El ¨²ltimo genocidio del siglo XX
Ruanda es un peque?o pa¨ªs anclado en la regi¨®n de los Grandes Lagos y fronterizo con Uganda, Tanzania, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (ex Zaire) y Burundi. Un 80% de sus ocho millones de habitantes son hutus; casi todo el resto, tutsis.
Desde el fin de los a?os 1980, Francia apoyaba abiertamente al presidente hutu Habyarimana, a pesar de lo que se sab¨ªa en todos los observatorios internacionales: que las Fuerzas Armadas Ruandesas (FAR), junto con las milicias hutus, estaban involucradas en una feroz represi¨®n de todos los opositores tutsis; entre ellos, la fuerte minor¨ªa tutsi exiliada en Uganda y organizada en el Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR).
Cuando en abril de 1994 el avi¨®n del presidente Habyarimana fue abatido en un sospechoso accidente, lo que hasta la fecha era una lucha sangrienta por el poder se convirti¨® en la matanza de la minor¨ªa tutsi del pa¨ªs.
Francia es en parte responsable de las matanzas contra el pueblo tutsi
?Fueron Francia y su entonces presidente Fran?ois Mitterrand responsables en parte de lo que se consideran los peores cr¨ªmenes de guerra desde el Holocausto jud¨ªo de la Segunda Guerra Mundial? ?Participaron los servicios secretos franceses en el atentado contra Habyarimana?
A pesar del desmentido por parte de los sucesivos gobiernos franceses, no son pocos los analistas independientes, franceses o internacionales, que defienden las acusaciones contra Par¨ªs. Para el general canadiense Romeo Dallaire, comandante del Cuerpo de la ONU (MINUAR) en 1993-1994 -que pag¨® su estancia en Ruanda con 10 a?os de depresi¨®n cl¨ªnica-, los oficiales franceses consejeros del Ej¨¦rcito ruand¨¦s "sab¨ªan necesariamente lo que pasaba. Estaban muy bien informados sobre los preparativos para la matanza". Para Patrick de Saint-Exup¨¦ry, uno de los pocos que han hecho un trabajo de periodista de una ¨¦tica totalmente irreprochable -completado luego por los an¨¢lisis y libros de Fran?ois Xavier Vershave, Jean-Paul Gouteux, Medhi Ba, Michel Sitbon, David Servenay y Gabriel P¨¦ri¨¨s, y el serio trabajo de la revista La Nuit Rwandaise-, "los oficiales franceses formaron a los asesinos para el genocidio. Ense?aron estrategias y t¨¢cticas al Ej¨¦rcito ruand¨¦s".
El general Dallaire va m¨¢s lejos: "Unos d¨ªas despu¨¦s del asesinato del presidente Habyarimana, vimos en acci¨®n a soldados europeos vistiendo uniformes del Ej¨¦rcito ruand¨¦s. Hab¨ªa muchos militares franceses en el Estado Mayor del Ej¨¦rcito ruand¨¦s y, en particular, en la Guardia Presidencial. ?Y se quedaron hasta el final!". En la pel¨ªcula Kigali, todos los interlocutores del periodista J. C. Klotz afirman que, deliberadamente, los militares franceses hicieron o¨ªdos sordos a las llamadas desesperadas de los tutsis.
Para Linda Melvern, autora de un estudio sobre el exterminio, "el genocidio fue perfectamente planificado. Es dif¨ªcil creer que la preparaci¨®n t¨¦cnica de las matanzas, para las cuales fue necesaria la compra de miles de machetes, no llamara la atenci¨®n de los 47 oficiales franceses de rango superior incrustados en ese momento dentro del Ej¨¦rcito ruand¨¦s y bajo las ¨®rdenes directas del Gobierno franc¨¦s".
Seg¨²n la Rwanda News Agency (enero de 2008), dos documentos secretos han salido de los archivos del Ministerio de Defensa franc¨¦s. En el primero, el coronel Poncet, encargado de la evacuaci¨®n de los franceses residentes en Ruanda, recomienda "no ense?ar a los medios de comunicaci¨®n a soldados franceses absteni¨¦ndose de poner fin a las matanzas de las que son testigos". En el segundo, el coronel Cussac confirma que "en el Ej¨¦rcito franc¨¦s se sab¨ªa desde el 8 de abril de 1994 que las matanzas ten¨ªan a los tutsis como blanco". Georges Kapler, enviado por la Comisi¨®n Ciudadana de Investigaci¨®n (CEC) para interrogar a los sobrevivientes, descubre, a medida que los testigos oculares van hablando, la implicaci¨®n directa de soldados franceses en los acontecimientos, y concluye que le es "imposible no considerar la hip¨®tesis seg¨²n la cual este pa¨ªs de los derechos humanos (Francia) no s¨®lo habr¨ªa facilitado, sino concebido, el plan de exterminio". La CEC aport¨® tambi¨¦n informaciones espeluznantes sobre lo que pas¨® en la "Zona Humanitaria segura" bajo control franc¨¦s.
?Queda alguna duda sobre la naturaleza real de la "guerra" de Ruanda? Es extremadamente penoso aceptar la idea de que, lo que se llama hoy un "genocidio reconocido de notoriedad p¨²blica", seg¨²n el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) -y no una guerra por el poder entre fracciones tribales-, haya implicado como testigo y/o como actor a una s¨®lida democracia europea, en este caso, Francia.
"Nadie puede cuestionar que en 1994 hubo una masiva campa?a enfocada a destruir el conjunto o por lo menos gran parte del pueblo tutsi de Ruanda", dice el TPIR. "No se puede conocer el n¨²mero de v¨ªctimas, pero los tutsis en su inmensa mayor¨ªa han sido matados, violados o da?ados en su integridad f¨ªsica o mental. El genocidio ruand¨¦s es un hecho que se inscribe en la historia del mundo".
Escribe Tony Judt en The New York Review of Books: "El problema no es la descripci¨®n (de los horrores del siglo XX), sino el mensaje seg¨²n el cual todo eso queda ya detr¨¢s de nosotros y que ahora s¨®lo nos queda avanzar, sin m¨¢s trabas y aliviados de los errores del pasado, hacia una ¨¦poca mejor y diferente". Pues, adelante.
Nicole Muchnik es pintora y escritora.
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