Repartir inmigrantes para romper el gueto
La propuesta catalana para establecer cupos en los colegios es un primer paso para corregir desequilibrios - La calidad educativa se resiente cuando son m¨¢s de un 6% en una clase sin refuerzo
Aziz Senni, marroqu¨ª afincado en Francia, lo ha dicho claro. En la escuela donde acud¨ªa, en Nantes, estudiaba con inmigrantes, y en su barrio, viv¨ªa entre ellos. Senni lo ha contado en un libro que titul¨® El ascensor social est¨¢ averiado. He cogido la escalera. Su conclusi¨®n es especialmente cruel en el pa¨ªs de la escuela laica y gratuita. Su libro vio la luz en medio de las revueltas en los suburbios de Par¨ªs hace tres a?os, los c¨¦lebres banlieues. Pese a todo, Senni se ha hecho empresario de ¨¦xito.
?Puede ocurrir en Espa?a lo que en Francia? Varios expertos dicen que el riesgo existe. Aseguran que todo depende no s¨®lo del reparto entre los centros, sino de la pol¨ªtica de vivienda y de c¨®mo se hacen los distritos escolares, que priman la proximidad al domicilio y estimulan los guetos.
No hay que mandar ni?os lejos de casa, dice una asociaci¨®n de marroqu¨ªes
Se precisan medidas para que no pase lo de Par¨ªs, declara un experto
La escuela p¨²blica escolariza al 82% de los alumnos extranjeros
Los concertados dicen que est¨¢n llenos si se llega con el curso empezado
Hay dos cifras llamativas que apuntan en esa direcci¨®n. La primera es que, aunque la estad¨ªstica dice que hoy el 8,4% de los escolares son extranjeros en Espa?a (el 6,7% en la etapa obligatoria que acaba a los 16 a?os), la escuela p¨²blica obligatoria est¨¢ asumiendo el grueso de la avalancha. Dicho de otra forma, la escuela concertada -financiada con fondos p¨²blicos- apenas acoge a estos estudiantes, salvo excepciones. Y la segunda conclusi¨®n: que ya hay barrios y escuelas donde los inmigrantes son el 80% y m¨¢s.
?Qu¨¦ hacer para evitarlo? "Hay que combatir los guetos. Son un obst¨¢culo para la igualdad o para el ascensor social, si se quiere", dice el soci¨®logo y profesor de la Universidad de Salamanca Mariano Fern¨¢ndez Enguita. "La integraci¨®n se produce cuando un grupo que ya est¨¢ guetizado crea su clase media. Eso suele tardar tiempo, pero es la forma de que salgan del gueto", a?ade.
Escuelas e institutos p¨²blicos llevan a?os asumiendo una cuota muy por encima del n¨²mero de plazas que tienen. Disponen del 66,1% de las plazas de la etapa escolar entre infantil, primaria y secundaria (cuando acaba la ense?anza obligatoria), pero escolarizan al 82,3% de los 534.000 inmigrantes de estas etapas, seg¨²n cifras del Ministerio de Educaci¨®n. Los centros privados, en su mayor¨ªa concertados, s¨®lo acogen al 17,7% de los alumnos extranjeros.
?Por qu¨¦ los privados escolarizan a pocos extranjeros? "Somos conscientes de que nos falta un trecho para acoger a m¨¢s", afirma Manuel de Castro, secretario general de la Federaci¨®n Espa?ola de Religiosos de Ense?anza (FERE). "Pero nuestros centros suelen ser antiguos y est¨¢n en zonas donde hay pocos inmigrantes. Y cuando llegan alumnos con el curso empezado suelen estar llenos".
No piensa igual el profesor de sociolog¨ªa de la Universidad de Valencia Francisco Torres. "Los concertados suelen rechazarles. Adem¨¢s, est¨¢n financiados por la Administraci¨®n y tienen obligaci¨®n de tener reserva de plazas para quienes llegan con el curso empezado", dice Torres.
La concentraci¨®n de extranjeros en centros p¨²blicos es alta en varias comunidades como Madrid, Extremadura, Catalu?a, Castilla-La Mancha, Canarias, Murcia o la Comunidad Valenciana. Para borrar esa brecha y evitar los guetos, la Generalitat de Catalu?a ha anunciado que pondr¨¢ topes a la concentraci¨®n de inmigrantes. As¨ª figura en un anteproyecto de ley presentado hace unos d¨ªas y fijar¨¢ luego los topes por decreto. Topes que har¨¢n que una escuela env¨ªe alumnos a otra cercana, sea p¨²blica o concertada, si tiene un nivel alto de extranjeros y en cambio su vecina, no, ha dicho el consejero de Educaci¨®n, Ernest Maragall. La apoyatura legal a esta medida est¨¢ en la LOE, cuyo art¨ªculo 87 faculta para hacerlo. Las reacciones a la medida anunciada por Catalu?a -in¨¦dita en el resto de Espa?a- son favorables, aunque algunos la ven insuficiente. "Apoyamos estos topes en las escuelas e institutos, pero siempre que los alumnos se repartan tambi¨¦n entre los centros concertados, que ahora tienen muy pocos", dice Kamal Rahmouni, presidente de la Asociaci¨®n de Trabajadores Inmigrantes Marroqu¨ªes en Espa?a. La presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), Lola Abell¨®, tambi¨¦n apoya "una distribuci¨®n de los extranjeros porque todos los que reciben dinero p¨²blico deben contribuir a escolarizar a los inmigrantes".
