trata de un producto que recibe dos subvenciones, una en origen (200 euros por tonelada) y otra en la distribuci¨®n. Y eso es indefendible".
Otro problema grave es la aceptaci¨®n en Espa?a del bioetanol para mezcla con gasolina. Al tener exceso de capacidad de refino en gasolinas (debido a la bajada del consumo, sustituido por el di¨¦sel), las petroleras se resisten a su uso. De ah¨ª la preocupaci¨®n del sector con el desarrollo de la normativa -a¨²n no aprobada- de aplicaci¨®n de las mezclas de biocarburantes. De acuerdo con la normativa aprobada por el Congreso el a?o pasado, las petroleras tendr¨¢n que mezclar un 3,8% de biocarburantes en 2009 y un 5,75% en 2010.
"El problema", apunta Bustos, de APPA, "es que no se sabe c¨®mo va a ser. Si ponen un ratio de mezcla indistinto para todos los biocarburantes, las plantas de bioetanol cerrar¨¢n ya que las petroleras no quieren comprarlo. Han estado incluso presionando al Gobierno en ese sentido". Durante 2005 y 2006, el bioetanol que las petroleras espa?olas no quer¨ªan se lo enviaban las cuatro plantas espa?olas (la mayor parte de Abengoa) al norte de Europa. Pero la bajada del precio del etanol le ha cercenado tambi¨¦n esta posibilidad. Una de las v¨ªctimas de esta situaci¨®n ha sido la planta de Ebro y Abengoa en Salamanca, parada desde septiembre. La situaci¨®n se ha degradado tanto que el a?o pasado, apunta Bustos, "la producci¨®n fue ya inferior a la de 2006".
?Significa lo dicho que la industria va a tirar la toalla? No parece. Las empresas conf¨ªan en que la entrada en vigor el 1 de enero de 2009 de la obligaci¨®n de mezclar bio con carburante convencional reactive el sector. "Una vez que las petroleras tengan la obligaci¨®n de mezclar biocarburante", apunta Lorenzo, de Infinita, "lo tendr¨¢n que adquirir al precio de producci¨®n y repercutir su coste en el precio final. Entonces las plantas s¨ª ser¨¢n rentables".
Se espera que esa obligaci¨®n cree un nuevo mercado. "La obligaci¨®n de mezclar un 3,8% (2009)", apunta Anc¨ªn, de Acciona, "har¨¢ necesarios 1,5 millones de toneladas de biocarburantes. Con el 5,75% se necesitar¨¢n 2,27 millones". Ese nuevo mercado es lo que justifica la ola de plantas en construcci¨®n y proyecto. Y lo que va a reactivar la reanudaci¨®n de las obras. En ello se basa la decisi¨®n de la mayor parte de las empresas de no cerrar ya definitivamente las plantas. Y esperar. As¨ª lo resumen, al menos, en Iberdrola. "Est¨¢bamos comprometidos con la planta de Ecobarcial y vamos a esperar". -
Van a sobrar centros
Todo indica que van a sobrar plantas de biodi¨¦sel y bioetanol en Espa?a. Ahora mismo, la capacidad instalada (27 plantas) es de 1,4 millones de toneladas. Si de los 28 centros en construcci¨®n todas se terminan, habr¨ªa otros 3,3 millones adicionales. A esto habr¨ªa que a?adir otros 27 proyectos con capacidad para otros tres millones de toneladas. El problema es que s¨®lo los 4,7 millones de las plantas abiertas y en construcci¨®n ya doblan las necesidades de consumo de 2010. A lo que habr¨ªa que a?adir que el mercado espa?ol no quedar¨¢ reservado a las plantas espa?olas. Ganar¨¢n los contratos de suministro las que produzcan a precio m¨¢s bajo, sean espa?olas o de fuera.
Por eso las plantas en construcci¨®n o proyecto son de dimensi¨®n muy superior a las ya inauguradas. Se trata de buscar econom¨ªas de escala y poner en marcha procesos m¨¢s eficientes. "Las ¨²nicas plantas que podr¨¢n suministrar a las petroleras a precios competitivos", explica Joaqu¨ªn Anc¨ªn, de Acciona Energ¨ªa, "ser¨¢n las grandes, situadas en los puertos. Las peque?as tendr¨¢n que buscar sus nichos de mercado locales, flotas, agricultores, etc¨¦tera".
Pero en la industria preocupa a¨²n m¨¢s la ola de declaraciones incendiarias contra los biocarburantes, acusados de ser la causa perversa de las subidas de precios de los alimentos. Se teme que las protestas acaben por poner en entredicho los anteriores objetivos de la UE de llegar al 10% de biocarburantes sobre el total de productos consumidos en 2020.
"Existe un alto riesgo de que la Comisi¨®n Europea revise el calendario de progresi¨®n de los biocarburantes", reconoce Anc¨ªn, al tiempo que apunta que "las empresas del sector tenemos que demostrarles que no hay alternativa a los bio y, adem¨¢s, no es verdad que contribuyan a subir los precios de las materias primas". Rafael Lorenzo, de Infinita, se muestra muy preocupado con la situaci¨®n, que est¨¢n siguiendo "al minuto", y considera que lo sucedido no tiene justificaci¨®n. Rechaza incluso una moratoria. "?Moratoria, para qu¨¦?", pregunta. "No hace falta. Hay millones de hect¨¢reas en Europa que pueden ser utilizadas. S¨®lo hay que incentivar su uso". -
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