Agitaci¨®n cultural en Rabat
Dos nuevos museos y un jard¨ªn bot¨¢nico animan la capital de Marruecos
1 La Villa des Arts. As¨ª se llama el nuevo -y de momento, ¨²nico- referente rabat¨ª para el arte contempor¨¢neo. Con algo m¨¢s de un a?o a sus espaldas, se trata de un centro con vocaci¨®n no solamente expositiva, sino de agitaci¨®n cultural, para emplear el t¨¦rmino al uso. Y agitaci¨®n, en efecto, es lo que necesita la capital de Marruecos, dulcemente adormecida en su monumentalidad y su calidad de sede administrativa. Un nuevo espacio para lanzar las incipientes vanguardias, ya sea en el campo del arte pl¨¢stico o de la fotograf¨ªa. Por lo dem¨¢s, la m¨²sica, el espect¨¢culo y las conferencias encuentran tambi¨¦n su hueco aqu¨ª.
El cascar¨®n es un precioso palacete art d¨¦co-arabizante, propio del estilo Lyautey, en ¨¦poca del Protectorado franc¨¦s. A ¨¦ste se suman varias edificaciones de nueva planta, de est¨¦tica moderna y audaz, que contienen la sala de conferencias, la mediateca, talleres y el museo virtual. Los detalles est¨¢n cuidados al mil¨ªmetro: rejer¨ªas de modelo art d¨¦co, empu?aduras escult¨®ricas firmadas Karim Alaoui, esculturas al aire libre, fuentes en m¨¢rmol de Brasil y una iluminaci¨®n con gui?os intimistas y psicod¨¦licos. La amalgama estil¨ªstica se funde con el sugerente jard¨ªn, que abunda en rincones entre zen y tropicales. El art¨ªfice del conjunto es el arquitecto de Casablanca Mustaf¨¢ Alaoui, a cargo del pabell¨®n de Marruecos en la Expo Zaragoza 2008.
La Villa des Arts pertenece a la Fundaci¨®n ONA, uno de los principales grupos econ¨®micos del pa¨ªs, y surgi¨® por iniciativa real en agosto de 2005. Por ello, la fundaci¨®n se puso manos a la obra y reuni¨® hasta 500 obreros trabajando d¨ªa y noche sin resuello, hasta su inauguraci¨®n en diciembre de 2006. Una pasarela acristalada, Al Qantara, contiene la sala de conferencias y act¨²a a modo de puente intercultural, y un espacio al aire libre, a modo de anfiteatro, acoge conciertos de m¨²sica andalus¨ª, flamenco y jazz.
Aparte de las exposiciones temporales, en la villa se muestra parte de la colecci¨®n de pintura marroqu¨ª de la Fundaci¨®n ONA, con algunas obras de calidad, desconocidas en Espa?a, y que van m¨¢s all¨¢ de las estupendas pinturas naif de El Farouj, Radia bent Lhoucine o Chaibia Tallal. Entre ellas est¨¢n las de Mohamed Kacimi y Ahmad Cherkaoui. Y aunque todav¨ªa en pleno rodaje, como el resto de este joven centro, queda el museo virtual. No s¨®lo permite acceder al ¨ªndice de las obras contenidas en la mediateca, sino tambi¨¦n contemplar la colecci¨®n completa de la fundaci¨®n y otras colecciones dispersas por el mundo.
2 Los jardines ex¨®ticos de Bouknadel.
A mediados del pasado siglo, un franc¨¦s loco por las plantas, Marcel Fran?ois, decidi¨® crear un jard¨ªn ex¨®tico en las inmediaciones de Rabat, de camino hacia Kenitra. El ingeniero hort¨ªcola cav¨®, rellen¨® y plant¨® hasta lograr un ecosistema anegado por el agua y repleto de marismas y estanques con peces tropicales. Logr¨® convertir un erial en una selva umbr¨ªa y h¨²meda, en la que se dedic¨®, sobre todo, a introducir plantas acu¨¢ticas: su especialidad. All¨ª viv¨ªa e invitaba a sus amigos a disfrutar del asombroso mundo vegetal que, como una mara?a, fue rodeando su vida. A lo largo de sus viajes por el mundo -Per¨², Congo, China, las Antillas- fue trayendo semillas y especies que aclimat¨® en cuatro hect¨¢reas y media, con una intenci¨®n cient¨ªfica y hasta comercial, pero tambi¨¦n l¨²dica.