Existe un precedente a la medida. En la ciudad barcelonesa de Vic (39.000 habitantes) hay un sistema de reparto de inmigrantes impulsado desde el Ayuntamiento. Con el 22% de los escolares extranjeros, la ciudad es distrito ¨²nico. "Se puede elegir escuela en toda la ciudad", dice la edil de Educaci¨®n, Anna Erra. Los 20 colegios tienen inmigrantes. Y los alumnos se mueven en autobuses. Tambi¨¦n es cierto que ah¨ª, la Plataforma per Catalunya ha hecho bandera de la mano dura con la inmigraci¨®n y se coloc¨® en las ¨²ltimas municipales como segunda fuerza pol¨ªtica empatada con el PSC. El colegio de Santa Caterina de Siena, de la congregaci¨®n de las Dominicas, en el centro hist¨®rico de Vic, acoge a un 50% de inmigrantes. "No hay problemas de docencia. Todo depende de los medios que se pongan. Potenciamos la atenci¨®n individualizada y las clases desdobladas para atender mejor la diversidad que tenemos", dice el director docente del colegio, Antoni Portell.
Pero repartir a los alumnos for¨¢neos por centros no es suficiente para atajar los guetos. Estudiosos de este tema como Juli Ponce Sol¨¦, y Mariano Fern¨¢ndez Enguita ven clave la pol¨ªtica de vivienda. Ponce, profesor de derecho administrativo de la Universidad de Barcelona, afirma: "Los barrios m¨¢s populares concentran las viviendas protegidas. Habr¨ªa que hacerlas tambi¨¦n en barrios m¨¢s acomodados. Si queremos que no pase lo que en Par¨ªs, las pol¨ªticas de educaci¨®n y de vivienda deben coordinarse. Los puntos que se dan a las familias para acceder a una plaza por vivir cerca indican que no se estudia donde se quiere, sino donde se puede", recalca Ponce profesor, autor del libro Segregaci¨®n escolar e inmigraci¨®n.
Fern¨¢ndez Enguita coincide en que "la concentraci¨®n de inmigrantes en algunos barrios y centros no es s¨®lo un asunto escolar, sino de pol¨ªtica social y de vivienda y de c¨®mo se crean las zonas escolares". Este soci¨®logo cuestiona repartir a los alumnos inmigrantes por zonas de forma no voluntaria como se lleg¨® a hacer en EE UU. "Salvo que sea voluntario, mover a los chicos cada d¨ªa a varios kil¨®metros de casa, el busing [transporte de alumnos en autobuses] no s¨®lo tiene coste econ¨®mico sino tambi¨¦n social porque se les aleja de su barrio, de sus vecinos y amigos", a?ade.
Rahmouni se opone al busing: "No podemos mandar a los ni?os a varios kil¨®metros de sus casas cada d¨ªa. Los pisos protegidos deben estar en todos los barrios", dice el presidente de la Asociaci¨®n Trabajadores Inmigrantes Marroqu¨ªes en Espa?a. Algunos inmigrantes valoran sobre todo la proximidad del colegio a sus casas. Hassan El Hanbali es marroqu¨ª. Tiene dos hijos en la escuela p¨²blica Mil¨¤ i Fontanals, en el barrio del Raval de Barcelona, con alta concentraci¨®n de extranjeros. No le molesta que el centro tenga muchos extranjeros. "Lo importante es que la escuela est¨¦ cerca de casa y ¨¦sta lo est¨¢. Ser¨ªa bueno repartir, pero el trabajo y la casa es bueno que est¨¦n cerca".
Otro tema de debate es hasta qu¨¦ punto baja el rendimiento en un aula que recibe inmigrantes que tienen la barrera del idioma y llegan con el curso empezado. Ivan Moreno, profesor de la Universidad Pompeu Fabra, sostiene que el porcentaje de inmigrantes puede llegar a afectar al rendimiento de un centro. En un trabajo publicado en Nota de Econom¨ªa con datos de 2002-2003, junto con Eugeni Garc¨ªa, ambos sostuvieron que hasta el 6% de poblaci¨®n inmigrante no parece afectar a la proporci¨®n de aprobados y a partir de este nivel pueden ir empeorando progresivamente, si no hay medios. A pie de aula, Teresa Vicente, directora de una escuela p¨²blica en Madrid y Francisco Salmer¨®n, de otra de Sabadell, coinciden en que no hay problemas de rendimiento en la clase por el alumnado inmigrante. "Aqu¨ª los ni?os tienen de uno a seis a?os y aprenden con rapidez", dice Vicente, que dirige la escuela San Ferm¨ªn, en el barrio madrile?o de Usera, con alrededor de un 40% de inmigrantes. Salmer¨®n, director de la escuela p¨²blica Joan Sallar¨¨s i Pla dice: "No tenemos m¨¢s fracaso escolar por tener m¨¢s extranjeros. Tenemos el 60% de inmigraci¨®n, pero cuando la escuela y las familias van a una, todo va. Y nuestra experiencia demuestra que muchas veces la implicaci¨®n suele ser mayor entre los inmigrantes que entre los aut¨®ctonos".
En la secundaria, con alumnos entre 12 y 16 a?os, las cosas son distintas. "El goteo de extranjeros en un aula puede afectar al rendimiento. Si el inmigrante llega a principio de curso es otra cosa, pero los que llegan cuando ya ha empezado pueden bajar el rendimiento de la clase", afirma Juan Luis Moliner, director del instituto Ramon Llull, en Valencia, que tiene algunas aulas con el 25% de extranjeros.
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