Un d¨ªa de cine olvidable sobre la familia y sus malos rollos
El turco Ceylan y el franc¨¦s Desplechin acaban cansando con sus devaneos
Tal vez se deba a la casualidad y no a los criterios selectivos, pero hay algunas ediciones de festivales de cine en las que determinados temas se repiten obsesivamente en pel¨ªculas de distintas nacionalidades y estilos. Hubo uno en el que contabilic¨¦ como una docena de suicidios consumados o intentados. En la ¨²ltima Berlinale abundaban los ni?os raptados, torturados, prostituidos, violados y asesinados. Imagino que los monotemas responden al signo de los tiempos o a las preocupaciones del subconsciente colectivo. Y ya s¨¦ que no importa el tema sino c¨®mo est¨¢ tratado, pero como soy muy disperso prefiero la variedad y la heterodoxia.
Me hago estas vanas reflexiones sobre las sospechosas coincidencias y el abuso del m¨¢s de lo mismo al constatar que las dos pel¨ªculas que exhibi¨® la Secci¨®n Oficial en la jornada de ayer trataban de familias en descomposici¨®n, de las mentiras, traumas, simulacros y enigmas que laten en el fondo de ellas. Y me mosqueo ligeramente previniendo que sea el tema de moda en este Cannes. Puestos a elegir conozco algunos asuntos que son m¨¢s divertidos.
Los tres monos la dirige el turco Nun Bilge Ceylan, se?or con prestigio notable en los festivales y en las revistas especializadas. Su cine es parco en palabras, de ritmo moroso, con im¨¢genes que se perpet¨²an hasta que la mirada del espectador se siente agotada. Es el tipo de creador cuya c¨¢mara enfoca a un coche a tres kil¨®metros y no la mueve hasta que ¨¦ste llega. Y por supuesto, le dedica la misma y cansina intensidad a los rostros y a los paisajes. Es su atm¨®sfera, es su estilo, es su forma de hurgar en los sentimientos de sus retorcidos, confusos y atormentados personajes. Confieso el pecado de haberme aburrido un mont¨®n con sus anteriores pel¨ªculas Lejano y Los climas, de no pillarle el punto a sus historias de desamor, soledad e incomunicaci¨®n. Pero tampoco se lo encontr¨¦ jam¨¢s al mitificado e intocable Antonioni y no me ha ocurrido nada grave, he podido seguir viviendo.
En Los tres monos Ceylan se siente m¨¢s comunicativo, la historia avanza, es menos herm¨¦tico o art¨ªstico que en otras ocasiones, ocurren cosas. Abandona a los solitarios con mundo interior para centrarse en las tensiones de una familia. El padre ha aceptado a cambio de dinero culpabilizarse e ir a la c¨¢rcel por un atropello de coche que ha cometido su patr¨®n, un pol¨ªtico taimado y libertino que aprovecha el enchirone del falso culpable para liarse con su mujer. El hijo del matrimonio es yonqui. Padre, madre e hijo arrastran el trauma de otro hijo que muri¨®. Todos conocen o sospechan las sucias movidas de los otros. Todos mienten o disimulan. Todo huele a volc¨¢n en erupci¨®n y a rotura. No logro implicarme demasiado en la tragedia de esta gente, pero la sigo con relativo inter¨¦s, lo cual en mi caso es bastante. En el cine anterior de este hombre sent¨ªa que a la media hora se me cerraban los ojos y poco despu¨¦s alg¨²n compa?ero de butaca me recriminaba educadamente mis impresentables ronquidos.
En la pel¨ªcula francesa Un conte de No?l, dirigida por Arnaud Desplechin, la familia es mucho m¨¢s amplia que en la pel¨ªcula turca y tambi¨¦n est¨¢n marcados por la temprana muerte de un hijo. Ya es casualidad. Aqu¨ª se juntan para pasar una problem¨¢tica Navidad, ya que a la madre le acaban de descubrir una enfermedad letal. Los turcos eran exclusivamente sombr¨ªos, pero en esta familia hay momentos de pretendido jolgorio. Tambi¨¦n violencia interna y externa debido a un hijo pr¨®digo. Y fantasmas del pasado, heridas sin cicatrizar, ajuste de cuentas.
Desplechin hace unas cosas muy raras con su c¨¢mara para filmar este reencuentro familiar a lo largo de dos horas y media que acaban haci¨¦ndose interminables. Tambi¨¦n posee un grave problema de casting. A Catherine Deneuve, se?ora que debido a su espl¨¦ndida naturaleza o a la cirug¨ªa est¨¦tica se conserva extraordinariamente bien, le colocan como marido de toda la vida a un anciano que podr¨ªa ser su padre o incluso su abuelo. Con lo cual es imposible creerte que estas dos personas hayan pasado juntas vivencias tan remotas. Es una pel¨ªcula que no provoca ni fr¨ªo ni calor, aunque se empe?e en ser intensa, agridulce y compleja.Mentiras, traumas y simulacros pueblan las dos pel¨ªculas proyectadas ayer
Babelia
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