"Paseo mi derrota por las calles"
El poeta Carlos Oroza, reciente premio Laxeiro, vive lejos del clamor del pasado
Carlos Oroza (Viveiro, Lugo, 1933) no tiene tel¨¦fono. Nadie sabe donde vive y si tienes suerte te lo encuentras por la calle. Hoy es un d¨ªa de esos y escucho sus reflexiones mientras recorremos la zona hist¨®rica. "Nos han hurtado el horizonte. El ¨²nico mirador que hab¨ªa en la parte vieja, se lo han cargado con un edificio como un catafalco, un pa?o negro y no hay nadie que proteste, s¨®lo nosotros, cuatro chalados y no les importa. Hasta les decoramos. Propongo gente disfrazada de arquitectos y pol¨ªticos, como gui?oles y bajarlos con cuerdas por la rampa negra que ha trocado la visi¨®n del mar por el acceso al consumismo de siempre".
Descubr¨ª a Carlos en los a?os 80, subido a un tabladillo en el Instituto de Formaci¨®n Profesional. Oroza, vestido de negro riguroso, expand¨ªa incienso pase¨¢ndose, torero, ante la expectaci¨®n general y comenz¨® la liturgia del cham¨¢n de la tribu: "Y Poe estaba americando. Y Poe llevaba un bicho que hab¨ªa salido por su boca/ y era Poe Poe Poe..."
En 1975, estuvo a punto de ser linchado tras recitar un poema antifranquista
Multipremiado, sus recitales ¨¦picos marcaron una ¨¦poca en los 60 y los 70
Oroza cuenta ahora: "Todas las tardes, por las calles de Vigo paseo mi derrota. Alguna vez me detengo en la orilla y espero la llegada de un barco". Pero a este poeta refugiado en el silencio los j¨®venes le vitorearon en el Madrid de los a?os 60 y cuando le sacaban a hombros despu¨¦s de sus estruendosos recitales core¨¢ndole "?torero! torero!"
Fueron los a?os en que Oroza fund¨®, con V¨ªctor Liz¨¢rraga y Victoria Paniagua, la revista Tropos, a?os en los que form¨® parte del movimiento beatnik y particip¨® en infinitos recitales po¨¦tico-jazz¨ªsticos que se convierten en acontecimientos de primer orden como el d¨ªa que actu¨® con Nico, la ex de Velvet Underground, a quien Lou Red llevaba como emblema. El poeta que s¨®lo escribe en castellano, considera el mayor ¨¦xito de su vida el recital que ofreci¨® en el Palau de Barcelona dentro del Encuentro Internacional de Poetas en el a?o que fue Capital de la Cultura Europea.
1975 se present¨® cargado de contradicciones en la vida de Carlos Oroza: multipremiado internacionalmente y a punto de ser linchado en Pontevedra. Le concedieron el Premio Internacional de Poes¨ªa Underground del movimiento rock-sinf¨®nico de Nueva York. El Premio Bit y la revista Poetry, le reconocieron como uno de los exponentes de la revoluci¨®n po¨¦tica en la antolog¨ªa Beat.
Ese mismo a?o tan lleno de historia sonaban vientos enrarecidos y el Teatro Malvar de Pontevedra fue testigo del intento de linchamiento del orador tras recitar el poema m¨¢s antifranquista que se haya escrito jam¨¢s. Recuerda Carlos c¨®mo dos de los organizadores le salvaron de la chusma haci¨¦ndose pasar por polic¨ªas secretas y llev¨¢ndole, entre insultos, detenido.
Oroza sinti¨® la necesidad del color h¨²medo del oc¨¦ano de Galicia y regres¨® en 1985. Public¨® m¨¢s tarde dos libros, En el Norte hay un mar que es m¨¢s alto que el cielo y Una Porci¨®n de tierra gris del norte. Pero los libros de Oroza son tan dif¨ªciles de encontrar como ¨¦l mismo y, cuando escucha que los amigos nos los robamos unos a otros de las estanter¨ªas de nuestras bibliotecas, ¨¦l se r¨ªe complacido. "Mi poes¨ªa es oral. La palabra siempre en voz alta. Lo dem¨¢s es signo", dice. Hace apenas un mes Oroza recibi¨® el premio Laxeiro, nos regal¨® un poema in¨¦dito y aclar¨® por qu¨¦ no pone comas en sus textos: "Estoy contra el sistema gramatical, ?tanto tonto ilustrado! No pongo comas porque se paraliza la acci¨®n de la palabra".
Oroza concibe la poes¨ªa como un medio de investigaci¨®n. Es un pensador interesado en la realidad que nos ha tocado vivir porque "la esencia de Galicia est¨¢ en la respiraci¨®n de la tierra". "No me gustan las banderas, los nacionalismos son limitadores".
Camina despacio el poeta. En el barrio de San Paio, donde la fiebre constructora no deja resquicio para plantar un ¨¢rbol, observa: "Las ventanas de los edificios miden 50 cent¨ªmetros de ancho para que no se tiren las personas de la desesperaci¨®n de vivir all¨ª. Nos han robado el paisaje. Nos han colocado en el centro de su desierto emocional".
La religi¨®n, la pol¨ªtica internacional son objeto de su cr¨ªtica. "El pueblo est¨¢ hu¨¦rfano de dioses y los sustitutos son peores: Berlusconi por ejemplo. Comp¨¢ralo con la catedral de Mil¨¢n, con Rafael, Tintoretto, Da Vinci. El pueblo italiano es de opereta y lo peor es que esto va a traer a Austria detr¨¢s".
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