Abandonado a su suerte tras la desaparici¨®n del horticultor, el jard¨ªn fue recuperado en 2002 por la Fundaci¨®n Mohammed VI para la Protecci¨®n del Medio Ambiente, art¨ªfice, entre otras cosas, del acondicionamiento de las mejores playas del pa¨ªs. Unas cuantas empresas patrocinadoras marroqu¨ªes y una buena gesti¨®n del lugar han permitido abrir estos jardines al p¨²blico e incluirlos en la oferta de la capital. Hoy, el lugar tal vez ha perdido algo de su n¨¦glig¨¦ original y su vocaci¨®n de jard¨ªn bot¨¢nico (se han perdido diversas especies) en favor de un uso m¨¢s tur¨ªstico, pero la realidad es que se ha convertido en un referente de los espacios verdes de Marruecos, que est¨¢ recuperando a marchas forzadas su rico patrimonio vegetal y paisaj¨ªstico.
Tras dejar a un lado el agradable caf¨¦ moro donde sentarse a beber un t¨¦ al arrullo de las fuentes, surgen, en un intrincado laberinto de senderos de tierra batida y grava, los jardines tupidos seg¨²n dispuso su creador: por zonas geogr¨¢ficas, lo que no significa necesariamente que sus plantas se correspondan con ellas. Est¨¢n rodeados de una pantalla de cipreses calvos, araucarias, ficus, palmeras y mimosas, que permite subsistir a ese ecosistema tropical en mitad de una tierra ¨¢rida, pr¨®xima al litoral. Una especie de pececillos, las gambusias, act¨²a como predadora de las larvas de mosquitos, lo que impide que proliferen en charcos y estanques.
3 El Museo Nacional de la Joya.
Abri¨® sus puertas bajo su actual aspecto en diciembre de 2006, y ha sido concebido por el Ministerio de Cultura de Marruecos en colaboraci¨®n con la Junta de Andaluc¨ªa. Este peque?o pero atractivo museo se sit¨²a en plena kasbah de los Udaya, tras las murallas almohades de la ciudad, en lo que fue un palacete del siglo XVII. Alberga unas 320 piezas de orfebrer¨ªa tradicional y prehist¨®rica, tanto de tipo urbano como rural. Femeninas y masculinas. Las piezas, pocas pero escogidas, abarcan desde la prehistoria hasta el siglo XIX. "?sa es la caracter¨ªstica del museo, su hilo conductor, que lleva a todas y cada una de las ¨¦pocas desde la prehistoria", explica Abdelkader Chergui, su director.
De hecho, se est¨¢n realizando unas excavaciones junto a Ujda, en el noroeste del pa¨ªs, que han permitido hallar las joyas m¨¢s antiguas del mundo, a decir de Chergui. Se trata de ornamentos hechos con conchas marinas. Lo primitivo y en apariencia com¨²n de estos ajuares dificulta imaginar la antig¨¹edad de las manos que los concibieron: ?nada menos que 83.000 a?os!
En este hermoso edificio articulado en torno a un cl¨¢sico patio de la arquitectura ar¨¢bigoandaluza se distribuyen las salas, que dan comienzo a la prehistoria, con algunos adornos de conchas y hueso pertenecientes al paleol¨ªtico superior. Del neol¨ªtico data un sorprendente bajorrelieve en piedra procedente del Anti Atlas, que reproduce una f¨ªbula que no se diferencia en nada de las elaboradas hasta la actualidad. De tiempos romanos es un fabuloso collar de cuentas de vidrio, mientras que la ¨¦poca p¨²nico-fenicia est¨¢ representada por una serie de zarcillos, colgantes y anillos de oro y otros materiales, algunos de ellos muy similares a los hallados en los yacimientos espa?oles, como los de Ibiza, lo que demuestra que las artes tambi¨¦n viajan. Los dinares y otras monedas de oro ilustran la etapa medieval, mientras que los siglos XVIII y XIX son los mejor representados.
Algunas de las estrellas incontestables del museo son las piezas etnogr¨¢ficas: levas (grandes collares pectorales utilizados en las bodas) y tajs, o diademas, as¨ª como colgantes y manos de F¨¢tima, o jamsas, todos de oro incrustado de granates, rub¨ªes, esmeraldas y zafiros. Un delirio de lujo y belleza. Tambi¨¦n destacan los ornamentos masculinos, que, a juzgar por su riqueza, compiten en coqueter¨ªa con los femeninos: gum¨ªas, pu?ales, espingardas, polvoreras y dem¨¢s. Las joyas de tipo rural, lo mismo que las urbanas, se caracterizan por el uso de la plata, las aleaciones de otros metales y los esmaltes. F¨ªbulas, ajorcas y brazaletes cuentan entre las piezas m¨¢s empleadas.
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- Turismo de Marruecos (915 42 74 37; www.tourisme-marocain.com).- Oficina de turismo de Rabat (00 212 37 66 06 63; www.visitrabat.com).- Villa des Arts (00 212 37 66 85 79; www.fondationona.com). De 9.00 a 19.00; cierra el lunes. Gratis.- Los Jardines Ex¨®ticos (www.les-jardins-exotiques.com). De 7.00 a 17.00; cierra el domingo.- Museo Nacional de la Joya. Kasbah de los Udaya. De 8.30 a 16.30, de lunes a viernes.
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