La hero¨ªna sigue conduciendo al sida en Espa?a
Cuatro de cada diez toxic¨®manos est¨¢n contagiados, la tasa m¨¢s alta de la UE
Cerca de 12 millones de personas de todo el mundo consumen drogas inyectadas, sobre todo hero¨ªna. En Espa?a son 84.000. De ¨¦stos, un 39% es portador del virus del VIH, y un 73% est¨¢ infectado por la hepatitis C, seg¨²n datos del ¨²ltimo informe sobre el Estado Global de la Reducci¨®n de Da?os 2008 que ayer se present¨® en Barcelona durante el XIX Congreso Internacional de Reducci¨®n de Da?os Asociados al Consumo de Drogas que hasta el jueves re¨²ne en Barcelona a 1.200 personas de 80 pa¨ªses. La hero¨ªna sigue siendo un gran problema de salud p¨²blica, seg¨²n los expertos reunidos, quienes advirtieron de la necesidad de aplicar pol¨ªticas de reducci¨®n de da?os para el alcohol y la coca¨ªna, las drogas m¨¢s consumidas en Espa?a.
Este tipo de programas se inici¨® en los a?os ochenta, cuando la epidemia del sida empez¨® a causar estragos entre los toxic¨®manos por compartir jeringas. Espa?a lleg¨® a ser el pa¨ªs de Europa occidental con m¨¢s heroin¨®manos infectados. Actualmente, todav¨ªa encabeza la lista europea, a pesar de que el n¨²mero de heroin¨®manos ha descendido y de los esfuerzos que se dedican a medidas como el intercambio de jeringas, dispensaci¨®n de metadona y creaci¨®n de narcosalas. En Alemania, con casi el doble de heroin¨®manos (150.000), el VIH tan s¨®lo afecta al 5,8%.
"Nos guste o no, la gente se droga, y lo m¨¢s realista es ayudar a que protejan su salud de contagios o sobredosis", afirma Gerry Stimson, presidente de la International Harm Reduction Association (IHRA). Los Gobiernos de toda Europa han incorporado a sus pol¨ªticas programas de reducci¨®n de da?os. No ocurre lo mismo en los pa¨ªses africanos y de Latinoam¨¦rica, que suman el 80% de los adictos que se inyectan. Adem¨¢s de no beneficiarse de este tipo de medidas, los toxic¨®manos son objeto en muchos casos de persecuci¨®n policial, seg¨²n denunciaron asociaciones de ayuda. "Por razones filos¨®ficas y morales, todav¨ªa no contemplan al drogadicto como un enfermo", resalta Stimson.
En cuanto al alcohol y la coca¨ªna, "debemos centrar esfuerzos en el mundo de la noche", explica Joan Colom, subdirector general de drogodependencias de la Generalitat de Catalu?a y coorganizador del congreso. "El consumo de coca¨ªna de fin de semana da una falsa sensaci¨®n de seguridad, pero hay casos de sobredosis, y en lugar de infecciones, trastornos mentales", concluye.
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